Chile no supo aprovechar su favoritismo en el primer día de Copa Davis. Los cálculos iniciales eran optimistas con la idea de que Nicolás Jarry (41º) venciera a Jurij Rodionov (197º) y que Christian Garin (95º) superara a Dennis Novak (154º). Sin embargo, la proyección solo se cumplió hasta la mitad y el equipo nacional iguala 1-1 con Austria.

Nuevamente Nico fue el baluarte chileno, imponiéndose por un doble 7-5 al debutante Rodionov, en un partido en el que apeló a la jerarquía para frenar el ímpetu y los buenos tiros de su joven rival. Gracias a eso no pasó grandes zozobras y ni siquiera enfrentó puntos de quiebre con su servicio.

Las subidas a la red y la paciencia para trabajar los puntos dieron cuenta de la calidad del Príncipe, quien tuvo mucha tranquilidad para presionar a su inexperto adversario en el momento preciso.

Si bien no fue una victoria fácil, Jarry pudo cerrar el duelo en una hora y 31 minutos, lo que le permitirá no llegar con tanto desgaste a la decisiva jornada de hoy.

Hasta el triunfo del nieto de Jaime Fillol, el plan funcionaba perfecto. Pero el día no terminaría bien.

En el duelo de fondo, Christian Garin tenía una inmejorable posibilidad de comenzar a asegurar la serie. Sin embargo, los fantasmas del pasado pudieron más que su invicto de 15 partidos en arcilla a fines de 2018 y que su escalada al top 100 del ranking. Tampoco importó el único antecedente entre ambos, en el que el chileno había ganado por 6-1 y 6-0, hace casi cuatro años.

Visiblemente nervioso y sin profundidad en sus tiros, la segunda raqueta criolla sucumbió ante un rival que también se equivocó bastante, pero que tuvo su merecida recompensa a los mayores riesgos que tomó.

Solo por momentos se vio lo mejor del nacido en Arica, pero nunca logró la calma,. Ni siquiera cuando logró un quiebre en el inicio del segundo set. Sus propios errores lo bloquearon y le permitieron al austriaco retomar el control del partido, para luego asegurar la victoria haciendo lo preciso. Y si bien Garin corrió y trató de tener una actitud positiva, no pudo salir de esa tensión que lo acompaña desde sus comienzos en la Copa Davis.

El escenario que se configuró pone a Nicolás Massú en un gran dilema, pues tendrá que resolver si utiliza a Jarry en el dobles (Julio Peralta arrastra una lesión en la muñeca) y en el cuarto punto, que se juega inmediatamente, o guardarlo para que no se desgaste.

Pero no solo eso tendrá que decidir el capitán, ya que ante la eventualidad de un 2-2, deberá ver si ratifica a Garin, pese a su malos antecedentes en definiciones de este tipo (perdió ante Emilio Gómez, Santiago Giraldo y Guido Pella), o se la juega por Tomás Barrios.

Este panorama también le abre posibilidades al capitán austriaco Stefan Koubek, pues podría liberar del dobles a Jürgen Melzer, para que sea él quien defina en caso de un último punto.

La fe de Massú está intacta, pero debe ganar este duelo táctico para coronar su proceso iniciado hace un lustro con el ansiado regreso al Grupo Mundial después de ocho años.