“La decisión correcta era sancionar penal por falta imprudente”: el análisis del VAR contradice al juez del duelo entre la UC y Audax

La UC sigue sin triunfos, aunque frente a Audax Italiano pudo perfectamente conseguirlo. La escuadra de Nicolás Núñez terminó cayendo ante los floridanos, pero un cobro referil pudo cambiar radicalmente su suerte. La revelación de los audios del VAR da cuenta, efectivamente, de que el árbitro Felipe González incurrió en un error al desoír la indicación que le plantearon desde la cabina en la que funciona el videoarbitraje.

En los 36′, Fernando Zampedri cayó en el área itálica. Lo hizo después de un contacto con el defensor Esteban Matus, que el colegiado desestimó como infracción, pese a que fue convocado desde el VOR, la cabina en la que funciona el videoarbitraje, para realizar un OFR (On Field Review) con el que perfectamente pudo haber adoptado la decisión más ajustada al reglamento: sancionar el lanzamiento desde los 12 pasos para los estudiantiles.

El registro audiovisual constituye un duro juicio para la determinación que adoptó González. “La decisión correcta era sancionar penal por falta imprudente”, se escucha en el audio que es realizado por la Comisión de Árbitros, en una nueva muestra del controvertido momento por el que atraviesa la actividad.

En el transcurso de la situación, González les llama la atención a los jugadores. “Córtenla, que estoy consultando con el VAR”, les dice. También les pide no acercarse para no interferir en la comunicación a través del dispositivo electrónico por el que se enlaza con la sala del circuito televisivo.

González defiende su postura. “No hay una zancadilla intencionada, deliberada”, sostiene antes de acceder a la revisión que le sugieren. “Vale, voy a revisarla”, acepta, mientras sigue recibiendo acotaciones. “Zampedri es el que se cruza”. “Va mirando la pelota, se cruza. Es totalmente accidental para mí. La pelota va hacia afuera. Zampedri se cruza, baja la velocidad. Para mí no es penal”, sostiene.

El árbitro pide una visión más amplia, aunque insiste en que el contacto es accidental. “Para mí, no es penal”, sentencia, con el aval de que su palabra es la última y la única válida para ratificar o modificar la sanción inicial. En virtud de esa prerrogativa, la pena máxima no se cobró.