Es la presidenta del sindicato de mujeres futbolistas, pero parece sentirse insegura de portavoz. Deniega la entrevista en varias ocasiones y al final la acepta, pero solo a través de preguntas por escrito y respondidas una vez consensuadas las contestaciones con el asesor del organismo, en un proceso que se cerró el jueves previo a la finalización del año futbolístico por parte de la ANFP.
¿Qué hace la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (Anjuff)?
Nace del estancamiento del fútbol de mujeres. En un contexto de incertidumbre, con clubes históricos cerrando sus ramas femeninas. El rol es regularizar y desarrollar las condiciones de las jugadoras. Y también, protegerlas.
¿Algún logro?
La negociación por un seguro médico universal, lograr la certeza de que cualquier lesión esté cubierta. Y hay logros intangibles, pero que no dejan de ser relevantes. Aún hay mucho por lograr y mejorar.
¿Cambió algo en el fútbol femenino tras la participación chilena en Francia 2019?
Lo más notorio, la visibilidad que tiene la Selección. Y lo vemos con asombro y emoción. La transmisión de los partidos, las marcas que se han interesado en rostros de jugadoras, la cantidad de contenido que se genera en medios y redes sociales es algo que antes no se alcanzaba. También a nivel de masificación ha habido un gran efecto. Hay muchas más mujeres jugando fútbol, de todas las edades. Uno de los puntos más altos es que las niñas más chicas están creciendo con mujeres futbolistas como referentes. Y que hoy no se juzga a una niña que juega fútbol. Es algo muy lindo que muchas mujeres no pudieron vivir.
¿Sigue la cosificación de la mujer en el fútbol? ¿Siguen existiendo comentarios o conductas inoportunas?
Por muchos avances que estemos viendo, el fútbol sigue siendo una industria muy machista. La cosificación de la mujer está y la vemos en algunos cánticos de las barras, en comentarios donde "pegarle como mina" es algo denigrante. Existe una cultura que debe ser trabajada. Es necesario reeducarnos y cuestionar comportamientos que se han naturalizado históricamente y que deben cambiar. En ese sentido, es importante visibilizar los comentarios y comportamientos que no corresponden. Es necesario tipificar qué actitudes no son tolerables. Y esto debe venir desde todas las instituciones.
¿Se nota la discriminación aún en el fútbol femenino?
Todo lo mencionado se relaciona con la discriminación. No estamos ausentes de ella y se manifiesta de diferentes formas. Muchos clubes tratan a sus ramas femeninas de manera diferente que a las masculinas; desde la cancha en la que entrenan, el apoyo mediático o el presupuesto. Hasta hace ocho meses, los planteles adultos no tenían garantías de salud. Y lo más fuerte es que muchas jugadoras no son consideradas trabajadoras, incluso dedicándose de la misma manera que sus pares, o que prestar los estadios sea una excepción y no la regla. Está cambiando en muchas instituciones, pero aún depende de las voluntades del dirigente de turno.
¿Por qué suspenden la liga?
La liga se suspendió el mismo fin de semana cuando estalló todo. Se suspendieron los partidos que se jugaban en Santiago el viernes y el sábado, el resto. Hubo clubes que ya habían viajado y no pudieron volver de inmediato. Everton se quedó más de lo estipulado en Iquique y San Marcos estuvo hasta el martes en Santiago. Luego de eso, quedó claro que el retorno del torneo solo iba a poder ser factible con la certeza de que no sucediera algo así de nuevo. Estuvimos en contacto con la ANFP desde el inicio; ellos se hicieron cargo y manejaron toda esta situación. Nadie de nosotros dimensionaba o pudo prever cómo iba a escalar todo, que iba a haber estado de emergencia, toque de queda, que el aeropuerto iba a colapsar... Por suerte todo pudo solucionarse y los planteles volvieron a sus regiones, pero esto marcó un hito de los resguardos por tomar.
¿Qué garantías les faltan para retomar el torneo?
Las garantías necesarias para que se juegue son varias. Cuando hablamos de seguridad, no es solo durante el espectáculo deportivo, que, de realizarse, seguramente sería a puertas cerradas. La realidad actual de las jugadoras es que no han podido entrenar con regularidad, porque las ramas femeninas entrenan en las noches. Entendiendo que la mayoría trabaja y/o estudia, el entrenamiento se realiza en horarios complejos, donde ya no hay transporte y donde muchas veces es peligroso volver a las casas. A eso se le suma que la mayoría de los complejos de los clubes o municipales están cerrando antes para que el personal se vaya. Entonces, muchos planteles ni siquiera tienen un lugar para entrenar. Hay una disparidad de condiciones muy amplia, que lógicamente afecta la competencia. Si los clubes quieren jugar, es necesario que se hagan cargo de todo lo que conlleva al retorno, entendiendo las características de cada rama. A esto se le suman otras incertidumbres, como la movilización previa o posterior, los riesgos que puede haber en los viajes, etc.
¿No pierden dinero por los partidos no jugados?
Menos de un dos por ciento de las jugadoras tiene un contrato laboral y son por temporada. Hay otras que tienen beneficios que el club les otorga, pero es un universo muy acotado. En la mayoría de los casos, el problema está en no tener ningún vínculo laboral que responsabilice al club ante cualquier situación.
Fernanda Pinilla aprovechó un partido de las Rojas para mostrar una pancarta pidiendo la cabeza de Piñera. ¿Les complicó eso?
No seremos nosotras quienes limitemos la libertad de expresión de las jugadoras, cuando lo que buscamos es que todas, no solo Fernanda, puedan tener una voz en el fútbol. Tenemos entendido que hubo una advertencia por parte de la FIFA, pero que no pasó a mayores. Fernanda, al igual que otros, usa sus plataformas para transmitir distintos mensajes de carácter social y eso es algo que la caracteriza y la gente valora.
La ANFP resolvió que no hubo comportamiento impropio del técnico José Letelier contra ninguna jugadora. Ustedes, como denunciantes, quedaron mal.
Una vez que recibimos la información, y que además supimos que la prensa también poseía, nuestro deber como asociación fue entregar los antecedentes al organismo competente, es decir, la ANFP, para que se hiciera cargo. Iniciada la investigación, colaboramos cuando nos lo solicitaron, pero quedó en sus manos. Entendemos que el área tiene sus procesos y protocolos, pero es importante desarrollar protocolos aún más específicos que permitan ver temáticas más profundas que afectan a las ramas femeninas y juveniles. Desde inicios de año que estamos trabajando en eso. Es importante seguir desarrollándolas en conjunto para en el corto plazo poder tener protocolos exclusivos en temática de género. Se están creando este tipo de protocolos en muchas esferas y el fútbol no debe quedarse atrás. Más allá de estar conformes o disconformes con el resultado, existe una disconformidad con cómo se manejó el tema desde los medios y cómo esto afectó a todas las personas involucradas. Es importante reflexionar sobre cómo se trata este tipo de información.
Endler las señaló como culpables de un escándalo que saltó al aire cuando ya todo estaba resuelto. ¿Se sintieron solas o traicionadas?
Estoy en desacuerdo con esa interpretación. En ese instante hubo disconformidad con la filtración a la prensa de una situación muy delicada, lo cual era una preocupación desde que recibimos la información. Estas situaciones se deben tratar personalmente y no con el nivel de hostigamiento que hubo hacia los involucrados. Conversamos con quienes debíamos hacerlo para explicar nuestro actuar, cómo se dieron los hechos para que no hubiera malentendidos. En muchos momentos los medios interpretaron las palabras a su gusto. La forma en que se masificó el tema fue irresponsable y poco sensible.
¿Dada la resolución de la ANFP, le ofrecieron disculpas a Letelier?
Se infiere de su pregunta que nosotras generamos un perjuicio a Letelier. Poner información relevante a disposición del ente rector para indagar -por los medios que corresponden y de modo privado- era un deber como institución que protege a las futbolistas. Quizás las disculpas deberían venir de quienes filtraron la información a la prensa o hicieron uso de palabras agravantes al tratar la información, que incomodaron a más de una jugadora o miembro del cuerpo técnico intentando acaparar titulares. Por eso queremos avanzar lo antes posible en un protocolo que permita abordar estas situaciones resguardando la integridad de los involucrados y tipificando qué tipo de conductas son aceptables y cuáles no.
Quien habló de conductas inadecuadas de Letelier con una seleccionada fue la ANFP en su comunicado y citando a Anjuff como denunciante. Y la resolución dice que no hubo conducta inadecuada; luego, las desacredita a ustedes, no a la prensa.
Insisto que no fue una denuncia. De modo privado pusimos a disposición de la ANFP una situación sensible para que se hicieran cargo. No nos compete revelar la información investigada. El tema está bastante cerrado y como gremio actuamos según lo que la situación ameritaba.