La presentación de Chile en Austria solo profundizaba la inquietud. A Qatar, el anfitrión del próximo Mundial, pero un rival considerablemente atrasado en nivel futbolístico, le basta apenas siete minutos para desnivelar el amistoso ante la Roja y para agregar una nueva mancha al inicio del proceso de Eduardo Berizzo en la banca de la Selección. El reencuentro de Alexis Sánchez con el gol en la Selección ilusionaba, pero no alcanzaba. Y lo que más colmaba era el rendimiento de quienes contaban con la posibilidad de convencer al estratega de transformarse en pilares del proceso que comienza, pero que la despilfarraban. En esos minutos del encuentro, había auténtica preocupación. Algo se disipará después, con el resultado en la mano, pero no completamente. El funcionamiento de la escuadra nacional sigue generando muchas dudas. Y dejando deudores.
Francisco Sierralta, por ejemplo, tenía una chance imperdible. El Toto confió en él en desmedro de Paulo Díaz como uno de los centrales en la línea de cuatro hombres que dispuso en la zaga. Los antecedentes del ex cruzado en la Roja justificaban que tuviera rodaje. Sin embargo, el defensor central echó por la borda esa consideración: en los 59′ cometió un error garrafal, que hasta puede considerarse como de principios futbolísticos. Intentó un despeje con un rival encima, después de una falla de Arturo Vidal. El balón impactó en Almoez Ali. El resultado fue catastrófico: el regalo lo aprovechó Akram Afif, quien no tuvo problemas para vencer a Gabriel Arias y anotar el empate transitorio.
Las consecuencias empeoraron minutos después, cuando Hassan Al-Haydos anotó la ventaja para los asiáticos, aunque la solitaria aparición de Arturo Vidal, después de la asistencia de Ben Brereton, casi una paradoja, disimuló en algo el mal rato que se estaba viviendo en Viena y, al menos, evitó la caída. Pero faltaba otra decepción, quizás la más dolorosa: a cinco minutos del final, Alexis Sánchez marró el lanzamiento penal que pudo haber significado la primera victoria del proceso del ex defensor de Newell’s Old Boys y River Plate.
La ausencia de Henríquez
La otra apuesta de Berizzo estuvo en el ataque. El estratega se la jugó por la titularidad de Ángelo Henríquez. El delantero del Miedź Legnica polaco es una de las opciones que el Toto tiene en mente para llenar la posición en la que más ha costado encontrar un especialista, desde el retiro de Humberto Suazo: la de centrodelantero.
El ex delantero de Universidad de Chile se situó, justamente, en esa demarcación. Eventualmente, como un ‘nueve’ más tradicional y en otras, conformando una dupla ofensiva con el delantero del Olympique de Marsella. La primera opción se hacía mucho más evidente cuando el tocopillano se retrasaba en el campo para intentar transformarse en un abastecedor.
De cualquier forma, Henríquez no gravitó en los 69′ en que estuvo en el campo de juego, hasta que lo reemplazó Ben Brereton, quien, en cambio, se transformó en protagonista al asistir a Arturo Vidal para el 2-2. El ex jugador de Universidad de Chile tocó el balón en apenas 14 oportunidades, acertó el 63,6 por ciento de los pases que intentó y solo en una disparó al arco, con buena dirección, pero escaso peligro. No fue mucho más lo que aportó. Recibió una infracción. Y nada más.