Sus 13 títulos con la U, su rica historia en el cuadro azul, su condición de ídolo y referente del plantel, le permiten a Johnny Herrera ciertas licencias. Una de ellas es el hablar sin pelos en la lengua. Decir lo que piensa, aunque deje heridos en el camino. La frontalidad del capitán es algo que siempre lo ha caracterizado. Su último capítulo fue tras el empate con Racing por la Copa Libertadores.

"Creo, sinceramente, que regalamos el partido. Pienso que en un partido de Copa ese gol que te hacen no te lo deberían hacer. Segundo, jugamos con uno más prácticamente durante 25 minutos, es tu casa, tienes que meterle más", lanzó el meta. Esa, por cierto, no fue su crítica más dura. Porque si a los más de 45 mil espectadores que llegaron al Nacional les extrañó el ingreso de Nicolás Guerra cuando apenas quedaban algunos segundos de partido, al arquero le llamó igualmente la atención.

"Con un jugador más, y en tu casa, tienes que ir a buscar el partido a cómo dé lugar y creo que no lo hicimos, incluso, estuvimos a punto de perderlo, porque de pronto nos descompusimos un poco. De ahí nos arreglamos un poco en la cancha, nos afianzamos, pero entra el Nico Guerra cuando queda un minuto y ¿qué va a hacer el Nico en un minuto?", aseguró el meta, en una opinión claramente diferente a la de su entrenador Hoyos.

Y aunque no pasó de una crítica que el cuerpo técnico estudiantil entendió como una visión de fútbol, sí dejó claro que a Herrera no tiene reparos en expresarse, sea quien sea que esté al frente. Ya lo hizo en otras oportunidades a gente de la propia U.

En el CDA era muy comentada la molestia de Herrera en 2012, cuando vio frustrado su paso a River Plate. Explicó, sin tapujos, por qué no se dio. "Reconozco que anduve medio amurrado estos días, porque la U no quiso negociar con River, pero pasan los días y se me quita", dijo esa vez.

De la mano de su permanencia, las dirigencias de Azul Azul siempre fueron diciendo que el portero debería quedarse para siempre en el club. Cuando llegó la hora de su renovación en julio de 2016, la cordialidad quedó de lado: "Los dirigentes se llenan la boca hablando de contrato vitalicio y no cumplen ni la mitad de lo que prometen", disparó.

A inicios de ese mismo año, el exCorinthians le lanzó un misil otra vez a la concesionaria en entrevista con La Tercera: "Han malgastado una cantidad de lucas que realmente impresiona". Esa vez, hasta los juveniles azules fueron objetivo. "Los miras y se compran cadenas de oro de un millón de pesos", dijo.

A fines de 2015, cuando la U aún tenía a Martín Lasarte como DT, pero ya sabía que llegaría Sebastián Beccacece, Herrera volvió a dispararle a sus jefes: "Esta es una crítica a la cabeza del club. Tenemos un cuerpo técnico pocas veces visto, de una caballerosidad que asombra. Si yo fuera técnico y no me quieren los dirigentes, agarro mis cosas y me mando a cambiar".

Tras el fracaso del ayudante de Sampaoli, Azul Azul improvisó con la dupla Castañeda-Musrri. A Herrera no le gustó. "Nosotros somos una institucion muy grande, no somos un club para hacer experimentos como tener dos técnicos", señaló. Carlos Heller, presidente, le respondió diciendo que no le gustaban "los jugadores cabrones" y que en la U no habían "vacas sagradas". Johnny no se guardó y retrucó: "Sólo quiero dejar en claro que no soy ni vaca sagrada ni cabrón. Soy sólo un futbolista que opina y se saca la cresta por su club".

Al final de ese año, aquejado de una lesión, lanzó: "Voy a volver a jugar cuando esté al ciento por ciento. Ya he regalado mucho y al final, acá, nadie te valora nada".

Es Johnny Herrera, un arquero que no se guarda nada y que siempre ha sido confrontacional.