Johnny Herrera (40) está sufriendo por Univesidad de Chile. Desde Viña del Mar, ciudad en la que reside tras su retiro de Everton, espera el duelo que terminará definiendo el futuro de Universidad de Chile. Caer ante Unión La Calera, en Rancagua, podría concretar el segundo descenso de los azules en su historia.
Samurái, como fue reconocido durante sus años en el fútbol, está nervioso. Lo vive como aquellos años en los que fue capitán. Ahora, desde la otra vereda, de hincha y comentarista, transmite su ansiedad. De entrada, en esta conversación con El Deportivo, avisa que nunca perderá la fe en este equipo.
¿Está sufriendo por la U?
Ufff..ni hablar. Por segunda vez en la historia de la U se llega al último partido del campeonato oficial con posibilidades de descender de manera directa. Estar en esta incertidumbre, primero como ex jugador y a la vez como hincha, es complicado. Es recontra difícil después de haber vivido tantas cosas lindas en el equipo de mi vida. Ahora, sinceramente, yo lo venía venir. Lo dije hace rato....
¿Qué veía venir?
Es que yo dije todo esto...Me salió hasta a responder Vargas por Instagram por lo que dije. Dije que si la U no se reforzaba, no hacía bien las cosas, lo más seguro era que este equipo terminaba peleando el descenso. Lo digo cuando se pierde con Fernández Vial, en la Copa Chile. Lo dije seis meses atrás. Ahora esto es crónica de una muerte anunciada. No es que lo esté diciendo ahora, esto viene con advertencia hace rato. Y no es que haya visto las cartas o le pidiera la bola del futuro al Toby Vega. Solo por conocimiento del club, por conocimiento de la gente que está ahí, por saber las cagadas que se estaban pegando hace rato. La última administración decente fue la de Pablo Silva, después Ronald (Fuentes) lo hizo bien por su experiencia, por su sensatez y por ser buena persona y derecha. Con Ronald peleamos la última fecha con Kudelka.
Después que se va Ronald Fuentes empiezan los despidos masivos...
Sí, ahí empiezan a echar a todos. También empiezan las amenazas de que nos iban a echar. Ahí empieza la debacle del club. En 2018 no me voy del club solo porque tenía contrato vigente o lo más probable era que hubiese tenido que partir en ese momento. No es que me crea pitonizo ni nada, pero esto lo dije hace rato.
Usted estuvo en la U 2019 que también peleó por el descenso. ¿Este equipo es peor?
¿Peor en lo futbolístico?
Sí, en los futbolístico...
Mmmm... creo que esa U tenía un muy mal técnico para empezar. Caputto tenía muy poco carácter para una institución tan grande. A todas luces se veía que era manipulado por los dos gerentes incompetentes que habían, los gerentes deportivos (Goldberg y Vargas). Y también estaba el presidente, que era otro incompetente (José Luis Navarrete). Yo estuve dentro del plantel y no era tan malo. Pero el poco carácter de la dirección de ese equipo daba para cualquier cosa. A mí me sacaron el primer semestre del equipo titular y me empezaron a cortar de a poco porque lo único que querían era echarme. Después al final acuden a mí porque estaban acorralados contra la pared, el equipo estaba último, y ya tenían que salir a jugar con los de más experiencia, los que sentían más la camiseta, los que sabían jugar con estadio lleno. En ese plantel (2019) había gente que no era muy buena técnicamente, pero que dejaban la vida todo cuando les tocaba. El pelado Benegas trancaba con la cabeza. Hoy se ve una U más pasiva. Imáginate que no gana hace más de 10 partidos. Es impensado para un equipo como la U. Más allá que hay jugadores que sí la sienten, pero es un plantel pésimamente conformado. Hubo un par de incompetentes y producto de sus decisiones la U está donde está.
¿Falta liderazgo en el plantel?
Creo que el equipo tiene jugadores que puedan sacar la cara, la pachorra. Osvaldo está capacitado, Cachila Arias, Larrivey, Gonzalo Espinoza, cuando se dedica a jugar y hacer lo que sabe, está capacitado. Los otros, de atrás. No concibo las declaraciones que hizo Andía el otro día (dijo que el partido con Cobresal no era de vida o muerte), pero da lo mismo porque está llegando al club y no conoce la fibra misma de esta institución. La U se está jugando en cada partido la final del mundo. Muchas veces equipos como la U tiene que tener la relevancia que se merece, impregnar a los jugadores con eso. Tienen que saber todo lo que es la gente de la U, el cómo jugar en la U, la forma en la que se fue exitosa. Hay tantas líneas que seguir y que no se hicieron, que te llevan a estar al lugar de ahora. Estos dos últimos partidos los he visto con un poco más de alma, pero antes había problemas con temas de contrato, de entrenador. Hoy dirige el interino del interino. El partido más importante del club lo llevar adelante el interino del interino. Hay decisiones que uno no entiende, no comparte.
¿Si la U desciende se tienen que ir todos?
Habría que hacer una reestructuración profunda en el club. No quiero que el titular sea que si la U desciende se tienen que ir todos, pero sí habría que hacer una reestructuración profunda. Sería algo muy feo, una mancha muy grande en la institución. Se tendría que empezar de nuevo, de cero. Jugar en Primera B es totalmente distinto. El entrenador de Primera B tiene que conocer el medio. No podrías llevar a uno que trabajó siempre en Primera.
Desde 2014, tras el título con Lasarte, se ve una U que viene a la baja, más allá del título de Hoyos en 2017. ¿Se relajó el jugador de la U por las comodidades que recibió?
Creo que es falta de gente ambiciosa más que los futbolistas se hayan achanchado. Falta gente que quiera conseguir más cosas, entrenadores ganadores. Es lo que te lleva a conseguir más cosas porque el que le exije al jugador y el que elije al jugador es el entrenador y el gerente técnico. Si tienes un entrenador malo como Caputto, y tienes un gerente malo como lo fue Goldberg y Vargas, lo más seguro es que no vas a tener campañas buenas. Por ejemplo, Nelson Acosta lo mejor que tenía era la forma de elegir jugadores. Más allá que su forma de trabajar era media antigua, todo lo que se dijera, el tipo sí salía campeón y sus equipos dejaban la vida. Hay una cuestión de ojo, de saber.
El 14 de diciembre se celebran 10 años de la Sudamericana. ¿Se imaginó que en un periodo tan corto pasarían de la gloria máxima a pelear el descenso?
Jamás. Si me preguntas a mí, nunca pensé, ni me imaginé, que la U estaría en una debacle tan profunda. Nunca pensé que la U podría llegar a esto, que la U tendría tan malas administraciones. Pero este equipo genera mucho ego. Para mí, la gente que estaba demostraba diferentes cosas: uno quería ser presidente y el otro entrenador, por ejemplo, en relación a los gerentes técnicos que habían. Esos temas aspiracionales te terminan pasando la cuenta. Navarrete siempre quiso ser presidente del club sin saber nada de fútbol. Era gente incapaz y que solo aparecía por querer estar ahí. Ellos generaron una de las peores campañas del club.
¿Se puede culpar solo a Heller de este desastre?
Tiene mucha responsabilidad, mucha. Si me preguntas a mí, creo que siempre tuvo buenas intenciones. Pero él le daba de comer a sus amigos poniéndolos en el directorio, poniéndolos de presidente, poniéndolos de gerente técnico. Hoy por eso el equipo está donde está. En la administración de Federico Valdés, por ejemplo, siempre se buscó a la gente más capaz, no al amigo. Esas son las diferencias que te llevan al éxito o al fracaso. Hoy la U, por llevar a los amigos de Carlos, está peleando el descenso. Por eso, en parte, descarto de responsabilidad a la administración que está hoy. Le resto un poco de culpa a Roggiero, Aubert y Clark. Esta gente viene llegando recién, más allá de quiénes sean. Están tratando de arreglar las cagadas que se vienen arrastrando hace cinco años. Con administraciones buenas en algunos periodos, insisto, pero al final terminaban siempre los más amigos de Carlos.
Pero esta nueva administración no reforzó el plantel a mitad de año....
Es que en teoría la U se reforzó. Pero la base que tenía no era tan buena. Le ha tocado a los jóvenes, muchas apuestas, otros llegaron porque son amigos de los representantes, otros son favores de representantes. La conclusión de todas esas decisiones es que hoy la U está peleando el descenso y tiene la posibilidad de descender de manera directa en el último partido.
A usted lo echaron del club por dar cuenta de lo mal manejado que estaba el club...
Así es, pero hoy estoy tranquilo. Tengo la conciencia súper tranquila. Yo dije todo esto antes de irme del club. Lamentablemente, la única vez que Heller me empezó a escuchar vino su renuncia. Fue en Concepción. Me acuerdo que nos juntamos los tres, con Alfredo Arias. Quedamos en que tenían que pedir disculpas, porque la forma en la que llegó Arias era desastroza, de mala forma, de poco hombre con el cuerpo técnico que estaba. Estaba escondido en el closet de un hotel esperando asumir. Esa vez yo los convencí de que todos debíamos pedir disculpas y empezar de cero. Tenía que pedir disculpas la dirigencia, el cuerpo técnico y yo en representación de los jugadores. Carlos me dijo que sí, que estaba perfecto. Pero justo ese partido recibió las amenazas y después terminó en la renuncia. Era la única vez que me había escuchado, porque cuando fue presidente, con suerte, intercambiamos dos veces mensajes. Una fue cuando dijo las vacas sagradas y otra que no recuerdo.
Usted de azul peleó títulos y el descenso, en 2019. ¿Se le hace más difícil al jugador de la U enfrentar duelos por no caer a la B?
Para mí fue lo mismo. Cada vez que entré a la cancha me ponía la armadura y dejaba todo nomás. A lo mejor, en años buenos, muy buenos y otros no tan buenos. En 2018 en el primer semestre tuve una fisura en la espalda, no sabía lo que tenía. Cada vez que me tiraba me costaba tres años ponerme de pie. Después me mejoré y anduve súper bien. Pero no pude defender a la U como quería. Se pusieron de acuerdo para sacarme del equipo, para sacarme de poco del club. Hoy por hoy, lo que está pasando en el club da pena.
Pero la carga emocional de jugar desafiando al descenso debe ser fuerte...
Es que en mi caso era una revancha personal, porque quería taparle la boca a los dirigentes que me querían echar hace rato. A los gerentes técnicos, al entrenador, a todos que se habían confabulado para sacarme. Era un secreto a todas voces, eso era lo peor. Me tomé una revancha. Supe que iba a jugar un día antes. Me preparé, sabía que el estadio estaría lleno. Lo tomé como jugar una final. Dejé la vida en la cancha. Me pegué un par de tapadas buenas, el gol de Iquique rebotó, pero me echaron la culpa a mí. Logramos ganar, empujando de atrás, como siempre. Con un centro que termina en autogol. Eso es solo empuje, de todos los que estábamos en el estadio. Empuje desde el arquero hasta el último hincha que estaba en el estadio. Con esa actitud no nos ganaba nadie.
¿Se salva la U?
Creo que se salva, pero no lo va a salvar el interino del interino. Con todo el respeto a Romero, que no es culpa suya estar ahí. A la U lo salvan cinco jugadores de experiencia que han jugado cosas importantes, que tienen que sacar a relucir su experiencia ahora más que nunca. Cuando el club los necesita, cuando la gente los necesita. A Osvaldo el medio lo ha tratado mal, a Espinoza igual, Arias viene llegando pero también se le ha tratado mal. De Paul no va a jugar, pero Campos tiene que sacar el pecho a más no poder. Son ellos los que tienen que sacar esto adelante. Nada en contra de Romero, pero el interino del interino no puede ayudar mucho. Muchas veces, por experiencia, por cosas que viví, el jugador es más importante en estas instancias que el técnico.
Romero celebra cada punto conseguido. ¿Le ha molestado la pasividad del interino?
No, porque lo conozco. Sé su forma de trabajar. Pedirle a alguien que siempre ha tenido esa forma de trabajar que tenga euforia, que salga a buscar los partidos, o que arriesgue...no. Lo conozco bien. Si estás cero a cero, no es un técnico que hará cambios para ir a buscar el partido. Me pasó en la Copa Libertadores cuando quedamos eliminados, en el 2013. Cuando tiene que tomar riesgos no los toma, no sé si es por su paso como futbolista, o por su trabajo en las cadetes. Pero no es culpa suya.
¿Volvería a jugar en la B si se lo pide el club?
Difícil pregunta. O sea, si me lo pide el club de alguna forma tendría que estar ahí. Conversaría, vería las condiciones y si me lo piden, tendría que estar ahí. No sé si jugar, pero sí aportando en el lugar que me toque. Hoy la U tiene un gran proyecto de arquero como Campos. Creo que apoyarlo de buena forma sería una buena opción. Y cuando me toque dejaría la vida.