Fue la imagen principal de la práctica que realizó la Roja ayer, en la fría mañana de Porto Alegre. Orlando Caicedo, el sanador pránico de la selección chilena, caminaba junto al arquero Gabriel Arias por una de las canchas del centro de entrenamiento de Gremio.

Ambos salieron conversando juntos desde el camarín. La charla ya llevaba varios minutos. El odontólogo colombiano, cuyo papel es casi el de un sicólogo deportivo, era el que más hablaba. Movía las manos de vez en cuando, para gestualizar sus palabras, mientras el arquero asentía y balbuceaba de vez en cuando. La plática continuó hasta que la caminata encontró a Caicedo y Arias con Urra y Cortés, los otros porteros.

Reinaldo Rueda sabe que el meta nacido en Argentina no pasa por su mejor momento anímico. "Recibo muchas puteadas y muchas críticas por redes sociales. Es feo...", expuso después del partido ante Colombia.

Por lo mismo, el sanador pránico aplica su método al dueño del arco nacional, con charlas y consejos para que su estado anímico se refuerce de cara al duelo con Perú y una eventual definición a penales, instancia que nuevamente fue entrenada por la Roja.