Ya está definida la final de la Copa Libertadores 2023. En Sao Paulo, Boca Juniors superó por penales a Palmeiras (4-2), tras igualar 1-1 en el tiempo regular, y accedió a la definición del principal torneo de clubes del continente, cita en la cual enfrentará a Fluminense, que dejó en el camino a Internacional de Porto Alegre.
Todo estaba abierto en la eliminatoria entre brasileños y argentinos, toda vez que empataron sin goles en la ida disputada en La Bombonera, negocio para el Verdao porque Boca mereció mejor suerte en su casa. Durante la previa a la revancha fue tema al otro lado de la cordillera la carpeta sintética del estadio Allianz Parque, donde hace de anfitrión el cuadro paulista. Pero aquello no influyó en el desarrollo del juego.
El equipo que dirige el portugués Abel Ferreira ha tenido un éxito reciente en la Libertadores, porque ganó dos de las últimas tres (2020 y 2021). Además de este factor, tenía que refrendar ante los bosteros la hegemonía del gigante sudamericano, que copó las últimas tres finales.
Siendo un cuadro compacto, defendiendo de manera ordenada y con un par de delanteros incisivos, Boca encontró premio en el primer tiempo. En los 23 minutos, el uruguayo Edinson Cavani, el gran fichaje del fútbol argentino este año, convirtió el 1-0. El ex Valencia conectó por el segundo palo tras una jugada de Miguel Merentiel. Palmeiras trataba de entrar en territorio transandino pero no podía. Terminaba recurriendo a los centros, sin resultado. Los de Jorge Almirón se fueron al descanso en ganancia, con el 32,5% de posesión de balón.
En el segundo lapso, el Verdao salió a atacar con todo para remontar la serie. El planteo xeneize, de ser un equipo corto y contragolpeador, se afianzó. El luso Ferreira se la jugó con el ingreso de Endrick, el adolescente de 17 años que ya fue adquirido por el Real Madrid. Su entrada le complicó varias veces la existencia a la defensa boquense, que se reforzó con la entrada de Bruno Valdez. En los 55′, Boca ya tenía cinco en el fondo.
El juego brusco de Marcos Rojo era una bomba de tiempo. El experimentado defensor, ex Manchester United, generalmente cae en infracciones fuertes. Un par de ellas le generó a su equipo quedar con 10. En los 66′, Rojo recibió la doble amonestación y dejó el campo, cuando su escuadra aguantaba los embates (algo estériles) del local. Las atajadas de Sergio Romero eran el sostén de Boca. El golero, subcampeón del mundo en 2014, era de los destacados del segundo lapso. Sin embargo, no pudo hacer nada con el zurdazo de Joaquín Piquerez, quien logró empatar en los 73′.
Romero fue fundamental para que Boca aguantara los embates de los brasileños. En los descuentos, le sacó de gran manera una chilena a Endrick, que era el gol de la clasificación. Los argentinos apostaban a los penales considerando lo fuerte que es su portero en esa instancia. El choque terminó 1-1 y todo se iba a definir en la tanda. Chiquito Romero otra vez se erigió como el mejor, tapando dos penales. Boca se impuso 4-2 y avanzó.
El equipo azul y oro no llegaba a la final de la Libertadores desde 2018, cuando perdió con River Plate en Madrid. Se cruzará con el Fluminense de Fernando Diniz el próximo 4 de noviembre, en el Maracaná.