Esta semana, Christian Garin (24 años, 22º ATP) comenzó a trabajar con su nuevo técnico, el argentino Franco Davin (Pehuajó, 11 de enero de 1970), quien tiene un currículum de altísimo nivel. Campeón de Grand Slam dirigiendo a Gastón Gaudio (Roland Garros 2004) y Juan Martín del Potro (US Open 2009), el transandino viene de conducir al británico Kyle Edmund.
Ríe de buena al pensar que su nombre empezó a estar en la órbita de Gago porque ambos se comenzaron a seguir en Instagram. “Yo no me había dado cuenta y por intermedio de ustedes supe. A mí me gusta seguir a los tenistas para ver qué están haciendo, pero no veo quién me empieza a seguir. Son rápidos, ah”, señala desde Miami.
Su historia también tiene alguna ligazón con el tenis chileno. Con solo 15 años, venció a Hans Gildemeister en el ATP de Buenos Aires: “Eso al final quedó con un récord y me vino bien. Hans en ese momento era un gran jugador y lo sorprendí. El tenis en Chile ha tenido a grandes jugadores: Pato Cornejo, los Fillol... Tengo muy buenos recuerdos, porque si bien he estado del otro lado, siempre nos llevamos muy bien con los entrenadores, los jugadores y los PF”.
¿Cómo se produjeron los acercamientos con Garin?
Se me acercó el mánager (David Tosas). Se habían enterado de que había cortado con Kyle (Edmund) y ellos estaban buscando. Yo conocía a Christian porque había estado entrenando acá con Kyle antes del US Open un par de veces. Obviamente no habíamos hablado de nada, pero ya sabía quién era yo.
¿Qué fue lo que le convenció para tomar este proyecto?
Primero, que voy a tener a los chilenos de mi lado, que son increíbles cuando los tienes de hinchada. Le dije a Christian: “Por fin voy a tener a los chilenos en los partidos del lado mío”. Me encantan cómo ayudan a los chicos. Lo viví con Fernando, Nico Massú y el Chino cuando jugaban con jugadores que tenía yo. Y después, obviamente conozco a Christian, sé lo que puede dar y que sea sudamericano hace que el feeling sea más fácil. Me empecé a comunicar con él, a hablar de algunas cosas más puntuales. Me gustó todo lo que hablamos, hubo buen feeling desde el principio y fue rápido el acuerdo.
¿Qué es lo que más destaca del juego de Garin?
Me impresiona la potencia que tiene y su explosión en los pies, además de la rapidez para acomodarse y meterse dentro de la cancha. Es un chico aplicado, respetuoso y eso para mí es importante; que respeten a la gente, a los entrenadores y en la vida en general. Christian me pareció buena persona, tiene una familia que lo ayuda mucho y lo acompaña. Todo lo que he visto, no es porque sea el comienzo, me ha parecido bien. Yo no soy un entrenador de guardarme las cosas y lo que le tenga que decir se lo voy a decir, pero no he tenido ningún llamado de atención. Al contrario, muy bien.
¿Se pone algún objetivo para la siguiente temporada?
Ahora estamos un poco desorientados, porque me gusta mucho la planificación y no hemos terminado de arreglar algunos detalles. No hay calendario. Pensábamos irnos a Australia el 10 de diciembre y ahora no se puede entrar a Australia hasta enero. No soy de ponerme objetivos de rankings o de logros, yo soy de ponerme como objetivo que el jugador pueda rendir su máximo y después ver dónde está parado o para qué está. Me gusta mucho Christian, siento que va a luchar los partidos contra todos. Obviamente, hay jugadores que están arriba y mejor que él, pero siento que puede jugar de igual a igual con todos. No me pongo números, sino que el jugador compita al nivel que entrena y después los resultados aparecerán. Que esté competitivo, sano y luchar punto a punto y armar bien las giras. En eso soy bastante hinchabolas. Para mí la planificación es importante, qué tipo de torneos y por qué, pero eso es lo que no estamos pudiendo hacer ahora.
En el último tiempo Garin no disfrutaba y se veía incómodo y malhumorado en la cancha. ¿Trabajará eso?
Yo no soy mucho de mirar para atrás, sino de empezar una etapa nueva. Si veo que le pasa eso, obviamente voy a estar atento y preguntarle. No te olvides que los jugadores pasan por muchos estados dentro y fuera de la cancha. No lo noto en este momento, pero son cosas que a mí me gusta hablarlas y atacarlas. Es importante tener un buen diálogo con ellos, con la familia y con toda la gente que lo apoya.
Usted es el técnico de los últimos dos sudamericanos campeones de Grand Slam. ¿Cuál es el secreto?
Es un conjunto de cosas. Tanto Gaudio como Del Potro son increíbles jugadores, como también lo eran Nalbandian, Coria y otros que no han ganado estos torneos. Le doy mucha importancia al equipo, a que la prioridad es el jugador; que tenemos que pensar en él y no en el beneficio propio, y en base a todo eso armar lo mejor para cada jugador específicamente, con las situaciones de cada uno. Quiero que el jugador que tengo pueda sacar lo máximo de su tenis. ¿Qué puede hacer con eso? No lo sé. Por eso, lo que tú decías de la parte mental está relacionado y todos los días hay que tratar de ir mejorando en algo.
Usted trabaja con el matemático Marcelo Albamonte y publicó un libro, Game, Set, Math. ¿Cómo es el modelo?
Lo que hago con Marcelo es que cuando veo al jugador, pido cosas que necesito que me tome. Después, usar esos datos en beneficio de un jugador y mostrárselos, que queden en un papel. No es lo mismo cuando se juega un partido a cuando pasaron tres o cuatro semanas y se jugaron cinco o seis partidos, porque ya es más difícil tener todos en la cabeza. Pero, si los tienes en un archivo y, aparte de eso, tienes toda la información que tú quieres que te dé ese archivo, sacas mucha ventaja, porque tú le puedes mostrar dónde están los errores, en qué momento y el porqué. Y, cuando vas a entrenar, el jugador mejora automáticamente el foco y también le puedo mostrar que, bajando tantos errores, qué es lo que puede mejorar. Es una manera interesante de que sepa que va a quedar marcado en algún lado lo que él haga. Una de las cosas difíciles para los entrenadores es encontrar el momento para que el tenista lo entienda. En cambio, con esto, siempre lo tienes a mano y hay mil maneras de usarlo. Con Marcelo hemos logrado algo único y que nos llevó muchos años de desarrollo. Además, es una persona del tenis y me puede decir muchas cosas.
Con esas estadísticas pudieron ayudar mucho a Fognini, a quien llevaron al top ten, por ejemplo.
A Fabio le ayudó mucho porque tenía cosas puntuales mezcladas con la parte mental y técnica que eran muy evidentes y daba unas ventajas grandísimas. Una vez que el jugador lo ve y lo entiende, después sabe que va a seguir apareciendo. Ahí le tocas el orgullo y lo quiere mejorar. Y Fabio empezó a disfrutar un poco más la competencia.
Su inquietud también lo ha llevado a ser admirador de entrenadores de distintas disciplinas...
A mí me encanta, hay técnicos de los que sacas muchas cosas. Por ejemplo, los beisbolistas hacen muchos ejercicios para el lanzamiento que yo uso para el tenis. Me encanta leer sobre entrenadores, desde Phil Jackson a Julio Velasco. De tenis, también. Hay muchos muy buenos de los que aprendes siempre. De hecho, este año falleció el Pato Rodríguez, un gran referente para todos nosotros. Yo lo viví un poco como jugador, pero tenía entrenadores que consultaban a él todo el tiempo. Una persona muy generosa, siempre tratando de ayudar a los chicos sudamericanos.
A propósito, ¿qué piensa de Nicolás Massú, a quien le ha ido bastante bien con Dominic Thiem?
No, bastante bien, no; le fue increíble con Thiem. Nico es una gran persona y como entrenador es lo mismo que como jugador: un luchador que no da por perdido ningún punto y lo está haciendo muy bien. Se lo está tomando muy en serio y muy profesional. Estoy contento, se lo merece.
¿Ve a Thiem peleando el uno con Nadal y Djokovic?
Sí, totalmente. De la camada que sigue, creo que es el que más cerca está de sacarlos. Pero volviendo a lo de Massú, Christian me contó que había estado hablando con Fernando, que lo ayuda mucho, y con el Chino también. De hecho, el Chino me llamó por teléfono para decirme que estaba muy contento de que Christian trabajara conmigo, y eso me dio también mucha alegría porque no es fácil encontrar a extenistas que ayuden a los que vienen de abajo. Eso habla muy bien de los tres más importantes que ha tenido Chile, con cosas tan grandes que lograron. Me sentí muy contento de ver esa relación que tienen con Christian e imagino que también con los otros chicos.
Marcelo Ríos vive cerca de donde están ustedes.
El Chino nos dijo que iba a pasar a visitarnos. Él era un jugador de otro mundo, impresionante. Me encantaba verlo jugar. Se lo digo cada vez que lo veo. Es impresionante lo que hacía jugando. Obviamente fue más que Fernando y Massú, pero ellos también hicieron una carrera de locos, con medallas, imponiendo la Copa Davis ante todo. No es normal en muchos países que los jugadores sigan ayudando y hablen con los más chicos.
¿Vio el documental de Guillermo Vilas?
Sí. Me hubiera gustado ver más del Vilas jugador. Veo como un capítulo de una serie lo que hicieron. Me hubiera gustado ver algo más de Vilas. Más con todo el material que hay, con todo lo que hizo y la revolución que logró en Argentina con el tenis. Más cosas tenísticas y no tanto una lucha por el reconocimiento del número uno. De hecho, se lo reconoció todo el mundo y hasta los mismos pares de él en ese momento, como Borg, que lo dice ahí.
¿Ve a Del Potro volviendo al circuito?
Yo creo que Juan mientras esté sano, lo veo adentro de la cancha, porque es un jugador fuera de serie. Su nivel es de locos. Hace cinco años que me fui de Argentina y perdí el día a día. No sé en qué situación está, sé que andaba por acá, pero no sé cómo está puntualmente de la rodilla.
¿Y qué piensa de Federer?
Tanto Roger como Rafa se han hecho cada vez más grandes, son increíbles. No hay palabras para decir lo que es Federer, pero me parece que Nadal también está en ese grupo con él. Si bien es otro tipo de tenis, porque Roger es más vistoso, pero Rafa también está en ese nivel. Yo lo disfruto. Seguramente los vamos a extrañar horrores, porque han hecho crecer muchísimo el tenis. Soy un convencido de que el tenis creció a gran escala por Federer y Nadal.
¿Quién es el mejor de la historia para usted?
Es como cuando te preguntan por Messi o Maradona. No me parece decirlo. Yo lo único que recomendaría es que si tienen la posibilidad de ir a verlos en vivo, que vayan. Que los disfruten, porque son jugadores que no se ven todos los días. Para bien o para mal, jugaron en la misma época. Ambos fueron mejorando el uno a otro por la competencia, yo no los compararía. Lo mismo digo del Chino. Me parecía increíble verlo jugar, porque hacía tiros espectaculares, fue número uno del mundo. Pero si bien no se le compara con Nadal y Federer, también es otro jugador que yo te recomendaría que lo vayas a ver todos los días. Como ver a Michael Jordan o Tiger Woods, no te lo puedes perder.