El nuevo proceso de Christian Garin (81°), con Andrés Schneiter como entrenador, aún no sabe de victorias. Tras su fugaz paso por Astana, el chileno viajó a Italia para jugar en Florencia y volvió a caer en primera ronda. Ahora fue ante Alexandr Bublik (43°) por 7-5 y 6-2.

Un encuentro en donde Garin logró mostrar mejoras en su juego durante el primer set, pero en donde no encontró las armas para mantenerse en el partido durante el segundo parcial. Allí fue superado de forma clara por el kazajo.

Una dualidad que queda clara si se ven los números del encuentro disputando en la Toscana. En el primer set el ex 17 del mundo logró anotar dos aces, conectar el 78% de primeros servicios (ganó el 65%), salvar dos de tres puntos de quiebre en contra y ganar un 57% de los puntos que jugó en la malla.

En el segundo set en cambio, estos registros bajaron considerablemente. No consiguió aces, solo logró un 55% de primeros servicios (ganó el 58%), le quebraron en dos ocasiones de cuatro posibles y ganó solo el 38% de los puntos que disputó en la malla.

Sin duda en esa recaída fue clave el quiebre que sufrió en el 5-6 del primer set. Cuando perdió la manga con su servicio, el segundo mejor tenista nacional del momento no pudo retomar la agresividad y precisión que venía mostrando, cayendo inapelablemente en un segundo parcial en donde sorpresivamente su rival no mostró una caída en su juego.

De esta forma el frente a frente entre ambos jugadores queda igualado en una victoria para cada uno, ya que la única vez que se habían enfrentado había sido en 2020 durante el ATP de Hamburgo, en un duelo donde se produjo una polémica cuando Bublik decidió sacarle por abajo al chileno.

El ciclo Schneiter aún no puede despegar

Lamentablemente para Garin las victorias con su nuevo técnico todavía no llegan. Tras un debut en Astana frente a Djokovic, Florencia asomaba como una gran oportunidad para poder avanzar en un evento ATP tras un mes y medio sin mucha participación en el circuito.

Ahora intentará reencontrarse con las victorias en Estocolmo o Nápoles, en lo que viene siendo una puesta a punto para afrontar los últimos torneos del año con un mayor nivel de confianza y juego. El argentino confía en que puede lograrlo.

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