Ricardo Gareca sorprendió a todos. Nadie se imaginó que Paolo Guerrero, la gran figura de Perú, fuese al banco de suplentes ante Dinamarca. No había ningún motivo, ni físico ni psicológico, para prescindir de la máxima figura incaica.

Es que el Tigre prefirió seguir su plan inicial, que consistía en arrancar desde el primer minuto con Jefferson Farfán. Para el DT, la estrella no estaba para jugar 90 minutos considerando que sólo ha jugado cinco partidos en los últimos ocho meses, producto de su sanción por doping.

Pero Gareca envió al capitán a los 62', en reemplazo de Flores. Y tuvo dos chances claras, en especial el disparo de taco que estuvo a centímetros de conseguir la igualdad.

En conferencia de prensa, Gareca explicó la suplencia del ariete: "Son decisiones y creímos que lo mejor era arrancar de esa manera teniendo en cuenta que fue el último en integrarse a la selección. Se integró en el clima muy bien". Guerrero, en tanto, evitó entrar en polémica: "Hay que respetar las decisiones del profesor y estaré cuando me requiera", cerró.