Valdivia, último monarca de la Liga Nacional, tendrá hoy su tardío debut en la Champions League Americas, torneo que reemplazó a la antigua Liga de Las Américas. El CDV está en Córdoba para desafiar a Instituto, subcampeón del torneo argentino. El formato son cuatro grupos de tres equipos. Además de los transandinos, forma parte de la zona el Flamengo, campeón de Brasil. Luego de enfrentarse en duelos de ida y vuelta, los dos primeros avanzan a cuartos, donde se sigue la modalidad de llaves al mejor de tres partidos, hasta la final.
La situación social de Chile en octubre evitó que los valdivianos debutaran antes. En principio, los dirigidos por Manuel Córdoba iban a enfrentar a Flamengo el 29 de octubre, pero el CDV elevó una solicitud de suspensión ante el incierto escenario nacional. Además de los jugadores que participan en la Liga Nacional, donde los extranjeros son los argentinos Ignacio Alessio y Nicolás Ferreyra, más el estadounidense Rashad Madden, el CDV tendrá otros dos refuerzos foráneos para este torneo: el pívot colombiano Hanner Mosquera y el escolta norteamericano Larry O'Bannon.
El campeón chileno debutará después de todos, pues no pudieron jugar en la primera ventana. Desde Córdoba, su capitán y emblema, Gerardo Isla, cuenta las sensaciones del equipo y analiza este nuevo desafío.
¿Qué tal el viaje?
Fue un poco largo, pero eran las mejores opciones que teníamos, dado el momento en que se confirmó este partido, que estábamos jugando la Liga y lo que podíamos encontrar. Estamos preparados desde que supimos los rivales.
¿Cuál es el objetivo?
Tenemos claro que el nivel de nuestra Liga aún sigue siendo inferior a la mayoría de los que están en esta competencia, pero sentimos que la preparación ha sido adecuada. Queremos ser competitivos. No solo queremos ser parte de un lindo torneo. Con Instituto tenemos que hacer un partido prolijo, correcto, bien jugado y defendido, para ser competitivos y aspirar a una victoria. Eso venimos a buscar.
Usted ya es un emblema en Valdivia.
Me siento bien, salí de la cantera, llegué al club a los 10 años. Estoy contento, orgulloso. Soy un privilegiado de ser capitán del equipo que me formó y último campeón de LNB. También tengo hartos objetivos por delante. Me trato de preparar lo mejor posible. También quiero dar un salto de calidad, buscarlo. He ido abriendo las posibilidades y buscando la forma de ser un aporte a mi equipo.
Valdivia es una ciudad basquetbolizada, ¿qué le dijo la gente al plantel?
Las sensaciones son buenas. Hicimos buenos partidos antes de venir. Nos hemos preparado siendo conscientes de las diferencias que vamos a encontrar. No vamos a inventar nada, sino tratar de hacer lo que mejor hacemos, que es ser un equipo defensivo. Esperamos que las diferencias de nivel y técnicas con los rivales pueden ser un poco superiores, pero hay que estar lo más concentrados posibles para hacer frente a planteamientos como los de Instituto y Flamengo, que son muy ofensivos y con muchas posesiones.
¿Qué es lo más difícil que enfrentarán?
Lo primero es la extensa rotación que tienen, que son por lo menos 10 jugadores con nivel parecido. Los extranjeros son nuestras armas principales. También puede ser difícil la intensidad que vamos a encontrar, va a ser importante llevar el juego a lo que nos conviene a nosotros y no mantener lo que ellos están acostumbrados.
La Liga se detuvo unas semanas por el estallido social. ¿Cómo lo vivieron, conversaron lo que pasaba?
Sí, de todas maneras. Tenemos dos argentinos y comentábamos y comparábamos las situaciones, las formas de vida, cómo la clase media y la sociedad se ha visto olvidada por los ditstintos gobiernos desde que volvió la democracia. También comparamos los sistemas de jubilaciones, educación y salud. Todos tenemos opiniones, en algunos puntos tenemos diferencias, pero tratamos de conversar, de estar al tanto. Tuvimos cuidado en los horarios cuando había estado de emergencia, de no andar tonteando en horarios no permitidos y de no estar en lugares que puedan ser complicados. Sabíamos que en cualquier momento podíamos volver a jugar. Es nuestro trabajo y teníamos que estar preparados. Ahora va a seguir siendo un momento de fragilidad, pero nuestra liga, nuestros clubes, están diseñados de la manera que tenemos que jugar para poder mantenernos. Si bien no es obligación, es la única forma de que el deporte profesional en Chile se siga manteniendo.
Entonces, ¿está de acuerdo con que haya vuelto la Liga?
Estoy de acuerdo con volver a competir, porque es la única forma en que podemos trabajar. Sin competencia se nos acaba la liga deportivamente y no podemos representar a Chile en el ámbito internacional. Y de última, no existiría básquet profesional en Chile si no volvía la Liga. Los presupuestos están armados así. No contamos con apoyo gubernamental, la ley del deporte no pone dinero porque es una actividad profesional. La única forma es mantenernos jugando, si no se acaba y tendríamos que buscar otro trabajo. Si bien comparto todas las demandas sociales y estoy en desacuerdo con los destrozos, es nuestra responsabilidad. Así como la gente trabaja de ocho a cinco y después se manifiesta, tenemos que trabajar de alguna manera.
¿Cómo se puede proteger al basquetbolista en este tipo de recesos?
Hay distintos mecanismos. Nos ayudó bastante el diputado Marcos Ilabaca, que nos llevó a comisión y dio posibilidad de conversar y presentar un proyecto de ley, que está en la mesa para ser discutido. Es incorporar al básquet profesional en la figura del código del trabajo, porque el único deportista considerado profesional en Chile es el futbolista. Está presentado el proyecto de ley, para que el basquetbolista y otros deportes que se quieran sumar, puedan modificar el código. Así, para que los contratos sean por temporada y no hasta quedar eliminado. En Chile se juegan de ocho a 10 meses y a eso apuntamos.
¿Cuándo se paró no les pagaron?
Si lo hicieron, pero nuestro club no se mantenía uno o dos meses más si no se seguía jugando.
Volviendo a la cancha, ¿qué esperan para el debut?
Llevar el partido a lo que nos conviene, que sea de baja puntuación, de cinco contra cinco donde podamos defender y tratar de apurar el contraataque para conseguir puntos fáciles. También sabiendo que con Instituto no nos podemos descuidar ningún minuto, porque cuando están en buena noche te pueden hacer 100 puntos. Tenemos que hacer hincapié en que se sientan incómodos y no regalar espacios.