Faltaban dos minutos para el final del encuentro. Norwich y Preston igualaban 1-1 en la cancha de Carrow Road, cuando un juez asistente siente un tirón en su pierna izquierda. Inmediatamente el cuarto árbitro comienza a calentar para ingresar a la cancha, pero la gravedad de la lesión de su colega le deja una interrogante: ¿quién tomará su lugar?

Así comenzó la particular situación en la segunda división de Inglaterra y que tuvo como protagonista a un reconocido hincha del equipo local. Tras no tener a nadie para quedarse con el tablero y estar atento a cualquier situación en las bancas, David Thornhill aceptó el desafío y se instaló como el cuarto árbitro del encuentro.

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Pese a que nadie entendía muy bien la situación, apenas el fanático tomó el tablero para anunciar los 10 minutos de adición, inmediatamente bajaron los aplausos y las risas.

Horas más tarde, sería el mismo Thornhill quien agradecería todas las muestras de cariño que recibió por su cometido como juez. Aunque aclaró que no es la primera vez que lo hace.

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