No hay una receta para llegar a lo más alto, pero sí un factor común: comenzar desde pequeño. Así fue como inició su carrera Hardy Muñoz, quien a sus 17 años se alza como una figura promisoria en el motociclismo nacional. Las vueltas rápidas, la tierra, los saltos y las caídas son parte del cotidiano de este joven que deslumbra en el motocross internacional y ya se cuelga medallas en Estados Unidos.

El temuquense lleva cuatro años compitiendo en aquel país. Llegó de casualidad, pues iba a participar en un campeonato latino en México, pero un cambio en el reglamento le imposibilitó correr. Ahí fue cuando surgió la posibilidad de viajar un poco más al norte.

Desde entonces, dos títulos nacionales en EE.UU y una destacada participación en el Mini Os, uno de los campeonatos más importantes de motocross juvenil internacional en Norteamérica, consiguió el piloto en su Husqvarna. Esto último fue en noviembre, cuando logró el oro en la categoría 450 A, la plata en 250 A y el bronce en 250 Pro Sport, en las pruebas de Supercross en el Gatorback Cycle Park en Gainesville, Florida.

"Es el segundo campeonato más importante allá. Van todos los pilotos rápidos y los que pasarán a profesional. Todos factory, que son los mejores. Es muy difícil, son muchos pilotos, la pista se rompe, hay muchas líneas. Se necesita una buena suspensión, motor y concentración", dice Hardy a La Tercera.

La historia de Muñoz comenzó más temprano. Su prematuro encuentro con los motores se dio a los dos años, cuando se subió a una cuatrimoto. A los ocho decidió cambiar a las dos ruedas, a los nueve se metió al motocross y a los 13 decidió dedicarse por completo, cuando dejó los estudios tras finalizar octavo básico. Cuenta que su primera moto fue un regalo de su padre, gran influencia, quien había competido en automovilismo.

Su deporte es complejo y se necesita control total sobre la moto por las dificultades de los circuitos, los giros pronunciados y para pasar sin problemas a las huellas que dejan los otros competidores. "Se necesita mucha fuerza, musculatura y cardio. Tiene demasiada técnica, que ayuda a tener seguridad, mejor postura para no caer e ir más rápido. En los saltos se puede volar un poco más bajo para caer antes al piso y poder acelerar", dice el piloto de Monster Energy.

El joven piloto reparte su temporada entre Estados Unidos y Chile, viajando según la necesidad de sus competencias. Su meta es clara: "ser parte de un equipo de factory". Pero también conoce la dificultad del objetivo: "Se logra siendo el número uno. Es difícil que un latino consiga un auspicio factory allá. Pero sí es posible", motiva Hardy.

Aunque durante el año se corren campeonatos en Chile, él sabe que desarrollar una carrera profesional no es posible sin salir del país. La gran diferencia de población con Estados Unidos y la falta de auspicios dificultan la ilusión. "Acá solamente es fútbol y el motocross u otros deportes no salen y no es atractivo para las empresas. No hay cómo hacer una carrera profesional aquí", lamenta. Eso sí, el camino se inicia de alguna manera y Hardy dio sus primeros ruedos en el país para salir a conquistar el mundo. El objetivo se está desarrollando y Hardy, crece triunfando.