Desde que Héctor Tapia arribó a la banca de Colo Colo, se ha hecho recurrente una imagen: ver a uno de sus ayudantes, Claudio Maldonado, caminar por el centro de la cancha rumbo a la tribuna, para ubicarse en una de las casetas del Monumental.

Cuando Tito presentó al ex volante como colaborador, se hizo la salvedad de que tenía que validar su título obtenido en Brasil ante el INAF, el organismo encargado de velar por el cumplimiento de los requisitos para dirigir en el fútbol chileno. Y si bien Chester hizo una práctica en Corinthians, ésta no fue suficiente para convencer a las autoridades de la institución educacional.

En este sentido, el organismo solicita una experiencia de al menos un año dirigiendo en alguna categoría, algo que el ex seleccionado no cumple. Un razón similar a la que terminó sacando de Fernández Vial al argentino Esteban Bichi Fuertes, quien no logró acreditar lo solicitado por el instituto.

En el caso de Maldonado, la resolución del INAF le seguirá impidiendo sentarse en el banco de suplentes, donde Tapia cuenta con Gualberto Jara como ayudante principal.