En el corazón del sector Lo Ovalle, de La Cisterna, Galo Lara (41 años) revisa su último libro de jugadas. Están fresquitas sus maniobras. El mentor de los Chicos de Oro las trajo de su último campamento para entrenadores en Orlando, donde pasó febrero codeándose con colegas, preparadores físicos y scouting de Estados Unidos, Canadá, República Dominicana, México...

Sin acceso a la Federación, que cortó sin aviso y repentinamente sus servicios, Lara trabaja ahora en Sergio Ceppi, un club de barrio con gran tradición cestera en Santiago.

¿Por qué sale de la Federación de Básquetbol?

Nadie me ha informado oficialmente de que no sigo en la Federación. Lo publicado en tu diario son las únicas palabras que he recibido sobre mi desvinculación. Formalmente nadie me ha dicho ni me ha entregado un informe técnico con respecto a mi desempeño, a mi trabajo con la selección y los procesos en los cuales yo estuve involucrado.

¿Dónde está el cortocircuito? ¿Qué pasó?

La verdad es que no sé qué gatilló mi salida. Solo puedo decir que presenté un proyecto a la federación, uno profesional, a largo plazo, que buscaba desarrollar un proceso de cinco años con la generación dorada, con la que salí campeón sudamericano y quinto de América, con la meta de llegar al Panamericano 2023 a ganar medalla.

¿Una medalla en básquetbol panamericano?

Por supuesto. Yo estoy seguro de que con esta generación podemos pelear una medalla en los Panamericanos 2023. Y todavía estoy dispuesto, siempre, a apoyar el trabajo de la selección. El básquetbol es mi misión de vida, trabajar con niños y jóvenes, formarlos. Soy muy bueno en eso. Pero también me interesa trabajar en procesos serios, profesionales. No hay proceso formativo de un año que traiga frutos. Y esa es la mentalidad contra la que hoy peleamos.

Daniel Frola, head coach del básquetbol chileno, dice que usted quería usurpar su lugar y el del seleccionador adulto...

Yo proyectaba trabajar con el grupo con el que salí campeón. El equipo que yo dirigía. En ningún momento quise tomar el puesto del head coach ni el de la selección adulta.

Habla de la generación dorada. ¿Se siente su padre?

Me siento un entrenador que trabaja profesionalmente, que puede apoyar a un grupo. Si me dices que soy el padre de una generación dorada, te digo que no. Este es un trabajo que continué, además; llegué a la selección porque Manuel Córdoba (hoy DT de Valdivia) me llevó como asistente. Y después, durante los cuatro años que estuve en la federación, seguí su camino, incluyendo mi manera de trabajar, pero siempre manteniendo una línea.

Córdoba se fue mal y hablando duro contra Frola...

No quiero meterme en polémicas. No hablaré de una persona que no tengo al frente. Prefiero hacerlo cara a cara. No haré lo que hicieron conmigo. Mi único sueño es poder guiar a estos chicos y que alguno esté el día de mañana defendiendo a LeBron James en la NBA o jugando en la élite de Europa. Y creo que se estaba haciendo un buen trabajo. Si los chicos no ven un proyecto serio, no será tan fácil convencerlos de que se pongan la camiseta de Chile. No solo a ellos, sino a sus familias... hay chicos que están en el extranjero, que no viven en Chile, cuyos padres están pendientes de cómo se maneja todo acá.

¿Ese proyecto no existe?

Yo lo tengo...

¿Y solo el suyo vale?

Desconozco qué proyecto tiene hoy la federación con las selecciones formativas. Pero un objetivo claro debe ser el Panamericano 2023.

Hoy la U17 la tomó directamente Frola...

No sé qué proceso o qué proyecto tienen para las generaciones que vienen. Yo presenté el mío, frente a la directiva de la federación y la respuesta fue que mi trabajo no era viable. Yo esperaba que la respuesta fuera que, al menos, se haría el intento por gestionar.

¿Fue con un abogado exigiendo mucho dinero?

No es cierto. Trabajo con un equipo profesional, con asesores, entre ellos un abogado. Y sí me acompañó, pero no pedimos dinero.

Irán Arcos, presidente de la Federación, dijo: "Usted me dice Galo Lara y yo pienso en polémica". ¿Por qué?

Porque no hay argumento alguno para que yo no esté en la Selección.

¿Alguna teoría? ¿Celos?

No sé. Tenía contrato hasta julio de 2018, tras el Premundial. Pero tras ganar un Sudamericano, obtener un quinto lugar en América, algo nunca alcanzado, uno espera otra cosa. Esto es raro, muy raro.

¿Estaría dispuesto a volver?

Siempre estaré dispuesto a apoyar a la selección chilena. Los chicos creen en mí, se sienten representados por mi trabajo.

"Los chicos"... ¿Siempre los llamará así?

Es que son chicos todavía, aunque las vida les cambió.

¿Cómo?

De un día para otro fueron estrellas, los empezaron a llamar de los medios, los cazatalentos. Se hicieron más respetados, porque no es lo mismo llegar a un lugar como campeón sudamericano que llegar sin ningún pergamino.

¿Sigue a Carvacho, el inesperado rey chileno de los rebotes en EE.UU?

Sí, Es tremendo. Llegará a la NBA. Si no este año, el próximo. Pero no debe relajarse.

Ahora trabaja en un club de barrio como Ceppi...

Estoy trabajando en un club de barrio, sí, pero con una directiva que cree en mí y me puso al mando de todas las ramas. Estoy desarrollando un proyecto a cuatro años. Estoy muy motivado.

¿Un plan parecido al que tenía en la Federación?

Tiene mucha relación. Mi forma de trabajar siempre proyecta un grupo no solo para una temporada. No es solo ganar, busco dejar un precedente, independientemente de las personas que estén.

¿Y a usted le cambió la vida?

Te lo resumo así. Antes de ser campeón sudamericano podía dar una opinión de básquetbol y me respondían sí, puede ser. Pasó lo del Sudamericano y a los tres, cuatro meses, yo decía algo y me respondían "sí, eso hay que hacer".

Menos en la federación...

Mmmm...