Christian Garin (42°) buscaba la tercera ronda del Masters 1.000 de París, pero para ello necesitaba sobrevivir al gigante estadounidense John Isner (17° y 2,08 metros). Y lo hizo con muchísima jerarquía, imponiéndose por 7-6 (5) y 7-6 (4), en una hora y 33 minutos.
El número uno nacional necesitaba la victoria para cerrar la temporada por primera vez dentro de los 40 mejores del mundo. Y para conseguirlo, la estrategia era muy clara: estar muy concentrado sirviendo e intentar ponerla en juego al momento de la devolución de su rival, uno de los mayores sacadores del circuito y que está poco acostumbrado a jugar puntos largos y a que lo muevan de lado a lado. Por cierto, esta fórmula ya le había resultado al chileno en el único enfrentamiento previo, en Cincinnati, donde ganó en dos mangas.
En el primer set, la ventanita se abrió en el tie break. Brillante con la devolución, sobre todo con el revés, el Tanque logró tres miniquiebres consecutivos. Y, pese a ceder dos veces su saque, logró cerrar magistralmente el desempate y comenzar a encaminar un durísimo partido a su favor.
Una maravillosa devolución le permitió a Garin quebrar en el comienzo del segundo parcial. Luego, en el siguiente juego, salió adelante de los embates de Isner, salvando tres puntos de quiebre. Sin embargo, en el sexto game cometió dos dobles faltas y dos errores no forzados, lo que le permitió a su adversario meterse nuevamente en el partido.
Con este escenario, todo se definió en un nuevo tie break, donde el nacido en Arica tuvo que sortear un difícil inicio, con un miniquiebre abajo. Un increíble error no forzado de Isner en la red le permitió nivelar las cosas. El resto, lo haría su devolución, cerrando el encuentro jugando al ataque.
Por el paso a cuartos de final y un lugar entre los 35 mejores, el pupilo de Andrés Schneiter se medirá mañana con el francés Jérémy Chardy (65°), quien superó por 4-6, 6-2 y 6-4 a uno de los grandes favoritos, el ruso Daniel Medvédev (4°).