Garin se convierte en héroe y lleva a Chile a Madrid

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El tenista nacional superó sus miedos y se impuso con gran autoridad para dejar al equipo nacional al Grupo Mundial después de ocho años.



El grito profundo de Christian Garin fue un desahogo que resumía muchas tardes de frustraciones y cuestionamientos durante los últimos seis años en Copa Davis. Pero hoy toda esa fragilidad quedó solo como un mal recuerdo y le permitió a Chile ingresar al renovado Grupo Mundial después de ocho años sufriendo lo indecible en las categorías inferiores del tenis planetario. Y lo hizo a lo grande, venciendo por 6-2 y 6-1 a Jurij Rodioniov (197º).

Después de la derrota ante Dennis Novak y dentro de toda su pena, prometía ir por su revancha en Copa Davis, una competición que siempre ha sido muy esquiva para él. Y no por el juego, sino que por sus nervios. Esos mismos que en otras decisivas no le habían dado la chance de salir victorioso. Era el todo o nada.

La de hoy, eso sí, era probablemente el partido más importante de la carrera del número dos nacional. Y lo enfocó de la mejor manera, con cambios en su juego y hasta en su vestimenta. De hecho, entró con una camiseta de Nicolás Massú a enfrentar al austriaco Rodoniov, un talentoso zurdo que dejó una buena impresión frente a Nicolás Jarry.

En la cancha, los tiros más profundos del Tanque recordaban su versión más actual, esa que lo puso entre los 100 mejores y que lo convirtió en uno de los mejores exponentes del circuito sudamericano de challengers. Por eso no resultó extraño que lograra un tranquilizador quiebre en el sexto juego, para encaminar de esa manera el parcial a su favor.

La segunda raqueta nacional trabajó muy bien los puntos, especialmente castigando el revés de Rodionov, acaso uno de sus flancos más débiles. Esa estrategia le dio mucho resultado, porque le permitió salir del apremio y dominar a su rival, a tal extremo de que logró un segundo quiebre para ganar el set por 6-2.

El impulso del nacido en Arica fue tremendo. La solidez y contundencia de sus golpes le permitieron rápidamente ponerse en ventaja con un tempranero quiebre, luego de un extraordinario winner de revés. Un golpe que le dio muchísimos dividendos.

El chileno no bajó la intensidad. No quería sorpresas desagradables y terminó disfrutando en la cancha de una de las victorias más importantes de su carrera, una que Massú y todo el equipo esperaban desde que asumieron cuando Chile había caído a las profundidades de la Zona Americana II. El abrazo emocionado en el suelo del capitán coronó una de las jornadas más gloriosas de los últimos años.

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