En un apasionante duelo disputado en el estadio Emirates, el Liverpool se convirtió en visita ingrata del Arsenal al arrebatarle dos puntos claves en su misión de alcanzar al Manchester City en la cima de la Premier League. Así, el elenco de Merseyside quedó como único escolta de los Ciudadanos, mientras que los Gunners permanecen relegados en la tercera casilla y hundidos por las lesiones.
En la previa al cotejo, Mikel Arteta llegaba con un gran dolor de cabeza. Frente al cuadro de Anfield Road, el DT español no contaba con la presencia de William Saliba, suspendido por una cartulina roja, ni con Martin Odegaard y Riccardo Calafiori, ambos afuera de la convocatoria por lesión.
Sin lugar a dudas, esta bajas cruciales se presentaban como un problema al inicio, sin embargo, el entrenador propuso un esquema dinámico que le permitió a sus dirigidos no resentir tanto la ausencia de estos titulares. Así, con un estilo de juego enfocado en los balonazos largos para saltarse la mitad de la cancha, Ben White lanzó un esférico a la distancia para Bukayo Saka. El inglés, dotado de un enganche superlativo, superó a Andrew Robertson con un amague y estableció la apertura de la cuenta a los 9′.
El tanto del puntero de 23 años no espantó a la visita. El Liverpool, aprovechando los vacíos en el círculo central, tuvo un remate de Mohamed Salah a los 13′ que pasó cerca del poste de David Raya. Como efecto inmediato al primer aviso, Virgil Van Dijk igualó el marcador cuatro minutos después con un sutil cabezazo, esto tras un córner de Trent Alexander Arnold y un pivoteo previo de Luis Díaz.
En los intentos por reponerse del empate, el Arsenal comenzó a tomar protagonismo y se hizo dueño de la tenencia. De esta manera, después de ganar metros en terreno rival, los londinenses hallaron la ventaja a través de un certero golpe de testa de Mikel Merino. El gol del vasco fue revisado por una eventual posición de adelanto, sin embargo, la tecnología del VAR ratificó el dictamen inicial y desató el júbilo en el norte de la capital inglesa.
Para la segunda mitad, la explosión característica de los Gunners se apagó producto de nuevas dolencias que aquejaron a los miembros claves de la zaga. Esta vez, tanto Gabriel Magalhaes como Jurrien Timber sufrieron molestias musculares que derivaron en sus salidas anticipadas del compromiso.
La improvisada línea de fondo conformada por el canterano Lewis-Skelly, Ben White, Jakub Kiwior y Thomas Partey fue vista como una invitación a la ofensiva por parte de los Reds. De este modo, luego de una pérdida de Gabriel Martinelli, los de Arne Slot sacaron provecho de la desguarnecida zaga y Salah capitalizó el 2-2 al 81′ con un leve toque a la portería de un batido Raya.
Con esta frenética igualdad, el Liverpool llegó a la cifra de 22 puntos, quedando a solo una unidad del Manchester City, líder exclusivo de la competición. Por otra parte, el Arsenal alcanzó la barrera de los 18 puntos y cedió terreno en la tabla de posiciones tras llegar a dos partidos consecutivos sin poder ganar.