África ha sido un continente particularmente azotado por el Covid-19, debido a la falta de vacunas en comparación con Europa y América. En medio de la circulación de la variante ómicron, que tiene a todo el mundo con la preocupación a tope, el fútbol entrega un bálsamo. Este domingo arrancó la Copa Africana de Naciones en Camerún, cita en la cual participan las principales selecciones del continente, torneo que fue aplazado por un año a causa, precisamente, del coronavirus.
Inevitablemente, la Copa se cruza con el momento sanitario global. Un factor a considerar es la baja tasa de vacunación que tiene Camerún. Según los datos que entrega Our World In Data, al 28 de diciembre solo el 2,5% de la población del país (659 mil personas) tenía completo su proceso de inoculación, mientras que el 3,1% (834 mil) contaba con, al menos, una dosis.
La Confederación Africana de Fútbol (CAF) determinó que los partidos del torneo tendrán aforos del 60% en los estadios, que se elevarán al 80% cuando juegue el país anfitrión. “Tras muchas consultas con el gobierno camerunés, en vista de la evolución de la crisis sanitaria y los desafíos impuestos por la pandemia de covid-19, la CAN y el comité organizador local han acordado un límite máximo de entre el 60 y el 80% de capacidad de los estadios”, dijo la CAF en un comunicado. El certamen ya había dispuesto importantes regulaciones sanitarias como que el público asistente a los recintos debe estar vacunado y presentar un PCR negativo para el acceso.
En lo netamente futbolístico, la Copa Africana de Naciones exhibe un abanico de estrellas que le brindan un especial atractivo. Cracks que juegan en los principales clubes del mundo dejaron sus respectivas ligas para estar con sus seleccionados. Compiten 24 elencos, distribuidos en seis grupos. El certamen arrancó con la victoria del local. Camerún venció 2-1 a Burkina Faso, por el grupo A. La ventaja de los Leones Indomables es la localía. Los candidatos a la corona son Senegal, Argelia y Egipto, cuyas esperanzas están cimentadas en sus estrellas de la Premier League.
Los senegaleses llegan a Camerún con la presión de cumplir con las expectativas, debido a su gran generación de futbolistas, liderados por Sadio Mané (Liverpool), Edouard Mendy (Chelsea) y Kalidou Koulibaly (Napoli). Nunca han ganado la Copa de África. Comparten el grupo B con Guinea, Malawi y Zimbabwe. La Argelia de Riyad Mahrez (Manchester City) es el defensor del título. Está en la zona E, con Guinea Ecuatorial, Costa de Marfil (que tiene al volante Franck Kessié, del Milan, y al goleador Sebastien Haller, del Ajax) y Sierra Leona.
Para los especialistas, el C es el “grupo de la muerte”. El favorito es Marruecos, de la mano del gran lateral Achraf Hakimi (PSG). Competirá contra las Estrellas Negras de Ghana, la sorprendente Comoras (uno de los dos debutantes) y Gabón, cuyo faro ofensivo es Pierre-Emerick Aubameyang (Arsenal). Para pesar de su selección, el jueves dio positivo a Covid-19.
En el grupo D está el Egipto de Mohamed Salah (Liverpool). El talentoso atacante de los Reds es la estrella principal de la Copa, llegando como finalista al Premio The Best de la FIFA junto a Robert Lewandowski y Lionel Messi. Los egipcios tendrán como su más fuerte adversario a Nigeria.