Christian Garin (25° del mundo) se fue del partido y nunca más volvió. Esa es la conclusión de la derrota del chileno ante el italiano Mateo Berrettini (10°), en los cuartos de final del Masters 1000 de Madrid, por 5-7, 6-3 y 6-0. La raqueta criolla llegó a estar un set y quiere arriba en el segundo, pero dejó crecer a su adversario y decayó hasta verse totalmente superado, en todos los sentidos.

Un primer de fuerzas muy parejas, que partió con un quiebre para cada lado (el primero para Garin). A partir de ahí, números contundentes de ambos jugadores con su servicio. Muy pocos errores y casi nulas chances de amenazar al contrario. Un juego de firmeza, donde el que aflojaba se iba. Y el nacido en Arica no aflojó, al menos hasta ahí. Más bien estuvo atento a la más mínima duda del Berrettini, en el juego 11 de la manga, donde el italiano dejó de meter el primer saque (venía de sumar 9 aces). Gago no perdonó: rompió y luego sirvió para abrochar un 7-5 alentador.

Un dato relevante: apenas tres errores no forzados en todo el set. Prueba de que en este torneo Garin no había regalado prácticamente nada, como hizo en octavos contra Daniil Mevdevev. El europeo, afectado por la fortaleza de su adversario, miraba con mayor frecuencia hacia su equipo técnico, buscando respuestas que en la cancha no encontraba. No podía ser mejor el panorama para el Tanque, puesto que en el tercer juego de la segunda manga ya tenía otro quiebre a su favor. Y si bien sostuvo el suyo para poner 3-1, algo pasó en ese cuarto game, porque el italiano desde ahí empezó a crecer mucho.

Ayudado también por una baja evidente de la primera raqueta nacional, que se olvidó de meter primeros servicios y perdió mucha movilidad. La confianza bajó y la de su rival se elevó. Al punto que Berrettini ganó cinco juegos consecutivos para llevar el segundo parcial por 6-3. Y sumó un sexto, en el inicio del tercer set, con otro rompimiento, muy doloroso para el nacional. Había que salir del hoyo, el romano dio un pequeño margen, pero Garin desaprovechó dos puntos de quiebre. Con el 2-0 para su adversario, había que despertar pronto o la opción de una semifinal de Masters 1000 se esfumaba.

El chileno, sin embargo, no despertó. En realidad, se hundió todavía más. Entregó su saque por cuarta y quinta vez consecutiva y quedó 0-5 en la manga decisiva. El resultado ya estaba totalmente en las manos del italiano, a quien no le tembló la mano. Con un categórico 6-0, después de 11 juegos seguidos a su favor, cerró el compromiso se instaló entre los cuatro mejores de Madrid. Garin ahora debe sacar de la cabeza un partido que tuvo a su favor y que dejó ir en un momento clave. Se viene Roma, el tercer Masters 1000 de la temporada de arcilla, el último antes de Roland Garros.

Contra este top ten no pudo, aunque ya demostró que puede, que está cerca, pero tiene que dar ese salto en serio a donde están los grandes de los grandes. Le queda ese buen gusto y el ascenso al puesto 22 del ranking ATP. Aunque lo más probable es que durante las próximas horas al jugador nacional le seguirá dando vueltas el compromiso y el hito que se le escapó.