Una batalla mano a mano fue lo que se vivió durante los 15,7 kilómetros de contrarreloj entre Cernusco sul Naviglio y Milán. Por primera vez en los 103 años de historia del Giro de Italia, dos ciclistas llegaron igualados en tiempo a disputar la etapa 21, la última de la competencia, con 85 horas, 22 minutos y siete segundos. Tao Geoghegan (Ineos) y Jai Hindley (Sunweb) protagonizaron un enfrentamiento inédito y apasionante que terminó con la consagración del británico, quien cerró el recorrido con un cronómetro de 18′14′', contra 18′53′' de su adversario.

Los dos principales candidatos para quedarse con la corona salieron con una diferencia de tres minutos. Primero lo hizo Tao, quien en la ronda 14 había vencido en el contrarreloj de Valdobbiadene a Hindley por 26′, y luego fue el turno de su oponente, quien vistió la maglia rosa por el liderato que le otorgó el resultado que arrojó el cómputo de las bonificaciones, un día antes. Pero no pudo mantenerla.

A Hindley se le complicó el panorama a falta de los cinco últimos kilómetros. Quedó 22 segundos más atrás que su rival y estaba obligado a esperar un milagro y a sacar su máximo desempeño para intentar alcanzarlo. No obstante, Geoghegan no decayó y llegó a la meta, sintiéndose campeón. Y así fue, festejó al final del recorrido llano en Milán, ante la amargura del australiano.

Una de las pruebas más importantes del ciclismo vivió una jornada épica e histórica. Un episodio único que premió al que más pudo pelear contra el cansancio. A punta de garra, Tao logró su primera corona en el gran ciclismo, consiguiendo la maglia rosa más importante: la del título. No la había vestido en ninguna de las etapas anteriores. Filippo Ganna, en tanto, ganó la etapa del cierre.

La especial edición 2020 del Giro regaló un epílogo épico. Una competencia que estuvo marcada por el coronavirus y las condiciones climatológicas. La pandemia obligó a aumentar las medidas de seguridad, además de cambiar el calendario inicial y, en parte, los recorridos, los cuales fueron acortados para la parte final.

La causa que llevó a modificar los trayectos fue que las autoridades rechazaron los estipulados inicialmente por la emergencia sanitaria y que los ciclistas se negaron a correrlos completamente, puesto que consideraron que eran demasiados kilómetros para disputar una instancia así bajo la lluvia que cayó sobre suelo italiano. Los organizadores accedieron.

Además, a lo largo de su desarrollo, el evento registró una cifra importante de abandonos. Entre lesiones y contagiados con el covid-19, un total de 39 pedaleros regresaron a sus respectivas casas antes del término. El número más alto desde que 176 corredores se toman la salida. También es el más grande desde 2011, cuando eran 207, la competencia finalizó con 45 competidores menos.