Gustavo Lorenzetti (34) revela que su llegada a Iquique se resolvió en un par de horas. Los llamados del presidente y del técnico de los Dragones Celestes le bastaron para convencerse de retornar a Chile. También el desafío que afronta la escuadra de Jaime Vera.
¿No es un retroceso?
No. Tomo todos los desafíos como muy importantes. Es diferente a los de anteriores años, porque peleamos por otra cosa, pero no hay que mirar tanto la tabla, sino que preocuparse de jugar bien.
Iquique parte complicado por el coeficiente, ¿pesa mucho?
No nos tenemos que cargar esa mochila de presión. Este cuerpo técnico, que lo conozco, porque lo tuve en la U de Conce, da mucha libertad, no te llena de presiones. Es más bien simple, busca que el equipo juegue bien, libera. Eso es bueno en estas situaciones.
¿No le asusta arriesgar un descenso en su exitosa carrera?
No, porque cuando recibí la propuesta de Iquique, revisé el plantel y concluí que hay buenos jugadores. La idea es ir partido a partido. No podemos ponernos objetivos largos. Es un torneo muy competitivo.
¿Vuelve para demostrar su vigencia después de su salida de la U?
No. Sinceramente, no pienso así. Volví porque confiaron en mí, porque conozco el país, porque no necesito adaptación. Iquique es una ciudad tranquila para vivir.
¿Es muy distinto el Chile de hoy?
Llegué hace poco, pero veo que vallaron los colegios por lo de la PSU y eso no pasaba. Ojalá que por el bien de todos, todo se solucione y que la gente viva feliz.
¿Siguió el estallido social?
Estuve bastante informado, por lo que muestra le tele, por amigos que me contaban lo que pasaba. Al principio, uno se preocupa por la gente que quiere.
¿Dudo de volver por eso?
No. El estallido nunca me hizo dudar de venir. Cada uno tiene su opinión y es lógico que haya gente que tenga temor.
¿Quién decide su salida de la U?
Mi ida de la U iba a ser un préstamo. Fue una decisión conjunta, con los dirigentes. Estaba la propuesta, con Kudelka no había terminado jugando, incluso había quedado fuera del banco. Ahí decidí salir. Nacional de Montevideo es un poderoso de América. Me entusiasmó. Llegué libre, porque Nacional superó la cuota de préstamos.
¿En qué nivel llega? En 2019 jugó 12 partidos, ¿por qué?
En Nacional me pasó algo que no me había sucedido en la U. A los cuatro días, me desgarré. Cometí un pecado de juventud a los 34 años: no avisé que me molestaba un músculo. Dos semanas, volví rápido, me resentí. A Eduardo Domínguez, el técnico que me llevó, lo echaron. Asume un entrenador con otra idea. En los últimos meses, ya no tuve más participación. El equipo ganaba y no cambiaba.
A un poco más de un año, ¿fue una buena decisión irse de la U?
Creí que era el momento de salir. Se hablaba de una renovación, de sacar jugadores de experiencia y sentí que era mejor dar el paso al costado. Es un poco de todo. Quizás si terminaba jugando, no tomaba esa decisión.
La U hasta estuvo en riesgo de descenso, ¿imaginó que podía llegar a ese extremo?
Esto es fútbol, uno nunca sabe, Por calidad y jerarquía, uno creía que el equipo se iba a reponer. Es una camiseta que tiene mucho peso también. Hay que saber llevarlo. La situación es incómoda, la presión se viene encima.
¿Creyó que la U podía bajar?
No, pero, al final, quizás, ese pensamiento es subjetivo. Creía que la U iba a ganar dos o tres partidos y se salvaría. Que la jerarquía se iba a imponer.
¿Por qué cree que la U no paró de sufrir en 2019?
Es un poco de todo, pero creo que es por malas decisiones. Es un conjunto de cosas. Hay gente que conforma planteles... no quiero equivocarme en alguna palabra. La gente de arriba tomó malas decisiones.
¿Le pesará la presión de la tabla, como puede pasarle a Iquique?
Yo hablo por Iquique. Hemos conformado un buen plantel. Lo mismo opino de la U. Han llegado jugadores de mucha jerarquía. Ninguno debería tener problemas con el descenso.
Los años pasan y el cuerpo lo siente. ¿Ha cambiado su juego?
Uno se tira un poco más atrás, pierde el cambio de ritmo, la velocidad, pero gana en madurez, en inteligencia. En Uruguay jugué de enganche. Si me pregunta, prefiero jugar con la cancha de frente, al lado del volante central. Pero si me ponen de enganche, no tengo problemas. Jugar como un mixto me gusta. Es una buena posición. Lo hice en los entrenamientos en Uruguay.
¿Cuánto le queda de carrera?
No sé. Por ahora me siento bien, competitivo. Todavía tengo la llamita prendida de querer ganar y salir campeón. Cuando tenía 22 decía que a los 30 me iba a retirar. Lo hablaba con Marino [ex juugador de la U] y decía lo mismo. Hoy tengo ganas de seguir.
¿Tiene alguna deuda pendiente en el fútbol?
Me hubiese gustado jugar en alguna liga europea, para conocer la experiencia. No hablo de Italia, España, sino en alguna liga menor. Quién dice que el próximo año no lo pueda hacer. Algún club en Grecia, Chipre, Malta. Son lugares paradisiácos para vivir. Dicen que es cien por ciento recomendables para vivir.
Iquique también tiene playa...
Claro. Y es muy linda. El tema es que en Chipre y en Malta no entiendes si te están puteando. Y acá sí.