Futbolista iraní Amir Nasr-Azadani se salva de la ejecución, pero deberá pasar un largo tiempo en la cárcel
La pena capital que pesaba sobre el jugador por haber incurrido en delitos contra el orden público y sido involucrado en la muerte de tres milicianos islámicos fue conmutada por un extenso período en prisión. El caso genera una amplia inquietud a nivel mundial.
Amir Nasr-Azadani, el futbolista iraní que fue condenado a muerte por delitos contra el orden público y por haber sido involucrado en la muerte de tres milicianos islámicos, en el marco de la revuelta social por la muerte de la joven Mahsa Amini, no será ejecutado. El Poder Judicial de ese país determinó conmutarle la pena capital por otra igualmente enérgica.
El caso del deportista, ocurrido en plena disputa del Mundial, ha generado conmoción a nivel internacional. A Nasr-Azadani se le imputó por incurrir en delitos contra el orden público y por conspirar contra la seguridad del país. Además, se le inculpó por cometer ‘moharebé’, vale decir, una infracción “contra Dios”. Al jugador se le responsabilizaba, además, de participar en la muerte de tres milicianos islámicos en el contexto de las protestas en las que participó en la ciudad de Isfahan. Su destino parecía sentenciado.
En esa oportunidad, la FIFPro, entidad que agrupa a los futbolistas en el mundo, alzó la voz en su respaldo. “FIFPRO está conmocionado por las informaciones acerca de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país. Nos solidarizamos con Amir y pedimos la eliminación inmediata de su castigo”, planteó, a través de un comunicado.
En Chile recibió el apoyo de Gamadiel García. “El fútbol, como organización, debe apuntar a proteger la vida de todos quienes participan de la actividad. Es un derecho esencial, que no puede postergarse por reglamentación de países con otras culturas o leyes. Nosotros como FIFPro ya solicitamos que esto se detenga, pero este es un aviso de algo mayor. Si perdemos esta lucha, estaremos cediendo a la defensa mundial por los derechos humanos. Y eso pondría en peligro a la industria”, puntualizó el presidente del Sifup.
El vuelco
Al Nasr-Azadani no morirá. El Poder Judicial le conmutó la pena por la de 26 años de cárcel efectiva. Pese a lo duro que, igualmente, resulta el dictamen, el deportista corrió mejor suerte que los otros tres condenados, Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi Sheikh Shabani y Saeed Yaquobi, quien fueron definitivamente condenados a muerte.
La pena de Al Nasr-Azadani se desglosa en varias partes.16 años de prisión corresponden a su complicidad en los asesinatos contra los tres oficiales. Otros cinco están relacionados con el cargo de reunión y colusión para cometer diversos delitos y el resto con su condición de miembro activo de grupos ilegales con la intención de perturbar el orden público.
Nasr-Azadani es un jugador de discreto nivel que había finalizado su relación contractual con el Iranjavan FC. Su trayectoria parte en las divisiones inferiores del Sepahan FC. En 2015 pasó al Rah Ahan y un año después al Tractor Sazi. En 2019 lo recibió el Oxin Alborz. Las últimas tres temporadas habían estado llenas de irregularidad. Pasó por el Golreyhan y el Sepahan Novin antes de fichar en su última escuadra. La carrera de Nasr-Azadani no ha sido fácil. Dos veces, de hecho, sufrió lesiones graves. En 2018 una rotura de ligamentos cruzados de una rodilla lo sacó de competencia por un año y lo dejó sin equipo por haber faltado a los entrenamientos del Tractor Sazi. Dos años después, cuando militaba en el Golreyhan volvió a lesionarse y, otra vez, tuvo que comenzar de nuevo.
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