Héctor Tapia: "No sé qué tendrá de poco ético que un representante sea dueño de un club"
Este fin de semana Colo Colo vuelve a la cancha y su entrenador se confiesa con La Tercera. Habla de sus definiciones, influencias y sueños en esta segunda etapa en el club. También se emociona al recordar a su padre, fallecido repentinamente hace casi 15 años.
Sentado en uno de los asientos del sector norte del Estadio Monumental, prácticamente su casa, Héctor Tapia (40) se introduce en un diálogo que combina emociones, definiciones y aspectos menos conocidos de su vida. La rutina del técnico de Colo Colo comienza a las 8.30 y acaba a las 17.30. Se define como un hombre muy dedicado a su familia, estudioso, seguidor de Guardiola, de Klopp y del Cholo Simeone. Y también un fanático del tenis y de Roger Federer. "Tengo mejor derecho que revés", confiesa, riéndose.
¿Cómo han sido estos meses al mando de Colo Colo?
Se divide en dos partes: una primera antes del receso; y después, todo lo que estamos viviendo ahora. En la primera, todo muy intenso, con poco tiempo de trabajo y muchos compromisos. Estábamos bastante complicados por los puntos para clasificar en la Libertadores y en el torneo, y también teniendo que continuar con la idea que tenían los muchachos con Pablo Guede, pero yendo a proponer un poquito más, porque teníamos que ganarles a Delfín y Bolívar.
¿Era tan compleja la situación física del plantel?
A ver. Teníamos mucho compromiso, viaje de por medio. Tuvimos que trasladarnos a Colombia y a Ecuador. Entremedio de esto, pese a la comodidad del chárter, a Jaime Valdés tuvimos que esperarlo hasta las 5 de la mañana arriba del avión (el jugador debía rendir el examen de dopaje) y todo eso genera un desgaste. Para nosotros era importante llegar a la parte final de ese ciclo con la mayor cantidad de jugadores disponibles.
Quizás esa base no era la óptima.
No lo sé, porque no sé de qué forma trabajaron y tampoco voy a criticar ni a alabar lo que no sé cómo se hizo. Nosotros en el día a día fuimos viendo a los jugadores cómo estaban y tuvimos que tener un manejo importante en la dosificación, en un ciclo donde tuvimos partidos los miércoles y los fines de semana, y con una cuota interesante de emotividad, porque si perdíamos un punto con Delfín, ya no teníamos ninguna chance. Lo mismo con Bolívar y Nacional.
Por esta situación terminaron sacrificando la Copa Chile.
No me gustaría ocupar el término sacrificar. Le hemos dado el mismo valor a todos los torneos. Nos encontramos con una clasificación a la Copa Libertadores. Y para lo que teníamos pensado era necesario. No veíamos otra oportunidad que darles vacaciones a los jugadores, para poder hacer una pretemporada exigente. En la fecha en que teníamos la Copa Chile, para seguir avanzando, hubiéramos tenido que no dar vacaciones; seguir con el mismo equipo, no viajar a Brasil, quedarnos acá para seguir jugando y avanzando. No teníamos planificado eso ni tampoco la botamos. Pero tuvimos que tomar decisiones y lamentablemente no nos llevaron a buen puerto en esa copa.
En ese periodo debió enfrentar el amago de renuncia de Valdés. ¿Cómo lo convence?
Yo no convencí a nadie. Sí conversé, porque es parte de mi rol como entrenador. De pronto, traspasarle lo que me pasó a mí. Porque es una decisión muy personal; continuar o querer irse a otro lugar. O, en este caso, tomar la decisión de no jugar más. Es muy personal, no creo que afecte o mejore lo que yo le pueda decir. Pero sí estuvo la conversación, me dio su punto de vista, le di el mío y él toma la decisión de continuar, cosa que para nosotros es muy buena.
¿Quedó satisfecho con el plantel? Llegaron nombres como Lucas Barrios, Damián Pérez...
Lo de Damián lo veníamos viendo hace rato. Teníamos que determinar si íbamos a traer un lateral izquierdo, y él era la primera opción. Quedé contento, creo que se ha creado una buena competencia interna, la misma que busqué en mi período pasado. Hay dos jugadores por puesto. Mi misión es darles la claridad de las posiciones en que van a jugar y decirles qué es lo que quiero de ellos. Y la gente que llegó nos da esa posibilidad. Ahora hay que darle forma. Esto va agarrando un cuerpo importante y pretendemos que con La Calera se vea bien y ganemos en base a un buen fútbol.
Los hinchas van a pedir que Paredes y Barrios jueguen juntos. ¿Lo siente como una obligación?
Lo que ellos han demostrado en sus carreras hay que tratar de mantenerlo. Ellos son los primeros en tener esta intención. En cuanto a nuestro juego, trataremos de alimentarlos de la mejor forma. De llegar con un mayor volumen de ataque, de hacer un buen fútbol. Ser mejor que nuestros rivales y llevar los partidos a que se jueguen a lo que nosotros queremos. Estoy contento con el rendimiento y la disposición al trabajo. Cuando tú tienes esos puntos y los ves bien, tendría que verse bien el fin de semana.
¿Su esquema va a cambiar?
Cuando tienes un plantel versátil y jugadores con un tremendo recorrido futbolístico, tú en poco tiempo lo puedes trabajar. Incluso, puedes cambiar de sistema de una semana para otra y dar ciertos toques. Lo que va a marcar eso van a ser los jugadores y también los rivales de turno. Contra La Calera, que juega con tres arriba, vamos a jugar de una forma distinta a cuando enfrentemos a uno que juega con dos arriba.
Uno de sus ayudantes, Claudio Maldonado, fue inhabilitado por el INAF. ¿Fueron muy estrictos?
Han sido estrictos, como tienen que ser con todos. No con casos específicos. Y me refiero a eso, porque es como se tiene que hacer y no hacer vista gorda con algunos casos, como ha pasado. Claudio tiene que terminar unos cursos, que se hacen a partir de septiembre en Brasil, y va a ir complementando para quedar en línea y estar habilitado. Igualmente, a mí me gusta que uno de mis asistentes vea el partido desde arriba. Lo hace Claudio y nos da una información súper valiosa desde ahí, que es de donde mejor se ve el fútbol.
Se cumplen 15 años del fallecimiento de su padre. ¿Cómo lo recuerda?
Él está siempre presente en el día a día. Lo ves cuando estás en la casa con tus hijas, hay detalles que te hacen recordarlo. Uno aprende a vivir con esa ausencia, con ese dolor. La presencia no se va nunca y uno ayuda a que sea recordado con la misma forma de ser que uno tiene día a día. Mi papá era súper identificado con el club. El hecho de que prestara dinero para que el club no cayera en la quiebra es atípico. Pero tomó la decisión, lo hizo y después nos encontramos con el problema de que el club cayó en la quiebra. Él era un fanático de mi carrera, me siguió a todos lados. Seguramente a él le hubiera gustado verme dirigiendo a Colo Colo y ser campeón, porque era el club que a él le gustaba. Pero me estará viendo desde el cielo y disfrutando de lo que uno hace. Y uno tratando de hacer ganar al equipo que le gustaba.
¿Se proyecta más allá de su contrato con Colo Colo?
Aunque tenga un contrato por cuatro, cinco o 10 años, mi contrato siempre va a ser medido por los éxitos. Esto es así. Lo que a mí me motiva es hacer lo que me gusta, que es el fútbol. Tratar de hacerlo de la mejor forma, para eso me preparo, me dedico. ¿Hasta cuándo me proyecto? Quiero hacer a Colo Colo cada día más grande. En diciembre, cuando llegue el momento de evaluarme, los dirigentes tendrán que ver qué es lo que se ha conseguido, todo lo que se avanzó, todo lo que armamos en poco tiempo. De pronto, cosas perdidas y que estaban totalmente desechadas, te volvieron de la nada, y hoy estás metido entre los mejores de Sudamérica, como primer ciclo. En este segundo ciclo, era armar el plantel. Hoy tenemos un plantel competitivo y ahora pasar al siguiente tramo, que es recuperar puntos en lo nacional para tratar de salir campeones y en la Libertadores tratar de pasar.
¿Usted tiene representante?
Yo tengo gente que me asesora, más que representante. De pronto, ver para dónde tú quieres ir. Y en esto del fútbol se conocen todos. Entonces, "mira, me quiero quedar en Santiago". Listo, y llega la gente con posibilidades de Santiago. De repente, tú te apoyas, te comunicas y te opinan. Pero es más gente que me asesora que la que me maneja.
Se habla de Felicevich en el club y de cómo llegó Danny Pérez. ¿Usted permite que opinen los representantes o mantiene distancia?
Yo soy bien directo. No me ando con cosas por aquí y por allá. Trato de hacer las cosas como se tienen que hacer, nomás. Si viene cualquier representante, tú pusiste el caso de Fernando, todos tienen mi teléfono. Incluso, hasta gente que no es representante de pronto me manda un video de un jugador. Mi trabajo es verlos todos y si me gusta uno, le ponemos más atención y le traspaso ese mensaje a la gente del club, que es la que tiene que negociar. Lo de Danny Pérez daba la posibilidad, porque era un chico extranjero, joven, que nos ayudaba en una posición que quería reforzar. Lo veía como una buena oportunidad para el club, la opción de no contar sólo con tres refuerzos, sino que con cuatro. Traspasé el mensaje. Y si el chico anda y me demuestra que es mejor que los que tenemos acá, va a estar.
¿Y cómo supo de Danny Pérez?
El tema de Danny Pérez no me acuerdo cómo me llegó. Te llegan unos 200 nombres, al director deportivo unos 200 más y a los dirigentes otros 200. Es una etapa desgastante, porque hay que fijarse mucho para tratar de no errar. Pero es así y el que quiera ver cosas malas, va a ver donde quiera. Yo te digo tal cual cómo es y no escondo nada. Es de esa forma.
En el Congreso se aprobó que los representantes no sean dueños de clubes. Desde lo ético, ¿qué le parece?
Yo me pongo en mi posición hoy como entrenador. Si me tocara un club donde los representantes sean los dueños, yo al final voy a tener al plantel a disposición y voy a ser el que elija. El propio entrenador es el que pone sus reglas. Y los dueños de los clubes tendrán que ver cuál es el técnico que se acomoda a la forma en que ellos quieren que su club sea dirigido. A mí me tocó trabajar con el Grupo Pachuca en Everton y tienen una forma de trabajar en todos sus clubes. Y si tú no te acomodas a eso, tienes que dar un paso al costado. Tampoco le veo algo malo. No sé qué tendrá de malo o de poco ético que un representante sea dueño de un club. Al final puede llevar sus jugadores, pero esto es un trabajo en equipo. Yo no digo acá: "Oye, viene este, este y este. Y si no vienen, no se da". Hay que dar dos o tres opciones.
¿Un sueño?
Los sueños míos como entrenador son muy parecidos a los que tenía cuando era jugador. No me salto ninguna etapa, trato de disfrutar el presente. Porque sé que es la única forma. Si yo hago un buen trabajo, me puedo proyectar. No me desvelo pensando. Pero en algún momento me gustaría llegar a la Selección, proyectar mi carrera al extranjero. Pero, la única forma de que se dé eso y sin apresurarse a nada, es disfrutar y hacer el trabajo de la mejor forma. Las otras cosas hasta ahora a mí se me han dado solas, no las he buscado.
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