Christian Garin (17°) no levanta cabeza. En el ATP 250 de Amberes nuevamente dejó ir una oportunidad de consolidar su juego y recuperar las sensaciones que tuvo hasta antes de la pandemia. En el certamen belga se despidió en la segunda ronda (quedó libre en la primera) tras caer por 4-6, 6-3 y 6-3 frente al español Alejandro Davidovich Fokina (44°).

Tras el cisma que lo llevó a despedir a su extécnico Franco Davin, el mejor tenista del país buscó refugio en Jorge Aguilar, ayudante de Nicolás Massú en Copa Davis y una persona que ya ha sabido acompañarlo en momentos complicados en otras etapas de su carrera. Sin embargo, más allá de algunas modificaciones en aspectos de su juego, los resultados todavía siguen estando al debe.

Durante buena parte del encuentro frente al hispano, Garin apretó el puño y se intentó dar ánimo, lo que en cierto modo denota una preocupación en potenciar su expresión corporal. Además, comandó los puntos, siendo agresivo, lo que permitió ganar con bastante aplomo el primer parcial. Pero esa consistencia no le duró todo el partido, lo que su adversario supo aprovechar.

El derrumbe del nacido en Arica vino tras dejar ir una chance de quiebre en el tercer set. En ese momento Davidovich era una verdadera ruleta rusa, alternando errores increíbles con tiros de muchísima calidad, especialmente con su derecha. Esa irregularidad llevó al malagueño a recriminarse duramente, pero en vez de venirse abajo, eso le sirvió como una catarsis para salir de la dura situación en que se hallaba.

De ahí, fue el chileno el que cayó en la confusión y su adversario le terminó pasando por encima con numerosos tiros ganadores que le permitieron conseguir un quiebre en el séptimo y otro en el noveno juego, para cerrar su paso a cuartos de final y llevarse un partido que en el comienzo se veía bastante cuesta arriba para él.

Esta nueva derrota alimenta una estadística preocupante para Garin, ya que este año acumula tres victorias y 10 derrotas ante jugadores del top 50. Mientras que desde Wimbledon, a principios de julio, no puede encadenar más de dos triunfos consecutivos, algo que en un jugador de la categoría suya es muy llamativo.

Sigue en El Deportivo