Colo Colo es colista del Torneo Nacional y arriesga descender al final de la temporada. En la dirigencia de Blanco y Negro han tomado medidas, como el bono por no descender, aunque su vicepresidente, Harold Mayne-Nicholls, se toma con calma el eventual fracaso.

“Descender trae problemas, pero no es el fin del mundo como para que, como usted dice, en La Moneda vayan a temblar. El país tiene problemas mucho mas grandes que la campaña deportiva de Colo Colo”, declaró el dirigente en una entrevista con Juan Cristóbal Guarello en DirecTV Sports.

Mayne-Nicholls luego recurrió a un juego semántico para intentar escapar del bono salvación que tiene indignado al colocolismo: “No es un bono para no descender, esa no es la realidad, sino por ganar (partidos). Para salvar el pellejo en una posición incómoda, se tiene que ganar. Hay un incentivo por ganar. Como dijo Carlos Caszely en una entrevista, siempre se ha hecho, siempre que un equipo está por descender se hace”.

Además, el expresidente de la ANFP agregó que “si a nosotros no nos toca jugar en Primera hay una serie de trastornos financieros, pero hay un factor increíble, a pesar de la incomoda posición y los problemas que tenemos, dos de las compañías más grandes del mundo han decidido estar con nosotros en 2021, a pesar de todos estos vaivenes dolorosos, vamos a recaudar mas dinero”.

Sobre un posible descenso, señalo que “no hay un plan de contingencia. Como vamos a hacerlo si tenemos la seguridad de que no va a pasar”.

El directivo también se refirió a la salida de Marcelo Espina y a las razones que dio el ex gerente depertivo en una entrevista en El Deportivo: “No esperaba esas declaraciones para nada, no sé si los tiempos fueron los adecuados, Si tengo algo que comentarle, tomo el teléfono y hablamos, no se me ocurriría hacerle un comentario de ese tipo en un medio de comunicación, menos con un tipo que trabajé gratamente por años”.

Finalmente, el directivo recordó e hizo un mea culpa de la negociación que terminó con los jugadores enviados al seguro de cesantía: “Hubo errores. Siempre el adoptar posiciones tan rígidas trae problemas, nos faltó flexibilidad. Pero también creo que habríamos llegado a un acuerdo sin la intervención de terceros, de la Dirección del Trabajo, que están acostumbrados a las crisis de los sindicatos, y este caso era distinto”.