Las sensaciones que Christian Garin había dejado en el Masters 1.000 de Cincinnati no fueron buenas y levantaron un mal presagio acerca de lo que pudiese ocurrir en el US Open, que se juega en las mismas canchas. En teoría, el sorteo parecía bien favorable para el número 19 del mundo, ya que en primera ronda lo puso ante el estadounidense Ulises Blanch (244°), un rival que accedió al cuadro principal por una invitación, pero que lo hizo sufrir en demasía. De todos modos, lo sacó adelante por 4-6, 5-7, 6-4, 6-4 y 6-2, en tres horas y 12 minutos.
Gago partió errático. Ya en el tercer juego del primer set debió salvar tres puntos de quiebre. Sin embargo, no tuvo la misma suerte en el décimo juego, cuando el local le quebró para ganar la manga. Por otra parte, con la devolución tampoco anduvo fino, lo que le facilitó la tarea al nacido en Puerto Rico.
El ímpetu de Blanch se notó tanto en sus aciertos como en sus errores. Eso le sirvió para escapar de todas las posibilidades que tuvo de quiebre en contra y para aprovechar las que tuvo a favor, sobre todo en el segundo set. Sin embargo, el chileno supo aguantar y comenzó a imponer de a poco su mayor jerarquía. En el quinto juego de la tercera manga logró el primer quiebre del partido y el impulso necesario para dar vuelta un partido que se le estaba escapando de las manos.
En el cuarto capítulo, la tónica fue similar. Garin mantuvo la calma y logró el ansiado quiebre. A esas alturas, su rival comenzaba a ceder anímicamente y se llenó de errores no forzados que el pupilo de Andrés Schneiter aprovechó bien. Así, todo se definió en un quinto set, donde el chileno pegó primero, con un inmediato break. Y si bien el norteamericano le quebró de vuelta, solo fue un susto, ya que luego el Tanque rompió dos veces y encaminó una compleja victoria, que de seguro le servirá en lo anímico. El miércoles enfrentará al ucraniano Mikhail Kukushkin (96°), quien venció por 6-4, 7-5 y 6-4 al húngaro Attila Balazs (78°).