El 1 de mayo de 1994 la Fórmula Uno y el deporte tuerca en el mundo sufrían su, tal vez, golpe más fuerte de la historia. Tras salirse en una curva el tres veces campeón de la F1 Ayrton Senna sufría lesiones que pocos minutos después le causarían la muerte.

El 25° aniversario de ese fallecimiento se homenajeó este miércoles en el autódromo de Interlagos, en Sao Paulo, donde el ídolo local ganó en 1991 y 1993. El Día de Senna comenzó con una carrera que reunió a varios cientos de personas en el circuito que aún acoge el GP de Brasil de Fórmula Uno. También se han previsto carreras de karts, así como vueltas del McLaren Senna, un súper touring monoplaza diseñado especialmente por el equipo británico con el que el piloto ganó sus tres títulos mundiales, en 1988, 1990 y 1991.

Simuladores de carreras también permiten a los visitantes revivir los momentos míticos de la trayectoria del brasileño. Los fanáticos también pueden admirar reliquias reales en una exposición dedicada a quien aún hoy, según sondeos, es considerado el mejor deportista brasileño de todos los tiempos por el 47% de los habitantes de su ciudad natal, Sao Paulo, muy por delante de Pelé (23%).

En Imola, en tanto, el tiempo pasa pero el recuerdo sigue vivo. Un cuarto de siglo después de la muerte de Ayrton Senna en el circuito italiano, miles de personas acudieron este miércoles a rendir homenaje al mítico campeón brasileño. Miles de aficionados vieron el famoso Lotus negro JPS que pilotaba el brasileño en 1985 dando unas vueltas a la pista. Su McLaren de 1990 y el Williams de 1994, la temporada del accidente, estaban también expuestos en el paddock. Detrás se instaló un gran panel para que todos pudieran escribir su dedicatoria. "Al mejor de los mejores", "Ciao leyenda", "Siempre en nuestros corazones", eran algunos de los mensajes procedentes de todo el mundo; desde Brasil, pero también de Polonia, México o Gran Bretaña.

"Aún se siente su presencia, sobre todo aquí en este circuito. Sentimos su presencia, como si su espíritu permaneciese", asegura Riccardo Giorgi, de 18 años, conocedor de la vida y de la carrera del triple campeón del mundo a fuerza de escuchar hablar a su madre "del campeón más grande de la historia".

En el circuito domina el amarillo y el verde de las banderas brasileñas, de camisetas en honor al campeón paulista y de productos relacionados de mercadotecnia. Ruggero Fioravanti luce una camiseta del Santos, el club de Pelé y de Neymar. Pero está ahí por Senna. "Ayrton Senna era un tipo valiente, honesto. Podría haberse convertido en presidente de Brasil", estima.

Poco antes de las 14 horas del miércoles la multitud entra en la pista y se dirige a la curva de Tamburello, banderas con el lema 'Ordem e Progresso' a la espalda, algunos incluso vestidos con buzo de piloto. Después se realiza una misa al aire libre en la curva en que el mítico piloto encontró la muerte. Los sacerdotes son de Imola y de Maranello, esa última sede histórica de Ferrari y otro 'lugar santo' de la Fórmula 1. La misa comenzó a las 14.17, hora exacta del accidente de 1994.