Hubo tres expulsados: la tensa pelea que se tomó el partido entre Dallas Mavericks y Phoenix Suns

El partido entre Dallas Mavericks y Phoenix Suns estuvo caracterizado por un violento episodio. Cuando se creía que el principal foco noticioso sería el ferviente duelo de Kyrie Irving contra Kevin Durant, una escandalosa pelea se tomó el escenario del FootPrint Center. La batahola acabó con tres expulsados.

Corrían apenas tres minutos del tercer cuarto y los Mavs ganaban por un amplio marcador de 60-44. En ese momento, el compromiso no auguraba ningún conflicto, sin embargo, aquello cambió cuando los ánimos se tensaron súbitamente. Jusuf Nurkic, pívot titular de los Suns, en una entrada a canasta, empujó a Daniel Gafford y le cobraron una falta en ataque. Allí, cuando el bosnio se retiraba de la acción, fue provocado por un rival.

Naji Marshall, alero de Dallas, le gritó a la pasada y lo fue a buscar. A partir de esa recriminación, los golpes salieron a flote. El primero en repartir un manotazo fue Nurkic. Luego, Marshall respondió con un feroz puñetazo. De ahí en más, todo el resto de los integrantes de la cancha se metieron para separar, mientras otros seguían repartiendo empujones. Un descontrol total.

El polémico intercambio de golpes derivó en tres expulsiones. Nurkic y Marshall, por su participación directa en el enfrentamiento, fueron los primeros en ser llevados tempraneramente hacia los vestuarios. Posteriormente, PJ Washington, ala pívot de los Mavericks, también acabó siendo expulsado luego de que el árbitro interpretara que su empujón había sido señal de clara agresión.

Finalmente, una vez aclarada la batalla campal, el triunfo fue para los Phoenix Suns por 98-89, quienes aprovecharon las bajas de las dos piezas titulares de los Mavs y la ausencia de Luka Doncic, que se encuentra lesionado por un mes. El máximo anotador del partido fue Kevin Durant con 35 puntos, siendo clave para los de Arizona, que llegaron a un récord de 15-15. Kyrie Irving, en tanto, lideró la ofensiva de los suyos con 20 puntos, pero no fue capaz de evitar que el registro de los texanos decayera a un 20-11.