Ricardo Gareca da vuelta la página, no sin antes reconocer que el rendimiento que mostró la Selección ante Perú estuvo lejos de sus aspiraciones iniciales. “Se hizo un buen primer tiempo, y luego Perú ajustó mejor las marcas y nosotros estuvimos imprecisos en la lectura del juego. Más allá de que no fue lo que pensábamos desarrollar, el equipo siempre fue a buscar y tuvo la intención de ganar. Aunque estuvimos enredados y esperamos mejorar en la elaboración del juego”, analizó el Tigre respecto del pálido empate ante los incaicos, muy lejos de las expectativas que había cifrado el último apronte, frente a Paraguay.
Hoy, sin embargo, la preocupación del estratega es otra. Por cierto, de mayor magnitud. Chile tendrá enfrente a Argentina, en un encuentro que, por un lado, evoca recuerdos concretos, pues se jugará en el mismo escenario en que la Roja levantó la Copa América Centenario ante la Albiceleste, en 2016, y, por otro, preocupaciones igual de concretas, pues los transandinos son los actuales campeones del mundo y, aunque no fueron tan convincentes, igualmente comenzaron su participación en el grupo A con una victoria sobre Canadá.
No hay plan especial
Gareca descarta de plano que vaya a desarrollar un plan especial para controlar a Messi. “Todos sabemos la importancia que tiene Messi. Lógicamente, hay que tomarlo. Siempre es especial a Argentina, más allá de lo que representan, no son enfrentamientos comunes. Estoy totalmente enfocado en mi Selección, pero son partidos especiales”, admitió, sin profundizar, precisamente, respecto de cómo intentará neutralizar al astro que hoy milita en el Inter Miami.
La búsqueda del Tigre va por otro lado. Al margen de la necesidad de sumar puntos que puedan contribuir al objetivo de avanzar de ronda, su pretensión es que Chile retome la imagen que había mostrado inmediatamente antes de iniciar el certamen. “Imagino un partido con ambos tomando la iniciativa”, dice, respecto de la forma en que afrontará el duelo ante el equipo de Scaloni.
“Quiero que Chile asuma un protagonismo en el campo de juego, poder desarrollar nuestro juego. Que encontremos nuestra manera de jugar, ir consolidando una manera de jugar y enfrentar esta clase de partidos”, sostiene, en un plan que, también, proyecta de cara a su principal meta: escalar en la tabla de las Eliminatorias.
El entrenador argentino, también habla desde la perspectiva personal de cómo afronta el duelo. “Tengo gente amiga y familia argentina, pero mi familia viene y se pone la camiseta de Chile en el estadio. No cambia nada la nacionalidad, eso se lleva en la sangre, pero hoy ellos me desean que me vaya bien”, establece.
Optimismo
El entrenador procura ser optimista. “Los muchachos van a llegar bien al partido. Uno espera hasta último momento para poder decidir si hacer algún cambio. A los chicos los veo bien, más allá de que esperábamos iniciar el torneo con un triunfo. Anímicamente, los jugadores están recuperados”, puntualiza.
Físicamente, al menos, el equipo, en su mayoría, está en buenas condiciones. El único descartado es Diego Valdés. El volante del América se desgarró en el choque ante los incaicos y se perderá, al menos, la primera fase. Su sustituto será Darío Osorio, a quien el Tigre blindó en la antesala. “Osorio arrastraba una lesión de la que está completamente recuperado. El equipo lo confirmo mañana (martes), pero todos confiamos en sus condiciones. Tenemos expectativas en él”, declaró, naturalmente dejando un margen de incertidumbre respecto de la conformación de la oncena estelar.