Sus rostros todavía conservan aspectos adolescentes. Son mayores de edad y sus sonrisas denotan en cierto modo el niño que llevan dentro. Sin embargo, basta verlos moverse en una cancha de básquetbol para darse cuenta de su crecimiento deportivo. Quedó claro hace unas semanas, por ejemplo, en el CEO, cuando junto a la selección Sub 21 preparaban el Sudamericano. Allí, Ignacio Arroyo (19 años; base; 1,85 m; Estudiantes de Madrid), Kevin Rubio (19; alero; 1,89m; Quimsa, Argentina) y Felipe Haase (21; pívot; 2,05 m; Mercer University, EE.UU.), tres prometedoras figuras, hicieron de las suyas con un desparpajo total, estableciendo diferencia con sus últimos pasos por Chile.
Aunque prefieren no identificarse como líderes de una generación, saben que muchos de los sueños del básquetbol chileno están sobre ellos. Los números ya les asignan cierta responsabilidad. Los tres sumaron minutos en las Clasificatorias mundialistas. Y en este diálogo con La Tercera, no ocultan sus deseos y analizan sus temporadas en el extranjero, donde intentan abrirse paso en un contexto complejo.
Kevin Rubio: "En lo personal fue un año positivo. Aprendí muchas cosas, fueron 10 meses donde conocí del equipo adulto, el profesionalismo que viven. Es lo que más rescaté en Quimsa".
Felipe Haase: "En South Carolina mejoré mis números, que no es mucho en cuanto a puntos ni rebotes, sino que en porcentajes, una de las metas que tenía. Mejoré mi físico, también en la forma de juego. Ahora cambié de universidad, a tomar otra responsabilidad. Mismos objetivos, pero de otra manera. Quería probar nuevos caminos".
Ignacio Arroyo: "En el desarrollo de la temporada no estuve muy bien, con muchos altos y bajos. Cuando llegaron los playoffs pude rescatar mi nivel. Entrenar con el primer equipo me ayudó para ver, como dice Kevin, el profesionalismo. Estoy muy contento por tener mis primeros minutos en la Liga ACB. Feliz de aprovechar la oportunidad y espero que se pueda repetir en mi segunda temporada.
F.H.: "No sé si somos referentes. En la Sub 21 somos un grupo súper afiatado, sabemos nuestras responsabilidades. Nos conocemos de chicos, sabemos qué le gusta y qué no al otro. Jugando partidos grandes, como las Clasificatorias, también se aprende".
K.R.: "El objetivo es desarrollarnos para los Panamericanos 2023 y seguir sumando al equipo para lo que viene. Obviamente queremos ganar lo que más se pueda y dejar a Chile lo más alto posible".
I.A.: "Se vienen las clasificatorias a la Americup. Ojalá pueda estar en las nóminas, tenemos que tratar de desarrollar y afiatar al equipo. También sumar otros jugadores que están en el extranjero y a los que juegan en Chile".
F.H.: "De lo que conocí en Estados Unidos, para fomentar el basket me fijaría en su profesionalismo, todo parte por eso. Lamentablemente no se puede hacer nada sin plata, sin auspiciadores. Allá todo es perfecto. El profesionalismo es más fuera que dentro de la cancha. Dentro, todos estamos en lugares distintos y si desde afuera trabajamos hacia dentro, es mejor".
I.A.: "De Estudiantes se dice que es la cantera más grande del mundo, más o menos 1.500 jugadores. Se preocupan de que todos estemos bien, de la alimentación, del kinesiólogo, de todo. Se ha mejorado en Chile, pero aún falta para llegar al siguiente nivel. En mi club, de muy chicos te enseñan que no todo es desarrollarse dentro de la cancha, también ser buenas personas".
K.R.: "Entre Argentina y Chile también hay mucha diferencia. Desde la forma de ver el basket. Los jugadores se lo toman como un trabajo y acá algunos juegan por hobbie. Allá a todos les gusta el básquetbol, trabajan duro, ninguno se queda con menos. Todos quieren crecer".
F.H.: "Creo que debería hacerse una liga con serie menores, porque tienes la Saesa, donde hay niños entre 13 y 17 años, pero tiene que haber un torneo completo, de ocho o nueve meses, que sea constante, porque se pierden muchos chicos entre 17 y 23 años. Además, en Chile no se le da valor al trabajo físico. Se hacen pesas por temporadas, como para mantener, y no un programa a largo plazo".
I.A.: "Chile está muy lejos de España. La vara de entrenamientos, cómo se lo toman los jugadores… Por ejemplo los profesionales llegan una hora antes a entrenar. Se preparan sus suplementos, hacen físico por su cuenta y después se quedan a lanzar. Quizás no es la gran cosa, pero aquí en Chile no se ve mucho. La gente le teme al tiempo extra de trabajar por su cuenta".
F.H.: "Pero el básquetbol va creciendo. Vi algunos partidos de las Huasitas en el Premundial. Todos queríamos tener la oportunidad que ellas tenían. A nosotros no se nos dio, pero a ellas sí y es un orgullo total. Ver cómo ellas celebraban lo que nosotros queríamos, te da una envidia sana".
K.R.: "Es importante para las chicas que vienen detrás, para que se les dé más oportunidades y para que otros países vean más a Chile. También para tener la posibilidad de jugar fuera del país".
I.A.: "Ahora nos ven distinto. Cuando vamos a Sudamericanos se nos plantan diferente. Antes nos miraban fácil. Me acuerdo de mi primer Sudamericano, en 2014, Brasil y Argentina antes del partido se reían de nosotros. Ahora se lo toman más en serio y en los últimos torneos hemos estado palo a palo".
El diálogo finaliza y el futuro promete. En el Sudamericano ganaron el bronce, solo detrás de Brasil y Argentina. Arroyo ya está en España, integrado a la pretemporada del plantel adulto de Estudiantes. Rubio volvió a Argentina a terminar de recuperarse de una lesión sufrida en el torneo subcontinental. Y Haase, listo para comenzar su tercera temporada en Estados Unidos.
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Arroyo (agachado), junto a Rubio y Haase, en el CEO, para La Tercera (Foto: Luis Sevilla).[/caption]