El incendio Serena se propaga
Los jueces planean no dirigir los partidos de la tenista hasta que se disculpe, luego de acusar de ladrón al juez Carlos Ramos en la final del US Open.
El episodio que protagonizó Serena Williams en la final del Abierto de Estados Unidos, donde trató de "ladrón" al árbitro portugués Carlos Ramos luego de que este le aplicara una advertencia por coaching, está lejos de cerrarse. La norteamericana acusó sexismo en el proceder del europeo, lo que levantó un debate mundial sobre lo sucedido. Que sigue candente.
Más allá de los US$ 17 mil que la ex número uno del mundo recibió por tres infracciones, el debate no ha dejado indiferente a los principales actores. Sobre todo, luego de que la WTA y la Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA) se pusieran del lado de la jugadora, mediante sendos comunicados en los que también suscribieron la tesis de los criterios dispares en las sanciones a mujeres y hombres.
"La WTA cree que no debe haber diferencia en los estándares de tolerancia provistos a las emociones expresadas por hombres y mujeres y está comprometida a trabajar con el deporte para asegurar que todos los profesionales sean tratados de la misma manera. No creemos que esto se hiciese la pasada noche", dijo el presidente ejecutivo Steve Simon.
Billie Jean King y John McEnroe (quien precisamente en 1990 fue descalificado en el Abierto de Australia, por tres warnings, el primero en sufrir algo así desde 1963) dieron su apoyo irrestricto a Serena.
Mientras que Katrina Adams, mandamás de la USTA, también enfocó la discusión hacia el sexismo que puede haber en las decisiones arbitrales: "Vemos a los hombres realizar las mismas acciones todo el tiempo cuando molestan a los árbitros en los cambios de lugar. Nada pasa. No hay igualdad. Creo que debe de haber una consistencia. Esta será una conversación que deberá tener lugar en las próximas semanas".
Estas declaraciones indignaron a los jueces, quienes según The Times, planean una radical decisión. De acuerdo a la publicación, los umpires rechazarán arbitrar cualquier partido de Serena Williams, a menos de que ella se disculpe públicamente por calificar de "mentiroso" y "ladrón" a Ramos, quien tampoco fue distinguido en la ceremonia de premiación del US Open. Además, los colegas del portugués consideran que los US$ 480 que recibió por dirigir la final "no valen todo el castigo que está recibiendo su imagen".
Novak Djokovic, el campeón en la edición masculina, desestimó la idea del sexismo: "No estoy de acuerdo en que lo sucedido fuese debido al trato diferente que reciben jugadores y jugadoras (...). Creo que los hombres y las mujeres son tratados de una manera u otra, dependiendo de la situación que se da en la pista. Es difícil generalizar las cosas. No veo que sea necesario debatir eso".
Por otra parte, la Federación Internacional de Tenis respaldó a Ramos: "Es comprensible que este incidente grave y lamentable deba provocar un debate. Al mismo tiempo, es importante recordar que el Sr. Ramos asumió sus funciones como funcionario de acuerdo con el reglamento correspondiente y actuó en todo momento con profesionalidad e integridad".
En todo caso, en el balance final del Abierto de Estados Unidos, se entregaron 32 warnings, de los cuales 23 fueron para hombres y nueve para mujeres.
Y si bien, las jugadoras acusan sexismo, lo cierto es que, salvo en los grand slams, en todos los demás torneos sí pueden recibir instrucciones de sus entrenadores. Incluso, los técnicos tienen la facultad de bajar a la cancha a dar indicaciones. Esto, luego de que en 2005, llegara la petición al Consejo de Jugadoras, formado por las hermanas Williams, la checa Lucie Safarova y la australiana Samantha Stosur. Luego, la idea fue aprobada por la WTA y se puso en práctica a partir de 2006, en el torneo de Montreal.
En el tour masculino, la realidad es distinta. A pesar de diversos intentos, el coaching no ha podido ser autorizado. En 2003, incluso, se probó por tres meses en challengers, pero fueron los mismos jugadores quienes desistieron de continuar.
La única instancia en la que se emplea es en la Copa Davis, que organiza la ITF, pero está prohibido en todos los demás torneos. Sin embargo, pese a que hace un par de años tomó fuerza la opción, todavía no hay consenso para implementar.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.