Gonzalo Lama (Santiago, 27 de abril de 1993) sumó recientemente una nominación al equipo de Copa Davis, que esta semana buscará el regreso a la Finales enfrentando a Perú en el Estadio Nacional. Sin embargo, para el León será un momento muy especial, pues lo vivirá de otra manera después de tomar una decisión drástica. En esta entrevista con El Deportivo anuncia su adiós del tenis tras una rotura del menisco de la rodilla derecha, que lo obligará a someterse a una cirugía. Así, pone fin a una carrera en la que ganó dos challengers (Cali 2014 y Sao Paulo 2016), fue puntal del equipo de Copa Davis en tiempos difíciles y logró llegar al puesto 160 del mundo, todo esto en medio del combate contra el mal de Crohn, una compleja enfermedad autoinmune.
¿Cómo durmió anoche?
Bien, tranquilo. La verdad que disfrutando mucho el momento, como hace tiempo no lo hacía. Estoy disfrutándolo, si es que se puede decir de alguna manera, cosa que siempre me ha costado un montón.
¿Por qué dice que disfruta el momento? ¿Tiene que ver con la decisión que tomó?
Sí, la verdad que después del último torneo que jugué luego de una pretemporada bastante extensa, haciendo las cosas meticulosamente muy bien, tuve la mala suerte de recaer en una lesión que venía trayendo y resultó que tiene que derivar en una operación y, con todo el desgaste que eso implica desde lo mental, desde lo físico, desde la incertidumbre, cosas con las que vengo lidiando hace mucho tiempo. Por primera vez he decidido darle prioridad a mi salud mental y sé que esto fue la gota que rebalsó el vaso y no tengo ganas de hacer el esfuerzo que se necesita hacer para volver después de una operación a un nivel que me motiva.
Entonces, se está retirando del tenis...
Sí, como profesional de todas maneras. Creo que es una decisión muy visceral. Creo que no me puedo reprochar en nada como hice las cosas, quizás alguna decisión que otra, pero fue muy natural desde el momento en que yo sabía que me tenía que operar. Mi cuerpo y mi mente me dijeron que era el momento en que tenía que parar. Sí es una etapa de mi vida que se termina, pero lo veo con mucha ilusión para lo que viene. Con el tiempo lo voy a echar de menos, todavía soy joven. Quizás podría haber estirado un poco más la carrera, pero en este momento de mi vida no estoy preparado desde lo mental para seguir.
¿Cómo lo tomó su familia?
Bien, porque cuando uno hace todas las cosas con el esfuerzo y la pasión que yo las hice, el momento que uno dice basta no es tan difícil, porque uno no queda con nada adentro. Y creo que así lo estoy viviendo yo ahora y, como mi familia y mis amigos me vieron tan tranquilo, creo que lo tomaron de la misma manera en que lo estoy tomando yo.
A propósito de ellos, hábleme un poco del respaldo que ha tenido.
Mi familia completa me ha apoyado, pero si tengo que nombrar a alguien, yo te diría que a mi papá. Mi papá y mi mamá, obviamente, pero mi papá fue el que estaba más involucrado emocionalmente y sentimentalmente en mi carrera. A los dos años agarré la raqueta por primera vez y no la solté más. Mis papás nunca me pusieron presión a que yo tomara este camino como profesional, sino que se fueron llevando más por mi pasión que por lo que ellos querían que hiciera y me bancaron siempre. Siempre sentí un sostén emocional en ellos muy importante y sobre todo en mi papá.
¿Qué le dijo Nicolás Massú cuando se enteró?
Fue una de las primeras personas en saber, le fui a decir para que tomara la decisión de cambiarme del equipo y lo segundo que le conté fue que no seguía jugando más por este problema físico que vengo trayendo. Me dijo que me veía tranquilo; que me veía feliz; que si no tenía las ganas de seguir esforzándome con la fuerza mental que había que tener para volver de una lesión así, estaba bien.
¿Cuándo tomó la decisión?
Fue justo en el último partido. Sentí que la rodilla me pegó un tirón fuerte y al siguiente día tenía la rodilla como una papa, con mucho líquido.
Pero igual jugó el dobles con Marco Trungelliti...
Me podía mover dentro de todo, no quería cagar a mi partner y yo sabiendo que ya era mi último partido, porque cuando me vi la rodilla como papa, sabía que se venía la operación, con todo lo que había hablado con el doctor y todo. Obviamente, fue una decisión inmediata.
Entonces, en Estados Unidos se dio cuenta de que tenía que tomar la decisión...
Fue una decisión de guata y por eso creo que fue tan fácil tomarla. No hay nada más para dar de lo que tenía que dar. Gota que rebalsó el vaso suena algo pesimista, pero no había nada más para dar en mí desde lo mental, y creo que es algo que tengo que empezar a cuidar de ahora en adelante. Uno cuando es profesional del tenis está dispuesto a pagar un precio mental y uno está consciente de eso. Casi todos los tenistas lidian con la soledad, con los resultados, con la presión de estar todas las semanas bien, de exigir tu físico al máximo, y yo ese precio no estaba dispuesto a seguir pagándolo, y eso es el resumen de mi decisión. No tiene otro factor.
¿Y qué fue lo más lindo que le dejó el tenis?
Yo te diría el aprendizaje que me dejó, más que los resultados. Si me preguntas de manera inmediata qué es lo más lindo que me dejó como experiencia, yo te diría que el haber estado en todos los grand slams y el rendimiento que tuve en Copa Davis. Fui un privilegiado de vivir ese tipo de momentos. Hay pocas personas que lo pueden vivir y yo fui una de ellas y estoy recontra agradecido por todo lo que viví.
¿Cómo definiría su carrera?
Fue muy definida por la capacidad que tuve de superar obstáculos. Creo que en el mejor momento de mi carrera, de ranking, lo ocupé a favor. Gané muchos partidos por la misma experiencia que tuve de superar obstáculos y también fue lo que me terminó retirando, pero sinceramente estoy recontra agradecido de la carrera que tuve. Pude haber tenido mejor ranking, sí; estoy completamente convencido de que lo pude haber hecho, pero como te dije al principio, no me reprocho nada, cero. Era lo que tenía que ser, estoy agradecido de eso. Para mi tranquilidad logré cosas que cuando niño parecían lejanas. Nunca fui uno de los mejores de mi categoría ni nada y en un momento estaba número uno de Chile, ganando en Copa Davis, y es algo de lo que tengo que estar agradecido. Lo siento así y no es un cliché.
¿Qué le faltó para ser top 100?
Creo que la respuesta corta es suerte, pero si lo analizas fríamente, no tomé las decisiones que pude haber tomado de mejor manera, y eso por ahí me truncó un poco el sueño, pero fui top 200. Jugué todas las qualys de los Grand Slams, jugué Copa Davis y prefiero quedarme con lo que fui que con lo que no fui.
¿Qué entrenador lo marcó más en su carrera?
Todos tuvieron una repercusión grande en mí. Creo que Wally Grinovero y Martín Rodríguez, que fueron los primeros con los que tuve mis primeros logros grandes, después Nico y el Chino. En su momento en Copa Davis fueron entrenadores que me remarcaron muchísimo la personalidad que tenía que tener dentro de la cancha... Y todos los entrenadores que pasaron por mí... Marcos Colignon, mi formador; el Peli, mi formador de más chicos... Guille Gómez, quien me acompañó durante todo este proceso. Son personas que van a quedar marcadas en mí siempre, no solo por mi carrera tenística, sino porque formé una relación muy grande con ellos.
¿El resto del equipo sabe su decisión?
Creo que Jarry no sabe todavía, pero preferí dejarlo más piola para no repercutir mucho en lo importante de la serie. No quería opacar lo que se viene esta semana, que es muy importante.
¿Se imaginó que tras la última crisis del mal de Crohn iba a pasar dos qualys de ATP y ser nominado a las finales de la Copa Davis?
Se dio todo lo que se tenía que dar justo al final de mi carrera. Fue un premio a lo que no se me había dado antes, cuando quizás estaba en mi mejor momento. Pasé dos qualys de ATP después de una crisis gigante de mi enfermedad. Todas esas semanas que estuve hospitalizado, después pasé un par de meses hospitalizado en mi casa. Era algo con lo que solamente podía soñar y haber logrado eso después de lo que me pasó, yo lo considero un regalo.
¿Usted se siente un ejemplo o un referente de resiliencia?
Sinceramente me siento incómodo como un referente o un ejemplo de resiliencia. Me siento más cómodo traspasando mi experiencia a otras personas. Uno no es un ejemplo hasta que no lo transmita a los demás. Quizás sí, siguiendo jugando cuando no debería haber seguido, pero yo prefiero más transmitirlo hablándoselo al resto.
¿Esta semana va a seguir como ayudante?
El equipo, sobre todo Nico y Jorge, me pidieron estar esta semana. A mí me apasiona mucho la Copa Davis, yo estaba dispuesto a hacer lo que me pidieran Nico y Jorge, así que contento de estar aportando del lado que me toque aportar.
¿Y después qué piensa hacer?
Es muy reciente todavía. A mí me encantaría seguir ligado al tenis de alguna u otra manera. La respuesta corta es decirte que me gustaría seguir como entrenador de la alta competencia, que es lo que más me motiva, y seguir aportando desde otra vereda toda la experiencia que tuve y traspasar mi experiencia hacia otros tenistas.
¿Cómo ve la serie ante Perú?
A los chicos los veo muy bien. Están todos en su mejor momento. Quizás Christian no está 17 del mundo, pero su nivel nadie lo pone en duda. No hay que esconderse, somos favoritos, estamos jugando en la superficie que más les acomoda a todos, todos la pidieron, estamos jugando en Chile. No hay que esconderla que somos favoritos y hay que hacerse responsables de lo mismo.