Entre Bogotá y Kazán hay 11.538 kilómetros. Buenos Aires está a 13.525 de San Petersburgo. Río de Janeiro se distancia por 11.518 de Moscú y Sochi queda a 13.030 de Lima. Son sólo algunos ejemplos de las largas distancias entre esta parte del mundo y algunas de las ciudades que han acogido los partidos del Mundial de Rusia. Pero la lejanía, sin embargo, no ha sido impedimento para que los fanáticos de fuera de Europa se tomaran mayoritariamente las calles rusas.
Los equipos de América se han hecho sentir en la cita planetaria. Son ruidosos, pintorescos, apasionados y sobre todo, numerosos. Así queda de manifiesto con las estadísticas en torno a los hinchas que ha ido aportando la FIFA. Sin contar a Rusia, por motivos evidentes, de los diez países que más entradas compraron seis son americanos. Y cuatro de ellos sudamericanos. En total, 2.747.054 espectadores en los recintos rusos.
Llama la atención que, por ejemplo, Estados Unidos sea el país que más entradas solicitó. A pesar de que su selección no llegó a clasificar, más de 90.000 personas de esa nacionalidad acudieron al Mundial hasta los partidos de cuartos de final que terminaron el sábado. Mucho de esto se explica por las personas de otras nacionalidades que viven en ese país, como mexicanos, panameños, costarricenses y diversos sudamericanos.
Brasil y Colombia fueron los países de la Conmebol que más gente han desplazado a Rusia. Entre los dos hacen casi 150.000 (87 mil y fracción para los fanáticos del Scratch y 65 mil para los seguidores del cuadro cafetalero). Argentina y Perú son los otros países de esta región que llegaron en masa al torneo. Los transandinos por su ilusión de hacer algo importante en el campeonato y los incaicos se volcaron por los 36 años sin disputar copas del mundo. México, siempre con numerosas hinchadas en todos los mundiales, sea cual sea la latitud, es el sexto americano en cuestión.
No deja de llamar la atención que, por ejemplo, fuera del local Rusia (sus ciudadanos han comprado casi un millón de entradas), sólo dos europeos están dentro de los equipos que más entradas han adquirido. Y sólo uno sigue en semifinales: Inglaterra, con poco más de 40 mil boletos. Los alemanes, con apenas tres partidos disputados, alcanzaron a comprar 62.541 tickets. Las hinchadas europeas, a diferencia de lo que ocurre en Sudamérica, acostumbran a ser más de clubes que de selección. Y eso se refleja en sus desplazamientos.
Los hinchas de los semifinalistas, aunque han acompañado, no alcanzan en número a los países que ya fueron eliminados (como Australia) o que derechamente no clasificaron al campeonato (como China, que acarrea multitudes en cualquier evento masivo). Bélgica, Francia y Croacia están lejos del top 10.
Sólo dos estadios han alcanzado el total de su capacidad en todos los partidos. Curiosamente, los dos que están ubicados en Moscú. El olímpico de Luzhnikí ha recibido 390.055 fanáticos. Exactos 78.011 por partido. Rusia jugó ahí dos encuentros (el debut ante Arabia Saudita y los octavos contra España). Se jugaron también ahí el Alemania-México, Portugal-Marruecos y Dinamarca-Francia.
El otro escenario que estuvo siempre lleno, aunque con menos capacidad, es el del Spartak de Moscú (Otkrytie Arena). Recibió 220.950 personas, con 44.190 por partido. Ahí se jugaron Argentina-Islandia, Polonia-Senegal, Bélgica-Túnez, Serbia-Brasil y Colombia-Inglaterra.
Por el contrario, el estadio que menos asistencia tuvo, en relación al porcentaje de su capacidad total, fue el de Volgogrado, con un 92,07% de sus asientos copados. En total, 160.980 personas fueron a los partidos en ese estadio, con un promedio de 40.245. El partido al que menos gente acudió en ese recinto fue el de Arabia ante Egipto, con 36.823. Ambos ya estaban eliminados.
Claro que el récord negativo se lo lleva otro cotejo. Y es de un sudamericano. El choque entre Egipto y Uruguay por fase de grupos fue el encuentro que menos gente ha llevado en lo que va de Mundial. Apenas 27.015 espectadores. Es el único encuentro que no alcanzó un mínimo de 30.000 personas en sus tribunas.
Rusia, además de ser el país que más boletos compró, ha sido la selección que en promedio ha tenido más espectadores viéndola en vivo desde los estadios, con 61.349 personas. Le siguen Marruecos (58.177) y Alemania (54.711).
El ruso ha sido un Mundial que ha respondido a las expectativas de organización. Los hinchas también acudieron al llamado. Aunque su promedio de fanáticos (45.784) por cada uno de los 60 partidos que se han jugado hasta ahora no se acerca a los promedios históricos más altos. El Mundial de Estados Unidos tuvo 68.911 personas por partido, el de Brasil 53.592 y el de Alemania 52.491.