Gareca: "Hay equipos que se arman de la nada y, convencidos, terminan ganando un campeonato"
En la entrevista con el DT peruano, publicada por La Tercera en la previa de la semifinal, hay una frase premonitoria que ahora recobra sentido. Ya hablaba entonces de que sabiéndoles llegar a los jugadores podía romper con los favoritismos.
Hace un mes, de paso por Bogotá en una cumbre de fútbol, Ricardo Gareca (Buenos Aires, 1958) le contó a La Tercera que fue uno de sus nietos el que, jugando con él a la pelota, le dio una buena pista sobre lo que tenía que hacer con Perú: "Yo le pateaba y él me pateaba. Y me nombraba todos los jugadores europeos, algunos que ni yo conocía. Esto me hizo reflexionar. Sí, somos admiradores del fútbol europeo, pero tenemos una historia muy rica, enorme. Si un jugador o entrenador es europeo, para todos es palabra santa por el simple hecho de que nació o esté trabajando allá", relataba.
"Y esto es lo que hemos cambiado en Perú", presume con orgullo tras su reflexión. "Nos tocó recuperarle la autoestima, la fe, la confianza. En definitiva, lo que nos propusimos fue comprar lo que queríamos y no lo que permanentemente consumíamos. Lo llené de confianza, de creer en lo que es capaz el jugador sudamericano. Porque en un deporte individual cuando hay una diferencia, esta es notoria; pero en un deporte colectivo, si algo nos enseñó el fútbol a través de la historia, es que no se puede pronosticar nada. Hay equipos que se arman para salir campeones, pero terminan peleando por evitar el descenso; y equipos que se arman de la nada, con muchachos que están convencidos y un cuerpo técnico que acierta en la forma de llegarles y hacerlos jugar, terminan ganando un campeonato".
Lo dice quizás como aviso de lo que su selección iba a ser capaz de hacer en Brasil. Pero se quita importancia. "A veces, perdemos de vista que el importante es el jugador. A diario escuchamos que se magnifica la imagen del DT. No digo que no seamos importantes, pero somos un engranaje más. La maquinaria, sobre todo, la conforman los jugadores".
Y hablando de jugadores, desgrana al que trabaja con él: "Del jugador peruano destaco su confiabilidad. Cuando va con su selección, se transforma, saca un extra. También hay otro aspecto: a veces, con tantos conceptos tácticos, estamos frenando la creatividad del jugador sudamericano. Que si hay que jugar a un toque, a dos toques, que la pelota no se entretenga… Sí, todo eso está bien, pero me parece que tenemos una esencia a la que agregarle la intensidad y la dinámica con la que se juega hoy en día, pero sin perder los fundamentos, la habilidad, el control, la inventiva del jugador sudamericano".
En la Copa América de Chile 2015, Perú ocupó el tercer lugar; un año después en Estados Unidos alcanzó los cuartos de final, y esta vez ya está de nuevo entre los cuatro mejores; sin embargo, la idea de Gareca es continuar un proceso: "La experiencia y el camino recorrido que llevamos nos debe permitir crecer. Es un país con un enorme potencial, pero no está direccionado en la infraestructura, en la base. Es cierto que hay una intención de cambiar las cosas, pero se debe profundizar. Si no, todo se queda en la expectativa. El talento está ahí, nada más hay que desarrollarlo más".
Gareca se proclama un tipo tranquilo: "Uno está supeditado a los resultados y nuestros estados de ánimo cambian, pero creo que aún en los peores momentos uno tiene que mantener la calma, que es elemental, y entender que hay momentos buenos y malos. Lo más importante es no priorizar lo que piensen de uno, es algo que no se puede evitar. Hay un montón de gente que analiza y puede estar o no de acuerdo con uno, se puede hablar sin argumentos de que un equipo juega mal, pero la clave es hasta dónde uno se permita que esta crítica lo afecte. Se debe estar convencido de que el camino que uno tome es el indicado".
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