El Sevilla cayó eliminado este martes en los octavos de final de la Liga de Campeones después de empatar con el Borussia Dortmund (2-2) en el partido de vuelta (5-4, en el global) tras un choque endiablado en el que los andaluces merecieron mejor suerte, sobre todo al comienzo con una presión imparable, y al final, cuando arrincaron al rival en su área.

El equipo de Julen Lopetegui aprendió de los errores y cambió su vestido para la visita al Signal Iduna Park. Olvidado ya el Camp Nou, incluso la derrota en Elche, el Sevilla salió apabullando a su rival porque no tenía otra opción -si quería remontar- y porque supo contener el juego de los alemanes. Y murió igual, matando.

Ocampos lanzó el primer zapatazo desde la frontal, no habían pasado ni dos minutos, y Óscar -la gran novedad en el once- estuvo cerca de conectar una volea ganadora dentro del área. El Sevilla rondaba el gol y lo demostraban los apuros locales, que tuvieron que echar mano de Erling Haaland para achicar agua en su propio área.

El noruego, autor de un doblete en el Sánchez-Pizjuán, permaneció en la sombra los primeros compases, incluso sufrió con impotencia un tiro de Suso al lateral de la red, pero a su primer oportunidad llevó la presa a la cazuela. Fue curioso, pero en la primera ocasión de los locales llegó el 1-0 castigando de manera cruel el esfuerzo de los nervionenses.

Los de Lopetegui pidieron falta sobre Suso en el arranque de la jugada, pero el árbitro concedió el gol sin acudir a la pantalla. El partido se puso muy cuesta arriba, pero todavía quedaban 45 minutos para la esperanza. Ese fue el mensaje del técnico sevillista, que no dejó de aplaudir las actuaciones de sus jugadores en la primera mitad.

En la segunda, el Sevilla terminó de morir, pero lo hizo con las botas puestas, siendo mejor que su rival y desplegando un excelente derroche de fuerza y de fe. En diez minutos todo enloqueció. Haaland marcó el 2-0 tras hacer falta a Fernando, pero el colegiado decidió pitar un penalti previo de Koundé. Bono paró el lanzamiento pero tuvo que repetirse por la posición incorrecta del meta marroquí.

Haaland, en su segundo intento, no falló y celebró con saña el tanto, riéndose de su rival, el mismo gesto infantil que había tenido Bono con él en su primer disparo. Un despropósito que hundió casi todas las opciones del Sevilla, pero que no mató el juego de los de Lopetegui. Óscar buscó desde la lejanía recortar distancias, pero fue otro ex pepinero, en este caso En-Nesyri, quien marcó desde los 11 metros.

De Jong fue derribado por Emre Can y el tanto aupó a los españoles, que se volcaron sobre la meta de Hitz para provocar el nerviosismo de su rival. Sin embargo, el gol llegó muy tarde en otro cabezazo de En-Nesyri. Ya en el tiempo de descuento.

Los ‘borussers’, que sintieron el miedo en el cuerpo, han tumbado al Sevilla en total con cinco goles, cuatro de ellos de uno de los jugadores que está llamado a marcar el fútbol mundial de los próximos años: Erling Haaland.

BORUSSIA DORTMUND, 2 - SEVILLA, 2 (5-4, en el global).

BORUSSIA DORTMUND: Hitz; Morey (Meunier, min.90), Emre Can, Hummels, Schulz (Zagadou, min.89); Dahoud, Delaney, Bellingham; Hazard (Passlack, min.67), Haaland y Reus.

SEVILLA: Bono; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Acuña; Óscar (Óliver Torres, min.79), Fernando (Rakitic, min.86), Jordán (Papu Gómez, min.60); Suso (Munir, min.86), En-Nesyri y Ocampos (De Jong, min.60).

--GOLES: 1 - 0, min.35, Haaland. 2 - 0, min.54, Haaland, de penalti. 2 - 1, min.68, En-Nesyri, de penalti. 2 - 2, min.96, En-Nesyri.