Huachipato vive horas de alta convulsión. El viernes 8 de diciembre los acereros consiguieron la tercera estrella de su vida institucional. La escuadra de Gustavo Álvarez venció a Audax Italiano y añadió una corona a las que ya había celebrado la entidad en 1974 y 2012. Con ambos éxitos anteriores ya hay una diferencia marcada: el club estaba directamente ligado a la siderúrgica que le daba el nombre. El título de la temporada que acaba de finalizar es el primero que consigue la sociedad anónima que administra a la entidad desde junio de 2014.
Cuando la vuelta olímpica estaba terminando de darse y los festejos aún estaban frescos, los propietarios del club anunciaron un paso relevante. En rigor, el anuncio de una nueva transformación: los acereros abrían el proceso para encontrar nuevos propietarios, que reemplacen a los actuales, que tienen como cara visible a Victoriano Cerda.
El plazo para la venta
Es el mismo Cerda quien explica el proceso a El Deportivo. “La decisión de salir del club es parte de la planificación que se dio a conocer públicamente al poco tiempo de que la CAP diera a conocer que nos haríamos cargo del club a partir de 2015″, establece. En el sur recuerdan con precisión el momento en que marcaron la hoja de ruta, en una entrevista a un medio local de Concepción, en la que plantearon que llegaban a ejecutar un proyecto a ocho años que permitiría que el club fuera altamente competitivo en todas sus áreas y que los dejaría en condiciones de pelear de igual a igual los diversos campeonatos con los clubes de mayor convocatoria. Al margen de los resultados deportivos, la aspiración apuntaba a la solidez institucional.
El plan de venta del club tendrá, en ese sentido, lineamientos que procurarán ser igualmente claros. “Estamos recién partiendo el proceso. Nos han consultado algunas personas cómo se ejecutará el mismo, pero estamos recién en esas definiciones. Antes de fin de año deberíamos tener seleccionado un banco de inversión, con un mandato para vender el club”, sostiene Cerda, respecto del paso inicial.
Esa entidad cumplirá un rol clave: seleccionar un oferente que se adecue a las pretensiones, que no solo son económicas: la idea es que lleguen a cautelar los intereses deportivos del club. El banco de inversión será el encargado de contactar a quienes puedan haber manifestado interés o a clientes de dicha entidad que pudieran estar interesados. De ahí en más, vendrán las definiciones. En el club de la usina proyectan que el nuevo dueño se conozca el 31 de marzo. “Estamos recién partiendo el proceso. Nos han consultado algunas personas cómo se ejecutará el mismo, pero estamos recién en esas definiciones. Antes de fin de año deberíamos tener seleccionado un banco de inversión, con un mandato para vender el club”, amplía Cerda.
Decisiones en curso
En el intertanto, se tomarán todas las decisiones inherentes a una gestión vigente, como la definición del cuerpo técnico, una materia sujeta a la permanencia de Gustavo Álvarez, quien seduce a la U y tiene propuestas desde Perú y Brasil, y el fichaje de los refuerzos. En esa línea, por ejemplo, se anunciaron los arribos de Sebastián Sáez y de Franco Vega. El Plan Bicampeonato, denominación que adoptaron en Talcahuano con total agrado, está en plena marcha.
En plena celebración del título que lograron arrebatarle a última hora a Cobresal, los acereros suscribieron un compromiso. “Nos reforzaremos hasta los dientes, haremos un plantel mucho más largo de lo habitual y seremos muy competitivos”, dicen en el sur. Los jugadores escucharon una propuesta altamente tentadora para redoblar esfuerzos en busca de una nueva hazaña: la dirigencia le prometió a la escuadra capitaneada por Claudio Sepúlveda, quien ha estado durante todo el proceso en el club, duplicar los premios en caso de obtener el bicampeonato. También se produjo otro compromiso: la administración del club escuchó de boca de los propietarios el compromiso de un premio en caso de que se materialice la venta institucional.
“La idea es dejarle el club a gente que esté preparada para seguir con el proyecto y preparar un plantel para el bicampeonato. Si se consigue, los premios se van a duplicar”, fue una de las frases que se escuchó. Esa propuesta y, sobre todo, el compromiso económico que habían escuchado los jugadores, dio rienda suelta a una manifestación de algarabía y ambición. “Bicampeón, bicampeón”, se escuchó.