Tras el espectáculo que significó la renuncia de Pablo Guede y su marcha atrás a las tres horas, Colo Colo vuelve a salir a la cancha después de la vergonzosa derrota del pasado jueves ante el modestísimo Delfín ecuatoriano, por la Copa Libertadores. Esta vez, el rival será San Luis, otro muy complicado y con un Miguel Ramírez cuestionado como entrenador.
Será una suerte de renacer para Guede, que con su amago de fuga logró desviar la atención del desastre que significó perder en la arena internacional. El ruido de su dimisión ganó al de lo mal que el Cacique se vio en la cancha el jueves.
Tras la película que implicó todo lo acontecido el viernes en Macul, con reuniones y ruegos del presidente y sus jugadores, el refortalecido técnico albo demostró que tiene a todos en el bolsillo en Pedreros. Pasó de la renuncia a la victimización con los suyos. Y que una parte de la hinchada obviara el partido con Delfín y recordara que de su mano han ganado el Transición, una Copa Chile y dos Supercopa. Todo, claro, en el plano local, porque para afuera suma la eliminación de la Libertadores 2017 antes de la ronda grupal y el 11,11% que acumula en la presente edición. Todo eso le importó poco a Aníbal Mosa y al plantel, que en señal de apoyo estuvo presente en la conferencia del viernes, en la que Guede confirmada su continuidad. Aunque no llegaron todos.
Pasa que Guede había cancelado la práctica de la tarde, porque ya había tomado la decisión de irse. Al menos ésa era la señal. Así, algunos jugadores se comenzaron a retirar del Monumental. Otros, como los que terminaron por convencer al técnico de no irse, se mantuvieron en el recinto. Una vez tomada la decisión de continuar, el plantel determinó dar ese respaldo público y llamaron a los que ya estaban en sus casas. Matías Zaldivia, por ejemplo, retornó a Macul. Hubo un grupo que, según explican en Colo Colo, "no alcanzó a hacerlo", entre los que estaban Bryan Carvallo, Carlos Villanueva y Julio Barroso. Coincidencia o no, lo cierto es que el defensor estaba molesto por haber sido sustituido en el entretiempo ante Delfín, sumando otro capítulo de desencuentro con Guede.
Y como el espectáculo tenía que tener a todos los protagonistas alineados, Mosa también aportó lo suyo: como nunca se le había visto, quiso salir con un polerón oficial del Cacique. La señal, dicen en el recinto del cuadro popular, era demostrar que están todos uniformados; todos alineados.
Así llega Colo Colo al duelo de hoy ante San Luis. Encima, con Baeza y Valdivia a una amarilla de perderse el Superclásico del próximo domingo.