Golden State Warriors: la última gran dinastía de la NBA va por un nuevo anillo
Con seis finales en ocho años, el equipo de la Bahía es sin dudas el referente de la última década. Ahora están a solo una victoria de conseguir nuevamente el trofeo Larry O'Brien y agrandar una leyenda que se sostiene en un proceso de largo aliento.
La palabra dinastía tiene un valor especial en la NBA. Porque buenos planteles y grandes campeones se ven a menudo, pero escuadras que definan una época, muy pocas. En ese sitial entran los Golden State Warriors, un equipo que gracias a una gestión deportiva envidiable y a unos picks de draft irrepetibles, construyó a una plantilla que dominó la liga durante la última década. Ahora, y tras dos años de hibernación, están a solo un partido de conseguir el séptimo anillo de su historia y el cuarto en los últimos ocho años. Jugarán este 16 de junio el séptimo partido de la serie ante Boston con ventaja de 3-2.
Un viaje dorado que comenzó en 2015, cuando el primer campeonato de la era Stephen Curry cayó. Fue un trofeo especial para los de la Bahía, ya que no solo ponían fin a 40 años sin un anillo, sino que también dejaban atrás una etapa oscura para el equipo en donde solo pudo entrar a playoffs en tres ocasiones en los últimos 21 años. De esas tres experiencias en post temporada, dos habían sido en las temporadas previas a la victoria del 2015, dejando en claro que el proceso no fue de un día para otro.
Mucho de ese cambio se lo deben al 30. A ese basquetbolista que llegó desde la universidad de Davidson y que desde su primera temporada en la NBA comenzó a revolucionar el juego con tiros de tres nunca antes vistos. Su llegada en 2009 (vía séptima elección del draft) fue luz eterna.
En 2011 se sumaría Klay Thompson, el escudero perfecto para Stephen, otro tirador experto. Recibe, tira y liquida. Sin embargo, ellos necesitan a alguien que los cubra y proteja. Ese jugador llegó en 2012 en la segunda ronda del draft: Draymond Green.
Con ese tridente inicial, todos producto del proceso de selección universitaria, los Warriors encontraron su caparazón. Y así en la 14/15, con Steve Kerr a la cabeza, llegó el primer anillo. Fueron el mejor equipo de la fase regular (67-15) y superaron en la final de la NBA a los Cleveland Cavaliers de LeBron James por 4-2.
Sabiendo lo que era ser campeón, salieron a las 15/16 a marcar hitos. Firmaron el mejor inicio de una temporada en la historia (24-0), fueron el equipo que más rápido llegó a las 50 victorias de la temporada y consiguieron el mejor balance en una temporada (73-10), superando el récord que tenían los Bulls de Jordan (72-10) tras la temporada de 1996. Lamentablemente para ellos, los playoffs terminarían con una dolorosa derrota en el séptimo partido de la final de la NBA ante los Cavs. Por primera vez en los 70 años de la liga un equipo que iba 3-1 arriba en la fase definitoria perdía el trofeo.
Un tropezón que los haría salir a la agencia libre y firmar a Kevin Durant. La super estrella de Oklahoma viajaría a San Francisco con un solo objetivo: ser campeón. Algo que lograría por partida doble. En 2017 y 2018 vencerían a los Cavs (4-1 y 4-0) confirmando que eran la mejor franquicia de la década. Un ritmo arrollador que seguiría en el 2019 donde volverían a llegar a las finales de la NBA.
Allí eso sí caerían derrotados ante los Toronto Raptors en cuatro partidos y con varias bajas en su formación total. De todas maneras el registro de cinco finales consecutivas y tres anillos ya ponía a los Warriors en la lista de los mejores equipos de la historia.
Una final en la que muchos pensaron que el ciclo del equipo de Curry llegaría a su fin. Tras ese final de temporada Kevin Durant dejaría el equipo para probar suerte en los Nets y los de San Francisco sufrirían graves lesiones de sus estrellas restantes. Y fueron dos años en los que no pudieron ser parte de las escuadras contendientes por el anillo.
Eso hasta este 2022 en donde renacieron de forma impactante. Con un Stephen Curry en modo MVP y con jugadores de rol claves (Poole, Payton y Wiggins), los de la Bahía crecieron durante este año y lograron no solo terminar en la parte alta de su conferencia, sino que volver a una final de la NBA. Fue la sexta en ocho años, logrando algo que no se veía desde que los Chicago Bulls de Michael Jordan lo consiguieran entre 1991 y 1998. Marcas solo dignas para las grandes dinastías de la liga.
Unas que este jueves pueden agrandarse aún más. Si Warriors vence a Boston en el TD Garden cerrará la serie y conseguirá su séptimo anillo, quedando como el tercer equipo con más campeonatos en la historia de la liga, solo por detrás de Lakers y Celtics.
Su trío estelar (Curry, Thompson y Green) por otra parte conseguirán cuatro anillos cada uno, logrando igualar a las estrellas de la última franquicia que había dominado antes de ellos, los San Antonio Spurs. Tony Parker, Manu Ginóbili y Tim Duncan también levantaron cuatro veces el trofeo O’Brien, aunque en un periodo de once años.
Eso sí los de San Francisco lograron en esta serie ante Boston arrebatarle un hito no menor a los de Texas. Con el triunfo en el duelo cuatro, Curry, Thompson y Green se transformaron en el trío más ganador en la historia de las finales de la NBA, con 20 partidos festejando. Uno más que Parker, Manu y Duncan.
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