Perú se niega a despedirse de Ricardo Gareca. Tras todo lo que se ha comentado respecto a la continuidad del argentino, ahora fue Paolo Guerrero, el capitán de los del Rímac, quien  pidió que el seleccionador que logró clasificarlos a un Mundial después de 36 años, continúe en el cargo después de que el equipo, ya eliminado, diga adiós mañana a Rusia con el duelo contra Australia.

"Hablo con la voz del grupo y sería lindo que el profe se pueda quedar, creo que todo el Perú lo pide, le vamos a meter un poco de presión", afirmó sonriente el atacante, quien compartió con el propio técnico la rueda de prensa previa al encuentro que se disputará en el Estadio Olímpico de Sochi contra Australia (10.00 hrs.).

"El profe tiene que decidir qué es lo mejor para él, pero definitivamente el grupo querría seguir contando con él, porque estamos muy felices con el gran trabajo que viene realizando", añadió.

La continuidad de Gareca, muy querido en Perú no solo por la ansiada clasificación al Mundial sino también por el juego valiente que desplegó el equipo en Rusia, pese a las derrotas contra Dinamarca (1-0) y Francia (1-0)-, es una de las grandes incógnitas con las que se despiden los incas de la Copa.

Pero el técnico argentino, quien llegó al cargo en marzo de 2015 y tiene vínculo hasta el final del torneo, no quiso aclarar todavía sus planes de futuro.

"La respuesta tiene que ser como corresponde, una vez que termine todo esto. Es un país el que necesita una respuesta, es la selección nacional", reconoció Gareca, subrayando, sin embargo, que toda su concentración está ahora en Australia.

Tanto el seleccionador como Guerrero coincidieron en resaltar la importancia de este último partido, donde Perú quiere regalarle la primera victoria a la numerosa hinchada llegada desde un país que se volcó con el regreso de su selección a una Copa del Mundo.

"El grupo se tocó después de la eliminación. Fue difícil aceptarlo, después de lo que dimos dentro del campo, de los dos partidos que jugamos de igual a igual", reconoció el atacante de 34 años.

"Y es lindo sentirlo, porque eso te hace sentir que el próximo partido tiene que ser una revancha (...) Veo ahora a todos mis compañeros con un cuchillo entre los dientes porque quieren entrar al campo y no irse con las manos vacías", añadió.