La palabra fracaso suena dura, pero en eso terminó la expedición de la selección chilena Sub 20 en el Sudamericano de Colombia. Una vez más quedó eliminada del campeonato en la fase inicial. Sucedió por cuarta ocasión consecutiva. Una serie de tropezones que ya completan una década olvidable para la categoría. Desde el equipo de Mario Salas, en 2013, que la Roja no está presente en el Mundial. Como consecuencia, se acabó la era de Patricio Ormazábal al mando del equipo. El éxito de las selecciones juveniles implica, como efecto dominó, surtir de nuevas alternativas al combinado absoluto. Llámese recambio, regeneración u otro concepto. En teoría.
En entrevista con este medio, antes del Sudamericano, Ormazábal manifestó que “el objetivo principal de la Selección Sub 20 es pasar jugadores mejor preparados a la Selección adulta. La mayor cantidad posible... El único objetivo que me han pedido desde que llegué acá ha sido que la Selección Sub 20 tiene que formar jugadores para pasar a la Sub 23 y adulta. Nunca ha venido alguien a decirme ‘usted tiene que clasificar al Mundial’ o ‘su obligación es clasificar al Mundial’”.
Los pilares de la Generación Dorada no son eternos. Por lo tanto, la tarea es poner sobre la mesa nuevos nombres, llamados a tirar del carro de cara a los desafíos de mediano y largo plazo. Sin embargo, esa transición hacia el plantel absoluto no ha sido el más pleno en los últimos años. Como está dicho, el último equipo Sub 20 con éxito fue el de Argentina 2013. Liderados por Mario Salas, el Equipo de Todos clasificó al Mundial de Turquía con un plantel en el que destacaban Igor Lichnovsky, Nicolás Castillo y Ángelo Henríquez, entre otros. En las siguientes cuatro ediciones del campeonato, Chile se despidió prematuramente, ni siquiera pasando a la ronda final.
Si bien esos planteles han aportado a la Roja adulta, no ha sido con la potencia suficiente para generar un recambio robusto. Hasta hoy, ninguno le ha sacado el puesto, con propiedad, a los históricos del seleccionado.
130 juegos entre 23 jugadores
El Deportivo hizo el ejercicio de revisar los jugadores que integraron los planteles de los últimos cuatro Sudamericanos (Uruguay 2015, Ecuador 2017, Chile 2019 y Colombia 2023) para determinar cuánta presencia han tenido en la Selección absoluta, al menos en una ocasión. El resultado no es el más halagüeño. Más bien, expone la teoría de las “generaciones perdidas”.
El certamen de 2015 terminó en un fiasco. El cuadro chileno, dirigido por Hugo Tocalli, fue último en su grupo, con tres puntos. De los 23 que formaron el plantel, solo siete han jugado por el combinado A: Sebastián Vegas (20 partidos), Pablo Galdames (12), Brayan Cortés (9), Ignacio Jeraldino (4), Marcos Bolados (3), Cristián Cuevas (1) y Rodrigo Echeverría (1). El caso del golero de Colo Colo resulta especial, porque era el suplente de Miguel ‘Manotas’ Vargas, hoy en el Cienciano de Perú, alguna vez sondeado para la selección incaica por el origen de su padre. Los siete futbolistas recién mencionados suman 50 presencias en la Roja.
Otro fracaso sucedió dos años después, en Ecuador. La generación 1997, dirigida por Héctor Robles, llegó con expectativas al certamen, sin embargo todo terminó rápido porque Chile fue último en su grupo y sin victorias. Un balance del terror. De aquella plantilla, ocho han actuado en el equipo adulto, sumando 41 presencias. Ellos son Francisco Sierralta (15), Gabriel Suazo (13), Iván Morales (5), Víctor Dávila (3), Zacarías López (2), Gonzalo Collao (1), Yerko Leiva (1) y Ángelo Araos (1). Recientemente, el ex capitán de Colo Colo, ahora en el Toulouse de Francia, se ha ganado una consideración mayor como lateral izquierdo, sitio en el cual las alternativas no sobran.
Pasamos al Sudamericano de Chile 2019. Héctor Robles se mantuvo en su cargo, pese al mal registro anterior, y nuevamente la Roja se despidió en la fase de grupos, ahora en casa. Fue cuarto en su zona. De los 23 integrantes del equipo, apenas siete cuentan presencia en la adulta: Tomás Alarcón (12), Diego Valencia (9), Víctor Méndez (6), Nicolás Díaz (5), el ya mencionado Iván Morales (5), Alex Ibacache (2) y Marcelo Allende (1). Y respecto a los jugadores que estuvieron en Colombia 2023, solo dos han jugado en la absoluta: Darío Osorio (3) y Lucas Assadi (1).
Los guarismos muestran que 23 jugadores de estos Sub 20 han jugado en la Roja adulta, sin embargo solo cinco superan la barrera de la decena de presentaciones: Vegas, Sierralta, Suazo, Galdames y Alarcón. Todos alternan en las nóminas. Ninguno es un titularísimo en el equipo rojo. De estos cinco, dos participaron de la última fecha FIFA de 2022: el zaguero del Watford y el flamante lateral del Toulouse.
Otro dato. La sumatoria de todos los nombres planteados en esta nota arroja un total de 130 presencias en la Roja adulta. En el registro histórico, hay cinco referentes de la Generación Dorada que, individualmente, tienen más: Alexis Sánchez (152), Gary Medel (152), Claudio Bravo (144), Arturo Vidal (137) y Mauricio Isla (136).
La región
Las comparaciones pueden ser crueles. Y esta es una de ellas. Otras selecciones de la Conmebol sí cuentan con titulares surgidos desde sus elencos juveniles. El ejemplo más notorio es Argentina, el campeón del mundo. Cinco de los que levantaron la copa en Qatar estuvieron en el Sudamericano de Ecuador 2017: Cristian Romero, Nahuel Molina, Lisandro Martínez, Lautaro Martínez y Juan Foyth. Esa edición del ‘Juventud de América’ nutrió de valores relevantes a sus selecciones. Sucedió con Lucas Paquetá y Richarlison en Brasil, Rodrigo Bentancur en Uruguay, Pervis Estupiñán en Ecuador y Luis Díaz en Colombia.