Nunca antes visto. El momento menos pensado. David Arellano jamás concibió la posibilidad de que el club que fundaba aquel 19 de abril de 1925, destinado a la gloria, jugara en el milenio siguiente un partido para no descender a la Primera B. Pero ocurrió. Todos los resultados conspiraron para que Colo Colo tenga que disputar un partido de Promoción ante Universidad de Concepción. Sin embargo, nada conspiró más que la propia cobardía, el propio pánico de un equipo que esta tarde, más que nunca en su historia, no supo ser campeón.

El partido que sellaba el destino de Colo Colo, la última oportunidad de los albos para escapar de la ignominia absoluta, se desarrolló tal como se vaticinaba en la previa: tensionado, brusco, con polémica. Con la herida aún abierta por el supuesto penal no cobrado de Francisco Gilabert ante Cobresal, los dirigidos por Gustavo Quinteros buscaron cualquier oportunidad para cargar la balanza de Roberto Tobar a su favor. Por lo menos al principio, el árbitro FIFA no compró ninguna de las simulaciones realizadas por los blancos que en Rancagua vistieron de negro.

Tobar buscó controlar el partido a punta de amarillas. Los enfrentamientos entre Marcelo Larrondo y Maximiliano Falcón ejemplificaban bien en lo que se estaba transformando el partido: en un manojo de nervios, malos pases y duras faltas. ¿Ocasiones claras de gol? Muy pocas, aunque las existentes pertenecían a los celestes. A los 15′, un centro captado por Larrondo terminó con Facundo Castro rematando con fuerza por arriba. A los 25′, una seguidilla de centros al área ponía nerviosos a la zaga del Cacique. Colo Colo apenas tuvo una chance: a los 31′, Solari recuperó la pelota en mediocampo y propició un contragolpe, pero el mismo argentino arruinó el ataque al decidirse por el tiro al arco en vez de asistir a un Morales en solitario.

Así, toda acción estuvo centrada en el manejo que Tobar tuviera del partido. A los 19′ el réferi estrenó su libreta mostrándole amarilla a Larrondo por utilizar su codo al saltar, golpeando a un jugador de Colo Colo. Cinco minutos después amonestó a Barroso por un patadón; seis minutos después, a Valencia por una barrida. El compromiso comenzaba a complicarse y la única solución que encontró Tobar fue mostrar más tarjetas. Inexplicablemente, una serie de cabezazos de Falcón a Larrondo durante un entrevero no le costaron ni una reprimenda al defensor uruguayo.

Fue a los 41′ cuando el partido alcanzó su punto más álgido: Larrondo, de poco fútbol y mucho roce durante esta jornada, golpeó a César Fuente y vio la segunda amarilla. Expulsión para el espigado delantero que significó una tranquilidad extrema para Colo Colo, que en el segundo tiempo salió decidido a aprovecharla.

Quinteros entendió que el aporte de Leonardo Valencia fue inexistente, así que lo reemplazó por Bolados, sin duda un movimiento que tendría consecuencias para ambos equipos minutos después. Y es que veloz extremo marcó diferencias de inmediato: un minuto en cancha y provocó la jugada que abriría la cuenta en favor del Cacique. Jara recibió por la derecha, centró para Fuentes, y este, con una sutil media vuelta, remató al ras y derrotó a Batalla.

Dos minutos después, Bolados volvía a convertirse en héroe al anotar el 0-2 parcial para los albos tras pase de Morales. Sin embargo, el VAR anuló el gol por posición de adelanto.

Esta decisión acabó con la tranquilidad de Colo Colo. A pesar del jugador de más fueron incapaces de sostener el juego y controlar el partido. O’Higgins, invitado por esta cobardía, controló la pelota y buscó el arco de Cortés. Sin demasiado peligro, mas con la suficiente insistencia para empezar a descontrolar al necesitado cuadro visitante.

Esto llevó a que el partido se descontrolara nuevamente. Más amarillas, más faltas, más simulaciones. Pero a los 73′ lo que Tobar consideró como amarilla cambió rotundamente cuando el VAR lo llamó: una fuerte plancha de Bolados sobre Cereceda, al parecer, merecía más que solo amonestación. Tobar revisó las imágenes y raudamente cambió su decisión: roja para el jugador del Cacique.

Los últimos 20 minutos fueron de infarto. Para aquel momento, los resultados parciales indicaban que solo un gol de O’Higgins mandaba a Colo Colo a jugar promoción. Ya sea por eso o un genuino pánico, los albos cerraron filas en torno al área de Cortés. Hicieron tiempo, simularon lesiones: todo para ganar el máximo tiempo posible y evitar el gol en contra.

Al final, este retroceso obligado por la desesperación terminó de la única forma posible: con O’Higgins consiguiendo el empate. Y todo por culpa de quienes, para muchos, fue el mejor jugador del Cacique durante la segunda rueda: Maximiliano Falcón. El charrúa botó dentro del área al Pájaro Gutiérrez —que entró a los 84′ y cambió el partido— y Tobar no dudó. A los 90′+5′, Tomás Alarcón rompió el arco de Cortés y abrió las puertas del infierno sobre cada colocolino existente.

FICHA DEL PARTIDO: O’Higgins 1 - 1 Colo Colo

O’Higgins: Batalla; Magalhaes, González, Cahais, Fracchia; Fernández, Alarcón, Acevedo (64′, Gotti); Castro, Larrondo, Cereceda. DT: D. Giovagnoli.

Colo Colo: Cortés; Rojas, Barroso, Falcón, Suazo; Fuentes, Carmona; Solari, Jara, Valencia (46′, Bolados); Morales. DT: G. Quinteros.

Goles: 0-1, 46′, Fuentes aprovecha un buen centro de Jara y tras una media vuelta anota con un disparo certero.

Árbitro: Roberto Tobar. Amonestó a Larrondo, Acevedo, Cereceda, Gotti (OHI); Barroso, Valencia, Fuentes, Suazo, Falcón. (CC). Expulsar a Larrondo por doble amarilla y a Bolados por roja directa.