Pocas conclusiones pueden sacarse tras lo observado en Talcahuano. No hubo espectáculo futbolístico alguno; solo 22 jugadores obligados a poner en riesgo su integridad física solo porque el árbitro Manuel Vergara —y principalmente la ANFP—, no fue capaz de suspender el partido. Y pese a la bochornosa puesta en escena, pueden sacarse conclusiones. La primera y más importante: Huachipato venció con justicia a Universidad Católica por 2-1. La segunda: un espectáculo así no puede volver a repetirse en el fútbol chileno, no si se espera que el Torneo Nacional sea tomado con seriedad. Y la tercera, preocupante para la hinchada cruzada: ya sea en una cancha perfecta o en un barrial, Gustavo Poyet sigue sin saber qué hacer al mando del tricampeón del fútbol chileno. Un equipo que se ha degradado en el aspecto futbolístico y disciplinario, del que no se sabe a qué juega, que cierra la fecha a seis puntos del puntero, y que como visitante acumula su sexta derrota, con solo dos victorias conseguidas.

La cancha del CAP se transformó en un barrial tan vergonzoso como peligroso. No hubo sector que saliera indemne de las posas de agua y el lodo. La pelota se frenaba, pero los jugadores se deslizaban con facilidad, provocando así múltiples choques y faltas. En casi cinco minutos ya podían contarse tres pisotones involuntarios. En esas condiciones debieron enfrentarse Huachipato y Universidad Católica.

Las reglas eran las mismas para ambos, pero el local, acostumbrado a este tipo de situaciones, trabajó de mejor forma con ellas. Y aplicó a la perfección la única forma en la que se podía jugar: las pelotas aéreas. En un par de minutos los acereros revirtieron la presión de la UC, el buen juego de Juan Leiva en el mediocampo y se pusieron dos a cero arriba en el marcador, desnudando todas las desaplicaciones defensivas de las que vienen adoleciendo el conjunto universitario bajo el mando de Gustavo Poyet.

El primero fue en el 17′, cuando Benjamín Gazzolo entró solo por el centro del área y cabeceó a quemarropa. El disparo lo contuvo de gran manera Sebastián Pérez, pero el central capturó el rebote y terminó lo que había empezado. Y en el 23′, Juan Córdova envió un preciso centro a la testa de Cris Martínez, quien con un gran gesto técnico dejó parado al Zanahoria.

El tricampeón del fútbol chileno no encontraba respuestas. Pese al deplorable estado de la cancha, los Cruzados continuaban apostado al juego a ras de piso. Leiva continuaba siendo lo mejor de la visita, pero su influencia decrecía con cada minuto que pasaba. Por el contrario, la figura de Brayan Palmezano se agigantó y con un zurdazo espectacular casi anota el 3-0.

El mismo Palmezano protagonizó una de las jugadas más polémicas del partido: disputó un balón que dio en la mano de Valber Huerta. El contacto fue claro, pero Manuel Vergara, árbitro del cotejo, tras revisar el VAR decretó que no hubo intención de cometer infracción y descartó el penal.

En el 37′ el VAR fue otra vez protagonista, también por una mano, aunque en el área contraria. Gazzolo se durmió en su propio campo y permitió que Diego Valencia le robara la pelota y rematara al arco. El mismo Gazzolo logró interceptar el tiro, pero el ariete se las arregló y de igual forma logró convertir. ¿Qué pasó entonces? El balón le dio en la mano a Valencia y el descuento debió ser invalidado.

Por la gran cantidad de detenciones, Ahumada decretó siete minutos de tiempo adicional. Fue en el 45′+7′, cuando el entretiempo estaba a la vuelta de la esquina, cuando los Cruzados arañaron el descuento con un cabezazo de Huerta, tras córner de Marcelino Núñez. Como no podía ser de otra forma, los tres goles del partido llegaron por la vía aérea.

En el segundo tiempo la cancha empeoró. De ninguna forma se podía considerar como espectáculo lo que se estaba desarrollando en Talcahuano; sí en un riesgo para la integridad de los jugadores y la seriedad del Torneo Nacional. No fue entretenido ni exótico; fue sonrojante y degradante.

Más allá de la abominación en la que se transformó el campo de juego, el equipo de Poyet siguió sin entender cómo jugar en ese estado. Y lo peor es que el uruguayo tampoco. En el 65′ realizó tres cambios, pero inexplicablemente hizo ingresar a tres defensas: Francisco Silva, Juan Cornejo y Tomás Asta-buruaga. Seis minutos más tarde incorporó a Clemente Montes, aunque el damnificado fue Edson Puch.

Los pupilos de Juan José Luvera, por el contrario, estaban cómodos tanto con el marcador como con el estado del campo. No necesitaban esforzarse demasiado para mantener a raya a los Cruzados ya que tenían a la naturaleza y a la propia incapacidad universitaria como aliados.

En el 84′ la UC tuvo la única ocasión clara para anotar el empate. Ya con Diego Buonanotte en cancha, Montes corrió solo al arco de Castellón tras gran pivoteo del Enano. Evadió al arquero dentro del área y cuando se disponía a rematar con el arco vacío, la pelota se entrampó en una posa y el juvenil cruzado siguió corriendo sin ella.

Mucho más no hubo para la UC. Huachipato venció con justicia al tricampeón del fútbol chileno y Poyet sigue enlodándose como técnico cruzado.

FICHA DEL PARTIDO:

Huachipato: G. Castellón; J. Córdova (70′, J. Gutiérrez), B. Gazzolo, I. Tapia, A. Castillo; C. Martínez (66′, M. Rodríguez), C. Cuevas, C. Sepúlveda, I. Poblete; W. Mazzanti (80′, C. Torres), B. Palmezano (80′, N. Baeza). DT: J. J. Luvera.

U. Católica: S. Pérez; R. Rebolledo (64′, T. Asta-Buruaga), G. Lanaro, V. Huerta, A. Parot (65′, F. Silva); M. Núñez, I. Saavedra, J. Leiva (82′, Buonanotte); G. Lezcano (64′, J. Cornejo), D. Valencia, E. Puch (72′, Montes). DT: G. Poyet.

Goles: 1-0, 17′, Gazzolo fusila a Pérez en la boca del arco; 2-0, 23′, Cris Martínez, de cabeza tras centro de Córdova; 2-1, 45′+7′, Huerta de cabeza tras centro de Núñez.

Árbitro: M. Vergara. Amonestó a Tapia, Cuevas (HUA); Núñez, Puch, Pérez, Saavedra, Valencia (UC).

Estadio CAP. Asistieron 971 personas.