Hamilton Ricard (45) recibe la llamada de La Tercera con cierta familiaridad. Tiene recuerdos contradictorios de Chile, pero antepone los agradables. Le marcó a la Selección en el partido del 5 de julio de 1997 en el Estadio Nacional, cuando Chile y Colombia bregaban por un cupo en el Mundial de Francia 1998.

Trece años después militó en Deportes Concepción en 21 encuentros. Marcó ocho goles. De su paso por el sur, además de los recuerdos futbolísticos perduran las amistades que cultivó. "Hablo con algunos compañeros a través de internet, como Alexis Salazar y varios otros. Jugábamos un buen fútbol y llegamos a la final de la Copa Chile. Fue una linda etapa, pese a los problemas que ya tenía el club", explica.

¿Quien es favorito en la llave entre Colombia y Chile? ¿Por qué?

En esta instancia Chile es un equipo bien formado, que tiene dos títulos consecutivos. Hablar de favorito es difícil, porque Colombia viene bien. Es de pronóstico reservado el partido. Chile tiene grandes jugadores y Colombia anda bien.

¿Qué hace distinto este partido de otros que se han jugado en la historia, incluso con participación suya?

Se ve más parejo, porque Colombia está bien, invicto, haciendo buen fútbol, ganando. Es más parejo que los anteriores. Queiroz le dio solidez; es más táctica esta Colombia, se mejora en ese aspecto. Cuando existe ese orden, se puede llegar al triunfo más fácilmente. Los que hemos jugado sabemos cómo es un técnico europeo y no nos costó entenderlo. Al medio le costó asumir que Colombia ya no toca tanto, que es más frontal. A la afición, lo mismo.

¿Tiene algún recuerdo especial de enfrentamientos suyos contra Chile?

Hice un gol por las Eliminatorias en Santiago, aunque perdimos en ese partido. Siempre fue lindo jugar contra Chile, porque era a estadio lleno, con mucho ambiente.

¿Algún jugador chileno que lo haya complicado demasiado?

Duelos especiales no recuerdo, pero a nivel de selección todos los jugadores tienen un plus diferente. Me acuerdo que en ese partido en el Estadio Nacional marcaron Bam Bam (Iván Zamorano) y (Marcelo) Salas.

¿Cómo ve a Chile?

Será un rival complicado, como siempre. En estas instancias son todos difíciles. Hay que tener cuidado. Chile es un equipo incisivo, que propone, ataca y ataca. Le mete mucha intensidad al juego.

¿Se nota la mano de Reinaldo Rueda? ¿En qué?

Rueda es un tipo muy metódico, tranquilo. Le gusta el orden. Viene de la escuela alemana y se le nota la base. Los que hemos trabajado con él entendemos lo que propone. De a poco se nota la mano.

Usted fue dirigido por Rueda, ¿qué recuerda de él?

Rueda es un tipo táctico, que planifica bien el trabajo, muy humano, que va más allá del jugador. Le gusta hablar con los jugadores. Es agradable de tratar.

¿Siente que Chile se adaptó a Rueda o que Rueda termina entregándose a lo que quieren los jugadores chilenos?

Es difícil, porque Chile venía de otro estilo, de un Sampaoli, un Pizzi, de gente que arriesga más. Rueda es un poquito más controlado que Sampaoli o Pizzi.

¿A qué hay que ponerle atención en el caso de Chile?

A Alexis Sánchez, Vidal, Aránguiz... Colombia sabe que tiene que poner mucho cuidado con ellos.

¿Y qué fortalezas tiene Colombia, a su juicio, para vencerlo?

Duván Zapata anda muy bien, James Rodríguez ha levantado el nivel. En líneas generales, Colombia está en un buen momento.

Hace unos días, Iván Valenciano criticó la lentitud de Chile, ¿concuerda con esa apreciación?

A mí no me parece. Lo que pasa es que a veces los partidos se ven de otra manera. Cuando un equipo ataca mucho, deja espacios, pero yo siempre los he visto rápidos, de muy buena transición.

¿Ve al ganador de esta llave como candidato serio al título o piensa en otro?

Es muy temprano. El que pase va a tener rivales fuertes por medirse. Es difícil, pero Chile y Colombia ya pueden considerarse favoritos. Los más fuertes son Brasil, Colombia, Uruguay y Chile, en ese orden.

¿Qué recuerda de su paso por Concepción?

Lo pasé muy bien. Teníamos un lindo grupo y la gente siempre fue muy cálida. Lamentablemente, vivimos algunos problemas económicos después, pero eso no empaña los momentos agradables que pasé. Prefiero quedarme con lo bonito que viví.

¿Sabe que el club dejó de competir en el profesionalismo y que hoy lucha por volver desde la cuarta categoría?

Me enteré y es triste, porque uno nunca quiere que esa clase de equipos se vengan abajo. Tienen que volver. A mí me quedaron debiendo, pero ya no es tiempo de llorar. Tampoco fue mucha.