¿Humo o realidad?: Cerrillos reabre la promesa incumplida (con fecha incluida) de Azul Azul sobre el estadio de la U
En enero, la concesionaria estudiantil emitió bonos para saldar la deuda con el Fisco y, de paso, extender su presencia en el club laico. Parte de esos recursos se destinarían a la adquisición de un terreno para la construcción del estadio propio que sus hinchas tanto anhelan.
En las últimas horas, Cerrillos se sumó a las opciones para albergar el estadio de Universidad de Chile. La comuna del sector surponiente de la región Metropolitana irrumpe con fuerza frente a la alternativa que estaba evaluando Azul Azul: adquirir un predio en Lampa. No hay que hurgar demasiado para advertir las ventajas comparativas que ofrece: está en plena ciudad, ofrece una alta conectividad y, mejor aún, cuenta desde ayer con la anuencia pública de la máxima autoridad de la comuna, Loreto Facuse.
“Lo que yo creo es que si un estadio se construye en Ciudad Parque Bicentenario, que es la manzana 18 en Departamental con General Velásquez, no molestaría a los vecinos”, planteó la alcaldesa en declaraciones a 13C Radio. Incluso proyectó la operatividad para los eventuales encuentros. “Y que los dos partidos que se hicieran al mes tengan salida. Que sea por General Velásquez y directamente al metro”, planteó.
Una promesa pendiente
Las palabras de la edil coinciden con la hoja de ruta que había planteado Azul Azul a comienzos de año, poco después de que había emitido un bono por $ 14 mil millones de pesos para ponerle fin a los compromisos con el Fisco. Ese trámite traía aparejado otro: la extensión de la concesión del club hasta 2052, un plazo que les daba a los propietarios un plazo suficiente como para acometer en la principal inversión inmobiliaria de la institución en su historia, con la posibilidad de rentabilizarla. En ese momento, de hecho, se planteó que la adquisición del terreno se concretaría durante el primer semestre de 2023, plazo que fue excedido. La intención, naturalmente, es que el compromiso pendiente no se siga estirando en el tiempo.
“En los 18 meses que hoy cumple la actual administración del Club, nos hemos abocado arduamente en establecer un plan de gestión que garantice una conducción sólida y viable en el tiempo, que sirva de base para avanzar al siguiente nivel, que es desarrollar proyectos fundamentales y anhelados por todo hincha azul”, explicaban los azules en esa oportunidad, dando algunas luces de los proyectos que tenían en mente.
En las líneas siguientes serían más concretos. “El Plan Estratégico para el trienio Julio 2021-Junio 2024 contemplaba hasta ahora las seis fases indicadas en el punto. Cumplidas todas y cada una de estas etapas, en los plazos previstos, toca ahora comenzar la ejecución de la séptima etapa de nuestro Plan Estratégico trienal, consistente en la suscripción de los instrumentos jurídicos vinculantes que permitan la adquisición de un terreno que sirva para la edificación de infraestructura deportiva para la U”, postulaban.
La siguiente referencia apuntaba a los plazos. “Nuestra meta inmediata es que esta fase se concrete durante el primer semestre de 2023, para luego proceder al octavo paso, que consiste en solicitar y obtener los permisos necesarios para, definitivamente, materializar nuestros proyectos de infraestructura. En nuestra visión, estimamos que estas obras resultan imprescindibles para la consecución de resultados deportivos y, por consecuencia, un crecimiento institucional íntegro”, sostenían.
Cerrillos ya estuvo en la mira
Independientemente de la declaración de la alcaldesa Facuse, Cerrillos siempre fue una de las opciones que la U tuvo sobre la mesa para construir su casa. Sin embargo, en su oportunidad, los acercamientos no fructificaron y la comuna destinó el espacio que pudo haber albergado el gran sueño azul a la infraestructura que acogerá a los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos.
Hoy, en todo caso, las señales parecen alentadoras. “Tenemos una infraestructura en una comuna con un estadio, con la modernidad que tienen ahora los estadios, que sean sustentables, que puedan ser espacios para la comunidad, para que pueda ir a hacer deporte, para que niños y niñas vayan a hacer su clase de educación física”, sostiene Facuse con la esperanza de que, si se concreta, el recinto sea un elemento plenamente integrado al quehacer comunal.
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