Ya venía dando señales de que su techo se lo iba a colocar él mismo, pero ahora confirmó que apunta alto, muy alto. Mick Schumacher, hijo del heptacampeón del mundo de Fórmula 1, se coronó campeón este fin de semana de la Fórmula 3 europea, una de las categorías trampolín hacia la máxima esfera del automovilismo mundial. Y lo hizo con autoridad. En el circuito de Hockenheim, última parada de la temporada, el alemán finalizó segundo en la carrera 2 y consiguió los puntos necesarios para estirar la brecha a 51 unidades sobre su escolta en el campeonato, Daniel Ticktum.
Con esta consagración, el llamado por muchos a ser heredero del piloto más exitoso de la historia consiguió los puntos necesarios para obtener la superlicencia que da acceso a la Fórmula 1.
Si bien su inicio de campaña fue irregular, tuvo una segunda mitad de temporada arrolladora. Ganó ocho de las últimas 13 competencias antes de llegar a Hockenheim, cinco de manera consecutiva, y se quedó a una del récord de Max Verstappen, vigente desde 2014.
El piloto de la escudería Prema Theodore Racing deberá decidir su futuro a partir de ahora, ya que ofertas no le faltarán.
Actualmente no está vinculado a ningún programa de pilotos jóvenes para dar el salto, pero ha sido sondeado en varios equipos desde que comenzara a destacar en la Fórmula 3. Su nombre atrae a directores de equipo y gente allegada a la familia Schumacher, que dejó muchos vínculos durante la era de dominio del Kaiser.
En Ferrari han dicho que Mick Schumacher tiene las puertas abiertas "porque nunca se le puede decir que no a ese apellido".Otros, como el mítico jefe de la Scuderia, Ross Brawn, le aconsejan hacer un paso intermedio en Fórmula 2 para que complete su desarrollo.
Pero las coincidencias con su padre no son pocas. Consiguió su primer triunfo en 2018 en Spa Francorchamps, circuito fetiche de Schumi, que se subió a lo más alto del podio allí en seis ocasiones. Además, Michael debutó en F1 en 1991 y alcanzó su primera victoria al año siguiente en tierra belga. Otra cualidad es cómo lo describen quienes han trabajado con el joven de 19 años: "No como un talento natural al volante, pero un trabajador incansable que tiene clara sus metas. Y muy maduro para su edad".
A cinco años de que el Kaiser sufriera el accidente que lo tiene en estado vegetal, Mick, sin renunciar al cariño y admiración por su padre, quiere dejar de ser el hijo de para hacerse un nombre entre los grandes del mundo tuerca.