Ignacio Casale: "El Dakar perdió su esencia aventurera"
El campeón 2014 y 2018 en quads sostiene que está más maduro y que está en condiciones de sumar una tercera corona.
Ignacio Casale (32 años) tiene dos títulos del Dakar, ambos en quad, y en la versión saudí de la prueba más extrema de los rallies buscará su tercero. No le interesa ganar etapas individuales, pero sí mantenerse constante para que al final de la prueba, sea él quien lidere el podio. Esa será su estrategia.
¿Cómo llega a su onceavo Dakar?
Sigo cumpliendo mi sueño de pequeño. Las expectativas son ganar. Sé que es difícil, porque llegaron nuevas generaciones muy rápidas. Con mi experiencia no tengo tanta presión y he controlado la ansiedad. Mientras más tranquilo estés, mejor resultado puedes obtener. Este Dakar lo va a ganar el piloto más inteligente. Por el lado mecánico estoy tranquilo. Puedo llegar a ganar el Dakar. Son palabras mayores, pero depende de mí, de mi cabeza más que la velocidad.
¿Se siente favorito?
Creo que me tienen cierto respeto. De los pilotos de la primera generación soy de los pocos que queda. Los de ahora son relativamente nuevos. No sé si llamarle respeto, pero me siento querido. Tengo una responsabilidad muy grande. Este es el Dakar donde más tengo que ocupar mi experiencia para poder ganar. Este año va a tener muchas trampas, será muy zorro. Si la mente no traiciona, podría conseguir un buen resultado.
¿Ese es el rival más complicado?
He pasado por muchos terrenos, de arena, dunas, barro, frío y calor. Todos los desiertos son relativamente parecidos. Te demoras uno o dos días en acostumbrarte a los colores, pero siento que la mente es lo más importante que tengo que controlar para ganar. Tengo que estar atento a lo que se pueda presentar en la ruta. Ya no estamos en Sudamérica, donde un latino puede darte una mano.
¿Cómo alista el quad?
Dejé todo en manos del equipo francés Yamaha Dragon, un equipo satélite de Yamaha. Probé el quad en Marruecos. Me da la confianza necesaria para solo dedicarme a correr.
¿Le gusta el cambio de sede?
El Dakar en Sudamérica cumplió un ciclo. Fue bonito mientras estuvo, pero el último año perdió fuerza. No sé si hubiese asistido si otra vez fuese en Sudamérica. Que se fuera a Arabia Saudita fue una inyección de motivación.
¿El Dakar perdió su esencia en Sudamérica?
Sí, se puso muy cinco estrellas. Los pilotos se iban a hoteles, a motorhomes de lujo y creo que el Dakar tiene que tener igualdad de condiciones. Soy de la idea de que todos deben dormir en el vivac, por obligación. El Dakar perdió su esencia aventurera y se convirtió en una carera de lujo. Si fuera director, diría que los pilotos duerman en el vivac y así equiparar las opciones de ganar.
Más maduro
Usted ha sufrido varias lesiones, ¿vuelve sin temor?
El año que me tomé fue para sanar lesiones y para encender nuevamente la pasión. Me hizo bien para volver con todo. Llevaba muchos años corriendo con presiones externas que no me dejaban dormir. Afronto este Dakar más maduro.
¿Cómo aplica la experiencia en medio de la carrera?
Sale natural. Cuando veo una duna, sé por dónde pasar. Cuando hay un río, sé donde ir. No es que sea un experto, uno nunca termina de aprender, pero con la experiencia cometo menos errores. Siento que fallé en 2015 y 2016 por no controlar la ansiedad, por ser inmaduro. He aprendido bastante a cachetazos. Antes, si no ganaba me volvía loco. Ahora quiero ir a disfrutar, voy tranquilo, sin presión.
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