En una feria artesanal me preguntan si Juan Carlos Orellana, de Colo Colo, tiene el récord de goles olímpicos en el fútbol chileno. No. La marca pertenece de lejos a Fernando Riera, de Universidad Católica. "Contando los partidos internacionales, debo haber convertido 11 o 12, pero el que más recuerdo es uno al Pulpo Simian, en un clásico universitario… La mayoría los anoté desde la izquierda con la pierna derecha, pero también marqué desde la derecha pateando con la izquierda. Buscaba la comba, en esos años no se conocía la palabra chanfle… Llegado el momento, la gente hacía callar y se producía un gran silencio en el estadio cuando yo iba a tirar un córner. Fue tanta la presión que decidí dejar de patear los tiros de esquina", señaló.
El primer gol olímpico se registró el 2 de octubre de 1924 en el partido Argentina 2- Uruguay 1, en la cancha de Sportivo Barracas, cuando el transandino Cesáreo Onzari batió al arquero Andrés Mazzali directamente desde el tiro de esquina. Recibió ese nombre porque fue anotado al campeón de los Juegos Olímpicos (París 1924).
Recuerdo a Leonel Sánchez y Alberto Fouillioux con tres goles olímpicos cada uno. El primero de Leonel fue a Krebs, en un clásico universitario (1958). El segundo, a Francisco Nitsche, de Unión Española (1961). El tercero, a Adison Aguilar, de Magallanes (1967). Los tres por Universidad de Chile en el Estadio Nacional.
El primer gol olímpico de Fouillioux fue a Walter Behrends, de Rangers, en Talca (1960). En la jugada inmediatamente anterior, Behrends había desviado al tiro de esquina un lanzamiento penal de Fouillioux. El segundo, a Efraín Santander, de Colo Colo, en Ñuñoa (1969). El tercero, a Sergio Helo, de Deportes Concepción (1971). Los dos primeros con la camiseta de la UC, el último, con la de Huachipato.
Un volante que le pegaba muy bien a la pelota era el Chueco Moisés Silva, autor de dos goles olímpicos: de local por Unión La Calera a Gustavo Piturra, de Ferrobadminton (1964); de visita por Huachipato, a Carlos Urzúa, de la U, en Santa Laura (1973).
Del zurdo de Barrancas, Juan Carlos Orellana, dos: a Wilfredo Leyton, de Deportivo Aviación, y a Manuel Araya, de Palestino. Ambos en el Estadio Nacional (1978).
Un hermano de Juan Carlos, el diestro Raúl Orellana, de Green Cross Temuco, le había convertido en el último minuto un gol olímpico a Jaime Berly, de Antofagasta Portuario, para empatar en el norte (1969).
Otros goles olímpicos inolvidables: Cua-Cuá Enrique Hormazábal, de Santiago Morning, a Hernán Fernández, de Unión Española, en Santa Laura (1949). Chamaco Francisco Valdés, de Colo Colo, a Behrends, de la UC (1962).
¿Quién fue el arquero que recibió más goles olímpicos? Francisco Nitsche, de Unión Española: tres. El ya mencionado de Leonel (1961), uno del toscano Aurelio Vásquez, de Audax, en Santa Laura (1964) y uno del brasileño Roberto Frojuelo, de Colo Colo (1965).
Otros arqueros batidos desde el córner: Manuel Astorga (1958), Adolfo Nef (1969), Óscar Wirth (1975), Cóndor Roberto Rojas (1987).
El único gol olímpico en un Mundial corresponde al colombiano Coll en el 4-4 con la URSS en Arica 1962. Yashin, la Araña Negra, puso en el primer palo a Chokheli. La pelota dio un bote en el área chica, el defensa se apartó del vertical y la dejó pasar a la altura de su cintura. Luego del gol, Yashin gesticuló con el puño derecho y lanzó un puntapié contra las piernas de Chokheli…