Ignacio Arroyo Varela, de 20 años y 1,87 metros. Base chileno, promisoria figura del básquetbol, chico de oro, firmó su primer contrato profesional con Estudiantes de Madrid, club que lo recibió hace tres años en sus series menores. El nacional, que desde el año pasado es regular en las prácticas del primer equipo y sumó sus primeros minutos en la Liga ACB, la mejor tras la NBA, no piensa dejar España.
“Estoy muy contento. Tengo ganas de que empiece la temporada”.
¿Pensó que no pasaría, por la cuarentena y el ERTE en su club?
La verdad, no. Siempre confié en el club y tenía un buen presentimiento de que iba a estar con el equipo por un largo plazo.
¿Hubo negociaciones?
Mi madre hablaba con ellos, pero no fueron negociaciones largas. Me mandaron el contrato, lo revisamos y se habló un par de cosas. Rápido.
¿Se siente valorado por lo hecho desde que llegó al club?
El club vio esa parte: el trabajo y el esfuerzo. No creo que a todos los de mi edad les den contrato. Estoy muy agradecido por la oportunidad que me están dando, por toda la confianza que esto conlleva.
Fue quemando etapas, desde junior al primer equipo.
La evolución ha sido muy buena. Llegué a jugar en el equipo junior. Me faltaba físico y muchas cosas en el campo. Con todo el trabajo y la confianza que me dio el club, me ayudan a ir mejorando mi juego y físico. Mi evolución física se ha cumpliendo a rajatabla. Queda largo camino, esto es el comienzo.
¿Cómo fue llevando su progreso físico?
No fue fácil, porque llegué pesando 76 kilos. Desde el primer año tuve un trabajo específico. En la mitad de la segunda temporada me puse en contacto con el nutricionista y empecé a trabajar esa parte y mejorar mi dieta. Me falta por subir masa muscular y mejorar el físico, pero la evolución está siendo buena.
¿Le da confianza que Javier Zamora, coach que lo recibió en el equipo junior, sea ahora el técnico del primer equipo?
Javi fue quien me trajo aquí. Sé que confía en mí y yo también confío mucho en él, pero esto ya es profesionalismo. No porque él me haya traído a Estudiantes, voy a jugar más partidos. Uno tiene que ganarse el puesto y lo tengo claro. Sí me da más confianza y él sabe lo que puedo dar.
¿Cómo ve la competencia por el puesto?
No será fácil. Tengo que hacer lo que me pidan, estar siempre disponible, dar energía y si se da la oportunidad, aprovecharla. Ocupando un cupo de extranjero son pocas las posibilidades, entonces cada vez que tenga que estar ahí, tengo que aprovecharlo.
¿Sigue con los trámites para ser ciudadano comunitario?
Según lo que me dijeron, debería estar listo en enero o febrero.
Con respecto a la Selección, ¿Cuánto puede ayudar este paso personal al objetivo grupal?
Lo mío ayuda para que los más jóvenes se motiven y vean que es posible, que se motiven entrenando. A la Selección, al estar aquí y compitiendo en este nivel, cuando me llamen, trataré de llevar el roce y la experiencia de la liga.
Es una camada ambiciosa con jugadores en el extranjero...
La veo con mucho futuro. Ojalá que de aquí a cinco años todos lleguemos. El Seba Herrera ya hizo una gran temporada en Alemania, Carvacho también en Estados Unidos. Pipe Haase se sumará cuando vuelva a jugar. Si seguimos trabajando así, más otros chicos que vayan saliendo, que cada vez son más, es bueno para todos.
Ahora comienza la “nueva normalidad” en España, pero hay deportistas a quienes la cuarentena les vino bien para recuperarse o entrenar, ¿a usted?
Para mí no estuvo muy bien, por haber estado tanto tiempo sin entrenar básquetbol. Como vivo en departamento, aunque me compré un balón, no podía hacer casi nada. Molestaba a los vecinos. Sí pude trabajar en mi físico. Por ese lado, estuve bien. Pero por la pelota, no.
¿Ya entrena con balón?
Sí, volvimos hace semanas. Los entrenamientos han sido evolutivos. Empezamos de menos a más, recuperando sensaciones y de apoco haciendo más cosas.
¿Cómo ha sido reintegrarse a la sociedad?
Lo he tomado con mucha precaución. Si bien salí, fue siempre con las medidas. Estando en casa tampoco salgo mucho. Con mi mamá salimos cuando necesitamos hacer algo, como ir al supermercado, ella a hacer trámites y yo a entrenar. Es lo único. Siempre con alcohol gel y la mascarilla, que es obligatoria. Lo hemos tomado bien, pero hay que adaptarse a esto, que va a estar por mucho tiempo hasta que no salga la vacuna.